¿Sabemos usar internet?

La opinión sobre si las nuevas tecnologías son o no un elemento adictivo generaron polémicas y controversias entre los más reconocidos profesionales mentales a nivel mundial. El hecho de que Internet sea una eficaz herramienta de trabajo, de extraordinaria creatividad y una infinita fuente de información y otros recursos comunicativos, pone en tela de juicio su posible influencia negativa en el ser humano.

A principios de la década del 90 aparecieron las primeras redes de información virtual. Sin lugar a dudas, revolucionaron el sistema comunicacional y permitieron compartir recursos a gran escala sin distinguir la localización física de los usuarios. Con el paso de los años los avances fueron abrumadores y junto con la globalización, la Internet se convirtió en la estrella innovadora de fines del siglo XX. Hoy existe un alto porcentaje de la población a nivel mundial que utiliza los elementos informáticos no sólo para cuestiones laborales sino en distintos órdenes de la vida cotidiana.

"La influencia de Internet depende del uso que se haga y del tiempo que se invierta en ella", dicen los expertos. Es un tema complejo que suele complicarse con otro tipo de trastornos simultáneos o cuadros adictivos previos sobre el consumo de otros elementos.

Para que exista una dependencia a Internet por ejemplo, debe haber en la persona una conducta adictiva previa. Pero por otro lado su uso puede ser productivo ya que hay quines sufren trastornos sociales y utilizan las salas de chat como una manera de iniciar un contacto. Al padecer algún tipo de fobia social el uso de la tecnología en muchos casos se convierte en una herramienta sumamente útil, pero el problema reside en si se quedan estancados en eso y no logran superar las barreras virtuales para socializarse con los demás.

Es evidente que la influencia positiva o negativa de Internet está íntimamente relacionada con los fines para que se utilice y el tiempo que cada persona en particular dedique a consumirla.

Diversos estudios realizados por reconocidos profesionales de la salud mental a nivel mundial concluyeron que existe la posibilidad enfrentar a una nueva adicción: la netdependencia.

La psiquiatra Kimberly Young, directora del Centro contra la Adicción On Line estadounidense, sostuvo en su tesis que el síndrome del netdependiente define a aquel individuo que realiza un uso excesivo de Internet y que le genera una distorsión de sus objetivos personales, familiares o profesionales. En tanto, aseguró que cuando el uso de internet interfiere de un modo significativo en las actividades habituales es cuando podrá ser considerado patológico.

La especialista internacional postuló en su informe virtual que existen casos verdaderamente preocupantes que motivaron un estudio más detenido sobre la aparición de esta nueva adicción. “Una madre llegó a perder la custodia de sus hijos por pasar extensas horas de tiempo frente a su computadora y no atender a los niños en sus necesidades básicas”.

Cada vez es más frecuente encontrar en la calle gente con auriculares, radio, mp3 o celulares con acceso a internet. Los locales con cyberespacios y computadoras proliferan día a día. Pero es necesario realizar un estudio previo de las condiciones sociales y económicas que generan el aumento voraz de las actividades y negocios dedicados a la comercialización de computadoras, celulares e insumos referidos.

La crisis actual representa un factor fundamental para el desarrollo y el uso de las tecnologías. La doctora Gracia Rams, psiquiatra y docente de la Universidad de Buenos Aires detalló en un artículo que la clase media argentina es la más numerosa y también la que sufrió las peores consecuencias de la crisis económica actual y dijo:.

“No es raro que los sujetos de los que hablamos, desocupados y con un buen nivel cultural sean el centro de atención para estudiar estos cuadros por ser los principales consumidores de la herramienta”.

Los varones de clase media y adolescentes son los más proclives al uso excesivo de Internet y de las nuevas tecnologías. Aunque en los jóvenes de un promedio entre 14 y 17 años la utilización compulsiva y sistemática de los elementos cibernéticos están relacionados con factores externos a la red, como problemas familiares, soledad o introversión excesiva.

Es usual que en los hogares exista un ordenador. No hay lugar a cuestionamientos si resulta productiva o no, dado sus múltiples y variados usos para el estudio y el trabajo. El problema reside cuando los miembros de la familia pasan más de dos horas frente a la pantalla e incluso cuando los padres buscan cualquier pretexto para tener la computadora prendida. Un punto elocuente y preocupante es cuando un adulto chequea su correo cada diez minutos, ya sea mediante su ordenador o teléfonos móviles y también, cuando sólo navegar a través de Internet le provoca diversión.

Los expertos aseguran que ese tipo de comportamiento no es generado por las herramientas informáticas en sí, sino por las conductas obsesivas de cada persona en particular. Además dicen que la comunicación virtual es un elemento positivo para establecer un primer punto de contacto en personas que presentan dificultades para relacionarse. También, una excelente herramienta informativa y comunicacional, pero si un individuo con conductas obsesivas previas abusa de estas herramientas puede convertirse en una adicción.

Algunos de los síntomas a tener en cuenta para detectar si se está frente al síndrome de netdependencia o adicción a la tecnología son: una necesidad urgente de aumentar el tiempo de conexión a Internet, gran ansiedad, pensamientos recurrentes y obsesivos acerca de lo que estará ocurriendo en la red mientras se estádesconectado y en los casos más agudos una aceleración del ritmo cardíaco simultáneo con la conexión del módem.

Por otra parte, las consecuencias negativas de un posible cuadro adictivo en los adultos afectados por el síndrome son variadas. En los procesos más graves, las actividades sociales tienden a disminuir a causa del uso de Internet, aparecen tics o movimientos convulsivos similares a los que se realizan sobre un teclado, existe despreocupación por cualquier otra tarea que no esté relacionada con el campo virtual y se incorporan nuevas actividades que dependan de Internet como excusa para prolongar las conexiones.

Una serie de estudios recientes realizados reveló que en el mundo cinco de cada diez chicos entre 7 y 15 años, pertenecientes a clase media y media alta, tienen Internet en su cuarto. Asimismo, el mismo estudio corroboró que siete de cada diez disponen de aparatos de televisión y que pasan más de tres horas frente a la pantalla de la computadora. Especialistas pediátricos y psicopedagogos sostienen que como consecuencia del incremento del uso de Internet y de consolas de video juegos en los niños, la edad de jugar con juguetes se acortó dos años en las últimas dos décadas.