El fin del trabajo: falacia y resignación, de Ana P. Quiroga
Uno de los orígenes de la palabra trabajo proviene del latín tripaliare, término que a su vez viene de tripalium: (tri) tres y (palium) palos. Tripalium era una especie de yugo fabricado con tres palos, en donde eran amarrados los esclavos de la tierra para azotarlos . Este concepto proviene de la Edad Media y el sistema de tortura y castigo era usado durante las cosechas de las tierras. En ese mismo tiempo, el verbo tripaliar significaba sufrir o padecer, lo que indica que el trabajo en el medioevo era entendido como un sistema de tortura aplicado directa y exclusivamente a los esclavos , quienes no tenían derechos algunos sobre su persona o sus ingresos y recibían protección a cambio de su trabajo.
La estructura social en la época medieval era piramidal y ningún individuo podía ascender dentro de la misma. Esta característica, distintiva de los sistemas feudales, hacía que los estamentos sociales fueran estáticos y el trabajo no constituía una práctica de importancia en el hombre, sino todo lo contrario: subjetivamente, la práctica del trabajo era deshonrosa.