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"Renuncia" de Kafka
Era muy temprano por la mañana, las calles estaban limpias y vacías, yo iba a la estación. Al verificar la hora de mi reloj con la del reloj de una torre, vi que era mucho más tarde de lo que yo creía, tenía que darme mucha prisa; el sobresalto que produjo este descubrimiento me hizo perder la tranquilidad, no me orientaba todavía muy bien en aquella ciudad. Felizmente había un policía en las cercanías, fui hacia él y le pregunté, sin aliento, cuál era el camino. Sonrió y dijo:
-¿Por mí quieres conocer el camino?
-Sí –dije-, ya que no puedo hallarlo por mí mismo.
-Renuncia, renuncia -dijo, y se volvió con gran ímpetu, como las gentes que quieren quedarse a solas con su risa.
En relación al micro que citó Curro, me gustaría poner este pequeño relato de Kafka. El escritor checo siempre ha despertado controversia entre los lectores, no tanto entre los expertos. Pero sí conozco mucha gente que no acaba de entender cómo la literatura de este hombre está situada entre los más grandes de la historia. Su estilo difícil y algo farragoso, sus temas esencialmente simbólicos, además de su peculiar personalidad trasladada a sus personaje protagonistas, provocan cierto rechazo entre mucha gente. Aunque es curioso que muchos de lo que no lo soportan, no se atrevan a decirlo, ya que no hay duda, “Kafka” es uno de los intocables del siglo XX. Me gustaría que me dijeseis que os parece este pequeño relato que he citado. Por mi parte os diré, que siempre me ha llamado la atención, pero me guardo mi opinión hasta conocer la vuestra :)
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Pues a mí sí me gusta Kafka. Es verdad que es un escritor algo complejo, y en algunas fases de sus narraciones me pierdo, pero siempre consigue despertar en mi sensaciones extrañas que me agradan. Hace poco leí "El proceso" y me pareció muy interesante. Me gusta mucha la parte en la que Josef K. visita a Titorelli, ese pintor que hacía retratos de jueces. Toda la conversación que tiene con el protagonista me resulta muy atrayente. Y sus descripciones de esos edificios y esas estancias tan extrañas, algo expresionistas ¿no? están muy bien logradas.
Sobre el relato "Renuncia", me parece interesante, y no hay duda que emparenta con ese estilo tan peculiar de Kafka, de protagonistas atribulados, perdidos en una sociedad que oprime su personalidad. "Renuncia, renuncia" porque la batalla está perdida ¿o no? El ser humano lo intenta pero se da de bruces contra la realidad, contra el poder, contra los propios miedos... A ver Vero, dinos tu opinión. ¿voy bien?
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No sé si vas bien o no, Manolo, el que está claro que nunca iba bien era Kafka. Un hombre tremendamente sensible, enfermizo, cuya producción está íntimamente ligada a su personalidad. Es cierto que las obras siempre están fusionadas con los autores, pero en el caso de Kafka, esta fusión era hasta el tuétano de sus huesos. Ya desde el hecho de que en sus novelas, los protagonistas sean él mismo, de manera más o menos disimulada, o directamente obvia ("K" en "El castillo"), Kafka volcaba en su narrativa todas sus obsesiones y anhelos, mostrando en cada página esa incipiente alienación del ser humano tan propia del siglo XX (y lo que nos queda). Siempre he tenido una relación de amor-odio con este hombre, tirando más en los últimos tiempos hacia lo segundo. Tal vez, por la cantidad de plagios de escritores posteriores que generó su estilo. Sobre "Renuncia" no sé que decir. ¿La historia kafkiana de siempre?
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¿La historia kafkiana de siempre? No sé, Curro. Yo sí soy una defensora de Kafka, traté de engañaros con mi primer post, para ver si picábais el anzuelo :p Siempre he sentido admiración por la literatura del checo. Considero que es uno de los grandes y su peculiar manera de narrar abrió las puertas de par en par para decenas de escritores que siguieron su estela. Es cierto, muchos le copiaron con poca fortuna. Pero otros grandes escritores supieron llevar su estilo a un nivel diferente forjando grandes y originales obras. "Renuncia" siempre me ha encantado y ejemplifica a la perfección ese personaje tan kafkiano que se enfrenta a una sociedad perversa, burocratizada, practicamente insondable, que lo asfixia, y le lleva, por lo general, a la perdición. Por ello, cómo tú dices Manolo, el policía le dice que renuncie, porque no hay esperanza, porque aun que el personaje quiera, nunca encontrará su camino. Os dejo una cita de Borges sobre Kafka que puede servir como reivindicación de la figura del checo.
"Habla un discípulo de Kafka, un tardío discípulo de Kafka, pero que sigue sintiéndolo y agradeciendo lo mucho que él le ha dado y lo poco que él ha podido hacer con ese espléndido regalo de su obra".