Mis Momentos

De la nada, sentado en el patio de la escuela o en el sillón de mi casa, recuerdo que era feliz. Las agudas notas del piano sonoro de la tía Beatriz. Los llantos corrompidos de mi primo Ángel. Las platicas introvertidas del abuelo Rodolfo. Todos esos momentos llenaban de inspiración a un niño de 5 o 6 años con una familia emocionalmente mal.
Sin padre, y una madre trabajadora, me enseñé a mi mismo que esos eran MIS MOMENTOS... Creía todo lo que cualquier puberto mediocre decía, que existían los monstruos en el armario, el conejito de la basura, el cocodrilo del drenaje; pero esos eran los momentos de mi vida. Cuando me frustraba no ver a los 3 Reyes Magos pasar por mi sala pero a la mañana siguiente encontrár jugetes y dulces por montón. El andar en bicicleta pero caer y caer cuando mi hermano andaba tan bien en aquel bólido rojo.
Aún tengo en la mente el dulce olor a peras cocidas en la cocina de la tía Yolanda. Los infantiles juegos del natural líder de 3 niños audaces, mi primo Rodrigo. Los cumpleaños celebrados en casa de mi abuela donde todo era paz, felicidad y música ranchera. Y estos momentos los llevo en mente y corazón. Porque estos son mis momentos, que han marcado y marcarán lo feliz que he sido en un mundo tan confuso y divagado. Donde la vida es una faena de interminables emociones. Una de ellas, la que nadie toma en cuenta, la que nadie tiene el valor de revelar, La Felicidad.
Ahora, puedo decirme un chico de 15 años sumido en una alterno prblema de existencialismo. Alguien que lucha por su felicidad, cuando antes el era la felicidad, donde se tiene que valer por sí mismo en la triste soledad de un mundo tan frío.
Pero, sabiendo que la gente que importa siempre será la que no sea atraída por las calamidades banales de un mundo sin sentido fuera de lo común.
Pero, sea lo que fuere, estos marcados MOMENTOS, se han convertido en MI VIDA.