Desde la década del ochenta, en el campo de la historiografía nacional Argentina, se ha intentado reivindicar el lugar de las clases populares, para dicha tarea se las ha tomado como objeto de estudio y sujetos de los relatos más populares de la República Argentina en la década del ochenta.
En los relatos de la cultura oficial, aquellos seres que no pertenecían a la cultura alta ya sea indios, gauchos y hasta inmigrantes marginados eran tomados, por aquella cultura, como bárbaros pertenecientes a la barbarie nacional. Tal como lo señalaba Alberdi en sus ensayos: “En América todo lo que no es europeo es bárbaro”, una sentencia fuerte pero típica de la época donde todo intentaba europeizarse logrando así la pérdida de tradición de un pueblo.
Así la cultura dominante ha logrado escribir, desde la civilización, a aquel bárbaro de las fronteras, sin darse cuenta que al momento de escribirlo lo estaban eternizando para siempre.