El fin es hoy. Tanto tiempo desee llegar al momento de decirte adiós y hoy lo logré.
Adiós, adiós, adiós…Nada más puedo decirte, más que aquel leve susurro que se adentra en mis venas y me deja expulsarte para siempre de mí.
Qué extraño que todavía sigas siendo excusa de mis palabras. Liberarte al parecer fue lo más sencillo pero se ve que soltarte me resultaba más complicado. Pero al fin te solté, al fin te libere de mí. Yo sé que soy libre sin vos lo que no sé es si vos sos libre sin mí.
Mi fin, mi hoy, se extiende como gota sobre un vidrio y se estrella al llegar al suelo pero sobrevive, queda en ese fondo para volver a nacer, para volver a saltar, para liberar.
Así, mi amor de despedida llegó a su fin, ya soy libre sin ti. Ve, huye de mis entrañas, ya nada debes hacer en mí, ya nada haces en mí. Adiós.