Un señuelo, hay algo oculto en cada sensación.
Una sensación, un efecto, un señuelo. Un sueño repetido, una imagen repetida. Un...no se que.
Con esa sensación de no sé qué me desperté hace algunos días y todavía no se me fue, es una sensación de vacío mezclada con incomprensión y con una lluvia de tristeza que hace que mis días se compliquen aún más.
Con esa sensación me despierto, desayuno, almuerzo me baño y como. Con esa sensación me voy a dormir y con ella misma salgo al día siguiente.
Con esa sensación de no sé qué estudio, leo, escribo, veo la tele y me siento en una clase de la facultad, donde las palabras de los otros no se escuchan, son suspiros míos los únicos que se oyen.
Con ese mismísima sensación, que no se entiende pero que está, que palpita, que se incrusta en mis entrañas y no se va te juro que no se va con nada, camino por las calles de noche, noches oscuras que irradian esa luz de oscuridad que encandila. Pasan las horas, los segundos, y sigo con esa sensación y sigo...y sigo....y giro...me zamarreo...y sigue, sigue ahí como dueña de mi.
Así, así es precisamente como me siento, como siento que van funcionando las cosas. Sí, tal vez tenga que relajarme y estar más en mi pero con todo esto se me hace difícil hallarme.
Siento de repente que soy varias. Que cuando amanezco me toco las manos y me siento y recién ahí me creo...recién en ese instante soy yo...¿Y antes?
Con esa sensación de no sé qué me pregunto quién soy, qué quiero con todo esto, que pretendo, y con esa mismísima sensación ahora creo que estoy saltando al vacío.
Tal vez la respuesta este en el viento ¡¡¡No!!! La respuesta está en mí, en mis sueños, en mí accionar. Si, precisamente en mi accionar.
Creo que tengo que hay que empezar a creer, a salir, a vivir sin que el tiempo siga pasando sin sentido. Hay que poder hacerlo, hay que desearlo y hay que quererlo.
Siento que de repente es el momento, es ya ahora...No quiero seguir dando vueltas en este carrusel sin sentido.
Es ahora. La hora.