Frases de felicidad

Frases de felicidad. Citas célebres de felicidad.

“Cuando el ser humano es feliz, está en armonía consigo mismo y con los demás”
Oscar Wilde



“Con la libertad, las flores, los libros y la luna, quién no sería perfectamente feliz?”
Oscar Wilde



“Cada uno es tan infeliz como cree”
Giacomo Leopardi


“Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo.”

Leon Tolstoi



“Quien encuentra la paz en su hogar, ya sea rey o campesino, es el más feliz de los humanos”

Goethe

“Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.”

Pablo Neruda



“Nunca serás feliz si sigues buscando el origen de la felicidad. Nunca vivirás si le buscas el sentido a la vida.”
Albert Camus



“Encuentra la felicidad en el trabajo o nunca serás feliz”
Cristobal Colón


"En el desprecio de la ambición se encuentra uno de los principios esenciales de la felicidad sobre la tierra."

Voltaire

“La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más.”

Kierkegaard


“La felicidad es a veces una bendición, pero por lo general es una conquista.”

Paulo Coelho


“Si quieres comprender la palabra felicidad, tienes que entenderla como recompensa y no como fin.”
Antoine De Saint Exupery


“Sólo quien es feliz puede repartir felicidad.”

Paulo Coelho


“Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras esperan la gran felicidad”

Pearl S. Buck


“Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo.”
Sigmund Freud


“La felicidad consiste en hacer el bien.”
Aristóteles



“Dios provee a cada pájaro con alimento, pero no se lo hecha en el nido.”
George Herbert



“La felicidad es el privilegio de ser bien engañado.”
Jonathan Swift



“La felicidad es no tener que pensar en ella.”
Séneca



“En algunos momentos las personas son incapaces de entender la felicidad.”
Paulo Coelho