Cartas de J. R. R. Tolkien

Hoy en día nos encontramos en el mes de agosto y faltan todavía varios meses para festejar una de las fiestas más hermosas, con presentes y familiares conocida como: “La navidad”, la fiesta navideña que más regalos les entrega a todos los niños del mundo y la cual retrata a un hombre grande barbudo y gordo que vive en el Polo Norte rodeado de duendes y renos que lo ayudan todo el año a preparar los regalos para llevarle a los niños el 25 de diciembre. Cada navidad los niños del mundo le escriben a Papá Noel, o Santa Claus, pidiéndole los regalos que desean recibir ese año. Si bien los niños nunca han recibido respuesta escrita de Santa sino que han recibido los regalos, los hijos del escritor J.R.R Tolkien si han recibido respuesta en diversas cartas que les han llegado desde 1920 a 1945 de Santa y desde su casa en el Polo Norte.

Los hijos de J. R. R. Tolkien recibieron desde el año 1920 a 1943 cartas escritas por el mismo Papá Noel desde su casa en el Polo Norte. Pero estas cartas no han sido escritas por Papá Noel sino que eran escritas por el mismo escritor quien se ocupó de todos los detalles para escribirles a sus hijos sin que ellos se den cuenta que las cartas provienen de él y no del mismo Santa Claus.
J. R. R. Tolkien era quien escribía esas cartas a sus hijos no sólo se ocupaba de escribirles sino que les hizo un sello especial de Polo Norte, con una letra temblorosa por el frío y la edad y dibujos que ilustraban las aventuras de este personaje tan especial.
Este ha sido un gesto muy pero muy especial para sus hijos y también para los lectores porvenir quienes leyeron estas hermosas cartas publicadas, luego de la muerte del escritor por la esposa de uno de sus hijos llamado Christopher y bajo el nombre de “The Father Christmas Letters”.

Este libro, “Cartas de Papá Noel”, fue reeditado por Houghton Mifflin en 1999 bajo otro título: “Lettes from Father Christamas, Revised Edition”. Estas cartas que recibieron sus hijos durante largo años les han cambiado la vida y los ha alegrado al recibir todas las navidades una carta de Santa Claus. Pero estas cartas no sólo los han alegrado a estos niños sino a todos los niños y adultos del mundo que gracias a las reediciones pudieron conocer estas hermosas cartas de J.R.R. Tolkien.
A continuación compartiré una de las cartas de “Santa Claus”, J.R.R. Tolkien, a uno de sus hijos en Navidad, una carta hermosa que si bien viene con algunos dibujos que lamentablemente no les podré compartir verán lo que es la letra y escritura de éste gran autor famoso que también, además de crear grandes obras literarias, les escribió hermosas cartas a sus hijos.
De hecho, este es un gran libro también para regalar durante esta hermosa fecha navideña.

A continuación compartiré una de las cartas de J.R.R Tolkien a uno de sus hijos durante la fiesta navideña:

Casa del Acantilado
La cima del Mundo
Cerca del polo Norte
Navidad de 1925
Mis queridos niños,
Estoy terriblemente ocupado este año – mi mano está más débil que nunca cuando pienso en ello – y no muy rico. De hecho, han ocurrido cosas horribles, y algunos de los regalos se han estropeado y no he conseguido que el Oso Polar del Norte me ayude… me he tenido que cambiar de casa justo antes de Navidad, así que puedes imaginar en qué estado está todo, y verán porqué tengo una nueva dirección, y porqué sólo he podido escribir una carta para los dos. Todo sucedió así: un día muy ventoso de este noviembre mi gorro voló, se fue y se atascó en la cima del Polo Norte. Yo le dije que no, pero el Oso Polar del Norte subió a la delgada cima para conseguir traerlo de vuelta, y lo hizo.

El polo se rompió por la mitad y cayó sobre el techo de mi casa, y el Oso Polar del Norte cayó por el agujero que hizo y apareció en el comedor con el gorro sobre su nariz, y toda la nieve se cayó del tejado a la casa y se fundió apagando todos los fuegos y bajando al sótano donde yo tenía guardados los regalos de este año, y la pierna del Oso Polar del Norte se rompió. Él está bien ahora, pero yo estaba tan enfadado con él que ahora dice que no quiere ayudarme más. Creo que he herido sus sentimientos, pero se repararán para la próxima Navidad. Les envío una foto del accidente, y de mi nueva casa en los acantilados sobre el Polo Norte (con hermosas bodegas en los acantilados). Si John no puede leer mi vieja escritura temblorosa (tengo 1925 años) que se lo pida a su padre. ¿Cuándo va a aprender a leer y escribir sus propias cartas Michael? Mucho amor para los dos y para Christopher, cuyo nombre se parece al mío.
Eso es todo. Adiós.
Papá Noel.