“Cartas” de Jane Austen

Jane Austen es considerada una de las escritoras más famosas de los últimos siglos, porque les ha presentado a sus lectores y lectoras en todo el mundo, el universo en el que vivían las mujeres en el siglo XIX con sus enredos amorosos y problemas familiares, económicos y sociales que golpearon a Inglaterra en ese famoso siglo.
Dueña de una voz irónica y provocadora ésta gran escritora sigue hoy en día sumando nuevos lectores que fanatizados leen, compran y creen en sus obras. Porque sin lugar a dudas las novelas de Austen logran describir un universo ficcional pero a la vez real que los lectores no solo creen y comparten sino que admiran, disfrutan y estudian.
Las novelas de Austen son famosas en todo el mundo pero hay un género en el que ha incursionado ésta gran autora, que no muchos conocen, y que es el género epistolar.

El género epistolar ha sido muy famoso en su época ya que los escritores a través de sus cartas contaban su vida a algún amigo, familiar, amante, etcétera, que no se encontraba cerca de ellos. De hecho en el siglo XIX, en las novelas de Austen en esos pueblos de la campiña inglesa, no había ni teléfonos, ni ningún otro medio de comunicación que sirva para contactar a otro que no sean las cartas. Si bien dentro de las novelas de Austen encontramos innumerables cartas que se reparten entre los personajes hay otras, que han sido encontrados sólo hace algunos años, y que tienen que ver con su propia vida, con su propia historia. Dichas cartas han sido publicadas y llevan el sello de best seller ya que si bien Austen tiene su mayoría de lectores en sus grandes novelas épicas, podríamos decir, también los tiene, ahora, en sus emotivas, sentidas y hermosas cartas.

Luego de largos años, de arduo trabajo y de estudios sobre las cartas la editorial dÉpoca publicó una recopilación de ciento sesenta y un cartas acompañadas por su traducción, fotografías, anotaciones y documentos que forman parte del contexto y la historia de esta gran autora en momentos en que ella escribía.
Realmente este libro es una oportunidad para conocer a esta gran escritora que si bien durante toda su vida escribió sobre la vida de los otros, de la burguesía agraria inglesa, en estas cartas, en este género que incursiona logramos conocerla a ella, a su historia, a su vida. Sin lugar a dudas las palabras de Austen nos invitan a compartir un momento con ella, tomar un té y conocer a sus familiares, su entorno, sus secretos y sus historias.
Así que ya sabes si quieres sentirte cerca de Jane Austen lee sus cartas, lee su historia en la que ella ahora es la protagonista, la heroína.

A continuación les compartiré una de las tantas cartas que Jane Austen ha escrito y que se encuentran en su obra “Cartas”. Sin lugar a dudas veremos en sus palabras la escritura que caracteriza a Jane Austen, esa ironía propia y característica pero esta vez hablando y contando sobre sus propias historias, deseos, secretos y momentos que nos harán apreciar cada vez más su escritura.
El libro pueden conseguirlo en E-Book o descargado de cualquier otra plataforma virtual, sino pueden acercarse a una librería cercana y ver si en su país lo consiguen. Espero que así lo hagan porque no pueden perderse de este gran hallazgo epistolar.
He aquí una de sus tantas cartas, de hecho es la primera que escribe y la que aparece en el índice epistolar de la siguiente manera: “Para Cassandra Austen, de Steventon a Kintbury”

Para Cassandra Austen, de Steventon a Kintbury
Sábado 9 – domingo 10 (Enero 1796)
Steventon: sábado 9 de enero
En primer lugar, espero que vivas veintitrés años más. Ayer fue el cumpleaños del señor Tom Lefroy, así que tenéis casi la misma edad. Tras este necesario preámbulo, procederé a informarte de que en la noche de ayer se celebró un fantástico baile, aunque tengo una gran desilusión ya que no pude ver a Charles Fowles en la reunión, y eso que había escuchado rumores de que había sido invitado. Además de nuestro grupo en el anterior baile de los Harwood, tuvimos a los Grant, los St. John, Lady Rivers con sus tres hijas y su hijo, el señor y la señora Heathcote, la señora Lefevre, dos señores Watkins, el señor J. Portal, la señorita Deanes, y dos señoritas Ledgers que acudieron acompañadas de un clérigo alto, cuyo nombre Mary no habría adivinado jamás.

Fuimos terriblemente amables al llevar a James en nuestro carruaje, aunque ya íbamos tres; pero se merecía de veras un premio tras la gran mejoría que ha experimentado últimamente en su manera de bailar. La señorita Heathcote es bonita, pero no tan bella como esperaba. El señor H. comenzó bailando con Elizabeth , y más tarde bailó de nuevo con ella; pero no saben hacerlo con personalidad. Sin embargo, me halaga pensar que sacarán provecho de las tres lecciones sucesivas que les di. Me regañas tan duramente en la larga y agradable carta que acabo de recibir, que casi tengo miedo de decirte cómo nos comportamos mi amigo irlandés y yo. Imagina las cosas más libertinas y escandalosas en la manera de bailar y de sentarnos uno junto al otro. Sin embargo, puedo exponerme sólo una vez más, porque se marcha inmediatamente del país después del viernes próximo, día en que, por fin, se celebrará un baile en Ashe.

Es un joven muy galante, apuesto y agradable, te lo aseguro. Pero en cuanto a habernos frecuentado, salvo en los últimos tres bailes, no puedo decir mucho más; porque en Ashe se ríen tanto de él, a causa mía, que le da vergüenza venir a Steventon, e incluso salió huyendo, cuando hicimos una visita a la señora Lefroy hace unos días Dejamos a Warren en Dean Gate cuando regresábamos a casa anoche, y ahora está de camino a la ciudad. Me ha dado afectuosos recuerdos para ti… ya te los transmitiré cuando nos veamos. Henry pasará hoy por Harden de camino a recoger su Doctorado. Sentiremos mucho la ausencia de estos dos jóvenes tan agradables y no tendremos a nadie que nos consuele hasta la llegada de los Cooper10 el martes. Como se quedarán aquí hasta el lunes siguiente, quizá Caroline asista al baile de Ashe conmigo, aunque me atrevo a decir que no lo hará

Bailé dos veces con Warren anoche y una vez con el señor Charles Watkins, y, para mi asombro, pude librarme completamente de John Lyford. Sin embargo, tuve que luchar duramente para lograrlo. La cena fue muy buena y el invernadero estaba elegantemente iluminado. Ayer por la mañana tuvimos una visita del señor Benjamin Portal, cuyos ojos me parecen tan hermosos como siempre. Todo el mundo se muere de ganas de que vuelvas, pero visto que no regresarás a tiempo para el baile de Ashe, me alegro de no haberles hecho albergar falsas esperanzas. James bailó con Alethea y anoche trinchó el pavo con gran perseverancia. No me dices nada de las medias de seda; es un alivio porque espero que Charles no las haya comprado, visto que no sería capaz de pagarlas ya que he gastado todo mi dinero en unos guantes blancos y en un tejido de seda persa rosada.

Quisiera que Charles hubiera estado en Manydown, porque te habría descrito un poco a mi amigo; imagino que estarás impaciente por saber algo de él.
Henry tiene aún muchas ganas de ejército, y dado que por desgracia se ha esfumado su proyecto de comprar el puesto de ayuda de campo en Oxfordshire, se le ha metido en la cabeza obtener una lugartenencia y un trabajo de ayuda de campo en el 86À, un regimiento de reciente creación que imagina será destinado al Cabo de Buena Esperanza. Como siempre, espero de todo corazón que termine abandonando este proyecto. Hemos hecho una selección y regalado todos los viejos sombreros de papel confeccionados por mamá; espero que no lamentes la pérdida de los tuyos. Tras haber escrito todo lo anterior, recibimos la visita del señor Tom Lefroy y su primo George.

En realidad éste tiene muy buenos modales ahora; y en cuanto al otro, sólo tiene un defecto que confío perderá totalmente con el tiempo: su abrigo de mañanas es demasiado claro. Es un gran admirador de Tom Jones, y por tanto, imagino, viste con los mismos colores que vestía éste cuando fue herido.
Domingo:
Regresando el 19 conseguirás evitar encontrarte con los Cooper, que supongo es exactamente lo que pretendes. No sabemos nada de Charles desde hace algún tiempo. Se podría suponer que ya han zarpado, pues el viento es muy favorable. –Qué nombre tan gracioso tiene el barco de Tom! No tiene en absoluto gusto para los nombres, como bien sabemos, e imagino que lo habrá bautizado él mismo. Lamento tanto que los Beach hayan perdido a su niñita, especialmente tratándose de la que se parece tanto a mí. Mis condolencias a la señorita M. por sus pérdidas y a Eliza por sus ganancias.
Soy siempre tuya,
J.A.