Borges y Borges

Un famoso cuento de Borges titulado “Borges y yo” nos presenta la dicotomía entre el autor y el hombre sólo como Borges lo supo contar. La fantástica composición narrativa y poética del autor hace que “Borges y yo” sea uno de los mejores cuentos de la historia argentina, un poco exagerada la afirmación, pero sin lugar a dudas es un gran cuento.
A continuación comparto un fragmento:
"Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor."

Jorge Luis Borges había nacido en Buenos Aires, en 1899. En el límite del siglo XIX y el XX. Tal vez por eso heredó de sus padres (sobre todo de su madre) el amor por el idioma inglés y también por la literatura inglesa.

Comenzó haciendo traducciones de los clásicos universales. Dirigió la Biblioteca Nacional Argentina, una de las más importantes de Latinoamérica. También dirigió una colección de renombre sobre narrativa policial, traduciendo junto a Bioy Casares a los más eximios escritores ingleses. Fue docente, analista y experto crítico literario. Sus libros fueron los más leídos y marcó tendencias en las generaciones de escritores que le seguirían.

Algunas de sus frases fueron:

“La Historia Universal es la de un solo hombre”.

“No sé hasta qué punto un escritor puede ser revolucionario. Por lo pronto, está trabajando con el idioma, que es una tradición”.

“No he cultivado mi fama, que será efímera”.

“Dólares: Son esos imprudentes billetes americanos que tienen diverso valor y el mismo tamaño”.

Cuando Jorge Luis Borges era pequeño se trasladaron con su familia a Ginebra, Suiza, en donde vivirían por unos cuantos años, hasta que el año 1921 regresarían a buenos Aires y allí él y su hermana Norah continuarían sus estudios.

En el año en que regresaron a la Argentina, Borges se puso en contacto con los escritores de la época, como lo fue Leopoldo Lugones, con quien entablaría una larga amistad, aunque enfrentada por razones literarias y con quien también haría estudios sobre la lengua castellana.

Otras de sus frases fueron:

“Que el cielo exista, aunque nuestro lugar sea el infierno”.

“Estoy solo y no hay nadie en el espejo”.

“Sólo aquello que se ha ido es lo que nos pertenece”.

“Para el argentino, la amistad es una pasión y la policía una mafia”


“¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad”.

María Kodama, la viuda de Borges, y heredera de toda la obra y los derechos de Jorge Luis Borges, en una entrevista, recordó una anécdota que vale la pena mencionar. Aquella anécdota tiene que ver con el encuentro que tuvieron Jorge Luis Borges y, nada menos que Mick Jagger.
Dos potencias se han saludado hace varios años atrás y de ello nos hemos enterado gracias al recuerdo de María Kodama:
“Siempre es lindo recordar este momento, cuando estábamos en un hotel en Madrid, esperando que nos llamen a cenar y aparece Mick Jagger, yo no lo había visto de lejos porque soy miope. De repente veo que se acerca un hombre y era él, que se arrodilla frente a Jorge Luis y le dice: `maestro yo lo admiro´. Y Borges le responde: `¿Y usted quién es?´. “Mick Jagger”, fue la respuesta del rockero. Y en ese momento él le dijo: `Ah, ¿uno de los Rolling Stones?´”

En la misma entrevista, María Kodama, sigue hablando de la música que le gustaba a Borges y menciona que entre sus artistas preferidos estaban bandas como Pink Floyd, The Beatles y The Rolling Stones, quién se podría haber imaginado qué uno de los mejores escritores del mundo fuera fanático de esas bandas. A raíz de ello María Kodama dijo:
“Le gustaba mucho la música de Pink Floyd. Para su cumpleaños poníamos The Wall porque decía que lo llenaba de energía.
Borges era fanático de los Beatles, de los Rolling Stones, de Pink Floyd. Amaba la música que le daba fuerza, le gustaban los espirituales negros, muchas veces fuimos a Nueva Orleáns a escuchar jazz, también le gustaban los blues y la milonga le gustaba muchísimo. Le gustaban los viejos tangos, que eran totalmente distintos a lo que él decía que había hecho Gardel con el tango, hacerlo llorón, sentimental, arruinarlo”.

Si bien Jorge Luis Borges es considerado uno de los autores más influyentes del siglo XX, no era muy querido por los sectores populares, sobre todo por su manera de referirse a las minorías. Algunas de sus frases y pensamientos reflejan esta manera de ser tan rechazada del escritor argentino:

“Vamos a imaginarnos el mundo sin vascos -yo tengo bastante sangre vasco-, vamos a imaginarnos el mundo sin negros -que yo sepa, no tengo sangre negra-. Sería exactamente igual”.

“Hay países que han dado mucho, entre los países modernos, desde luego. Es evidente que Italia, Inglaterra y Francia, mientras que es evidente que hay otros países que han dado menos, o casi nada. Eso es lo que yo he dicho, nada más”.

“Pienso que no hay un individuo en el mundo de sangre pura. Puede haber algún esquimal, algún africano. Pero en general, las sangres están muy mezcladas”.

Más frases y pensamientos de Jorge Luis Borges lo identifican como un hombre brillante e inteligente. En algunas de estas frases que he traído para compartir, Jorge Luis Borges habla sobre la amistad y también sobre el amor;


“Muchas veces me siento solo. Pero tengo amigos, pocos pero buenos; tengo gente que me quiere”.

“Y tengo además un refugio que no todos tienen y es el hecho de que esencialmente soy un escritor. Mal escritor, buen escritor, eso no importa. Lo importante es poder refugiarme en la literatura, eso es lo que más me ayuda a escapar de la soledad”.

“Yo no creo ser un gran escritor. Sin salir de este país hay escritores muy superiores a mí”.

“Para mí la democracia es un abuso de la estadística. Y además no creo que tenga ningún valor”.

“Una persona que trate de hacerse popular a todos parece singularmente no tener vergüenza. El político en sí no me inspira ningún respeto. Como político”.

Jorge Luis Borges se proclamó a favor de la Revolución Libertadora llevada a adelante por los militares, que derrocó en Argentina al gobierno democrático de Juan Domingo Perón, en 1955. Solía ser bastante contradictorio, ya que en muchas ocasiones se expresaba sobre política sin embargo decía que no era un hombre político. Otras de sus frases fueron:


“Yo no soy un hombre político. Si mañana me llamasen para ocupar un puesto político, porque me eligiesen o impusiesen, yo sé lo que haría: renunciaría inmediatamente”.

“No entiendo de política, de igual modo que no entiendo de medicina, no entiendo de música, no entiendo de ingeniería, ni entiendo de cultura”.


“Ahora claro que la felicidad que da el amor es tan grande que más vale ser desdichado muchas veces para ser feliz algunas. ¡Es también una cuestión de estadística!”.


“Yo creo que todos nosotros hemos sido muy felices con el amor alguna vez y también creo que todos hemos sido muy desdichados muchas veces”.

Jorge Luis Borges nunca se casó. Había rumores que decían que era homosexual y que tenía una relación bastante complicada con su madre, quien era muy posesiva. Pero él dijo que se enamoró muchas veces y que creía en el amor, aunque con reparos. Sobre ello dijo:

“El amor le ofrece a uno esa incertidumbre, esa inseguridad del hecho de poder pasar de una felicidad absoluta a la desdicha; pero también de poder pasar de la desdicha a la brusca, a la inesperada felicidad. Pienso que es una experiencia y uno no debe rehusar experiencias”.

“Creo que se le ha dado demasiada importancia a la libertad. Sobre todo, ya que la mayoría de la gente no sabe ejercerla. La ejercen de un modo bobo”.


“Para un gran místico sueco, la principal facultad del cerebro era el olvido. La verdad es que recordamos demasiadas cosas”.

“El mayor defecto del olvido es que a veces incluye a la memoria”.