“Un trabajo muy sucio” de Christopher Moore

Hoy me gustaría hablar de una novela muy pero muy graciosa del escritor Christopher Moore llamada "Un trabajo sucio", ya con el título podemos dar cuenta de que algo raro ocurrirá y nos causará mucha gracia.
Lo que sucede en la novela es la historia de Charlie Asher, un padre primerizo y como tal se enfrenta a la tarea de criar a su primer hijo. Lo que parece una historia sin mucha trama se transforma de repente en una historia muy graciosa ya que el personaje de lo único que se preocupa, en la primera escena, es chequear que su hija tenga todos los dedos y al contarlo siempre cuenta uno de más, eso desde ya que es muy gracioso y pondrá al personaje en situaciones sumamente vergonzosas.
Luego de tener a su hija comienzan las situaciones raras en la novela ya que de repente queda viudo y comienza a ver a una especie de duende verde

Más que un duende un hombre verde, sea como sea pasamos de ver desde el comienzo de la novela hasta este momento de un padre preocupado a un padre completamente loco. Todo lo que viene sucediendo en la novela no queda ahí sino que se sigue entreverando aún más ya que de repente el hombre se da cuenta de que además de ser un padre que debe encargarse de cuidar a su hija y de atender su tienda, también es un Mercader de la Muerte, una persona con la tarea de recoger almas. Como podrán ver la novela es un completo disparate ya que nada de lo que ocurre tiene algún tipo de sentido.
Esta novela de locos nos hace reír mucho ya que todo lo que le ocurre al personaje es completamente delirante, de hecho la novela es bastante corta así que todo lo que va sucediendo se va resolviendo rápida y muy graciosamente.

Para que ya comiencen a reír les comparto un fragmento de la novela de Cristopher Moore llamada “Un trabajo sucio”, realmente se las recomiendo:
"Charlie había cogido en brazos a la pequeña Sophie unos segundos ese día y enseguida se la había pasado a la enfermera, alegando que alguien más ducho que él debía hacer el recuento de los dedos de sus manos y pies. Él ya lo había hecho dos veces y siempre contaba veintiuno.
- Se comportan como si eso fuera todo. Como si, porque la cría tenga los diez dedos de los pies y los diez de las manos, todo fuera a salir bien ¿Y si hay alguno de más? ¿Eh? ¿Y si hay dedos de regalo? ¿Y si el bebé tiene cola? (Charlie estaba seguro de haber visto una cola en la ecografía del sexto mes. ¡El cordón umbilical!¡Sí, ya! Había guardado una copia en papel)."

El autor del libro que refieres, Un trabajo muy sucio, es el fantástico y mediático estadounidense Christopher Moore, que nació en Ohio en el año 1957. Este autor trabajo en lo que se conoce en la actualidad como ficción absurda.

La vida de este escritor estuvo signada, en parte, por su entorno familiar. Según su biografía, dicen que es hijo de un policía y de una madre que trabajaba en un centro comercial vendiendo artefactos del hogar. Sus primeros escritos los realizó a la temprana edad de 12 años. He aquí el comienzo de la novela Un trabajo muy sucio:

“Charlie Asher caminaba por la tierra como camina una hormiga sobre la superficie del agua, como si, al más leve tropiezo, pudiera caer en picado y verse engullido por los abismos. Dotado de la imaginación de un macho beta, pasaba gran parte de su tiempo escudriñando el porvenir por si lograba atisbar las formas en que el mundo conspiraba para matarlo. A él, a su esposa, Rachel, y ahora también a Sophie, su hija recién nacida. Pero, pese a su concentración, pese a su paranoia y sus incesantes desvelos, desde el momento en que Rachel hizo pis y en la prueba de embarazo salió una rayita azul, hasta el momento en que la llevaron a la sala de reanimación del St. Francis Memorial, la Muerte logró colarse en su vida de rondón”.

Ya de adolescente, Christopher Moore se mudó a California y estudió en la Universidad de Ohio y también en el Brooks Institute of Photography en la ciudad de Santa Bárbara. Antes de lanzarse a la fama como escritor, Cristopher trabajó como vendedor de seguros. También fue camarero, fotógrafo, periodista y obrero en una fabrica de cerámica. El mismo asegura que también se desempeño como DJ, lo que le gustaba mucho. Más de su novela Un trabajo muy sucio:

“Charlie había cogido en brazos a la pequeña Sophie unos segundos ese día y enseguida se la había pasado a la enfermera, alegando que alguien más ducho que él debía hacer el recuento de los dedos de sus manos y sus pies. Él ya lo había hecho dos veces y siempre contaba veintiuno”.

“—Se comportan como si eso fuera todo. Como si, porque la cría tenga los diez dedos de los pies y los diez de las manos, todo fuera a salir bien. ¿Y si hay alguno de más? ¿Eh? ¿Y si hay dedos de regalo? ¿Y si el bebé tiene cola?”.

Las novelas de Christopher Moore se caracterizan por retratar a personajes ajustados totalmente a la realidad pero que se ven de alguna manera inmersos en circunstancias que superan esa realidad. Con estas tramas, el escritor estadounidense se ha convertido en autor de best-sellers que rompen las taquillas de ventas en el mercado editorial mundial. Sigo compartiendo los desopilantes diálogos de su novela Un trabajo muy sucio:

“—¡No hay cola que valga, merluzo! ¡Mire! —Apartó la manta y le apuntó con el trasero de Sophie como si esta pudiera descargar una andanada de caca armamentística como aquel cándido macho beta no había visto otra igual.

Charlie se apartó de un brinco (era un treintañero ágil y atlético) y, al darse cuenta de que el bebé no estaba cargado, se enderezó las solapas de la chaqueta de tweed con ademán de justa indignación”.

Una de sus novelas más vendidas de Christopher Moore fue La comedia del diablo. El autor vendió los derechos a cifras millonarias en el año 2007 y fue llevada al cine con rotundo éxito. Fue el sello Disney el que compró estos derechos antes de que salga el libro al mercado, por lo que antes de su publicación los productores auguraban que sería todo un éxito. Sobre este panorama, que se repetiría con otros de sus libros, el mismo autor dijo que todos sus libros corren el riesgo de verse convertidos en filmes.

Más de su novela Un trabajo muy sucio:

“La enfermera exhaló un suspiro. Era baja y ancha, y llevaba en la pantorrilla derecha una serpiente tatuada que se le veía a través de las medias blancas de enfermera. Se pasaba cuatro horas al día dando masajes a bebés prematuros, con las manos metidas por los agujeros de una incubadora como si estuviera manipulando una sustancia radioactiva. Les hablaba, les animaba, les decía lo especiales que eran y sentía aletear el corazón en sus pechos, no más grandes que un par de calcetines de deporte enrollados”.

El escritor nacido en Ohio, Christopher Moore, ha logrado vivir con holgura debido al éxito en millones de dólares de sus libros. Es así que hasta se dio el lujo de vivir en la paradisíaca isla de Hawai durante un tiempo, aunque luego retornó a California para seguir trabajando. Su novela Un trabajo muy sucio, fue una de las más celebradas y vendidas. Comparto más de sus pasajes:

“Lloraba por cada uno de ellos y creía que sus lágrimas y sus caricias insuflaban una pizca de su propia vida en aquellos cuerpos minúsculos, lo cual le parecía de perlas. Podía permitírselo. Llevaba veinte años trabajando con neonatos y nunca le había levantado la voz a un padre primerizo”.

“Charlie se apartó de un brinco (era un treintañero ágil y atlético) y, al darse cuenta de que el bebé no estaba cargado, se enderezó las solapas de la chaqueta de tweed con ademán de justa indignación”.

El primer libro de Christopher Moore, que fue el titulado La comedia del diablo, salio a la venta por primera vez al mercado editorial en el año 1992, por els ello Grijalbo. La trama de esta novela trata sobre un diablo que vive en el infierno y de su amo que lo controla. Fue traducida a varios idiomas, entre ellos el alemán, italiano, japonés y ruso. De acuerdo al rotundo éxito que tuvo, tanto en el mercado de los libros, como en el cine, muchos auguran que han de lanzar una nueva edición en estos días, aunque no han confirmado eso los sellos que la comercializan. Otros de los pasajes de su novela:

“—Papá siente haberte convertido en una shiksa. —Bajó la cabeza y escondió la cara en el hueco que había entre el bebé y el costado de Rachel. Su mujer recorrió con la uña de un dedo la línea de sus entradas, describiendo una curva cerrada alrededor de su estrecha frente.
—Tienes que irte a casa y dormir un poco.
Charlie masculló algo contra las sábanas. Cuando levantó la vista tenía lágrimas en los ojos”.

El personaje principal de La comedia del diablo, la novela de Christopher Moore, se llama Travis. Es un hombre muy especial que nació en el año 1900, en el siglo XX, pero que no logró envejecer con el paso del tiempo. Su edad y aspecto físico se han estancado en el año 1916, en plena adolescencia. Eso le sucedió porque por error invocó a un demonio de nombre Engañifa, quien se ha convertido en su esclavo. Más de su novela Un trabajo muy sucio:

“—No pasa nada si no le crece el pelo. Había una cantante irlandesa que siempre estaba enfadada y no tenía pelo, y era muy atractiva. Si tuviera su cola, podríamos extraer unos folículos y trasplantárselos.
—¡Charlie, vete a casa!
—Tus padres me culparán a mí. Su nieta, shiksa y calva, buscándose la vida para sacarse un master en administración de empresas. Y todo por mi culpa.
Rachel cogió el timbre que había sobre la manta y lo sostuvo en alto como si estuviera conectado a una bomba”.

Siguiendo con la novela LA comedia del diablo, que fue llevada al cine con rotundo éxito, cuando aparece Engañifa en la vida de Travis, el muchacho hace lo imposible por deshacerse de él sin conseguirlo. Lo trágico que le pasó es que perdió el recipiente en donde tiene los elementos para producir el hechizo y que este desaparezca. Intentando encontrar los elementos para preparar la pócima, Travis viaja a un lugar imaginario llamado Pine Cove, ya que cree que ahí está la mujer que le dio esos elementos. En este viaje, Travis pasará por situaciones realmente disparatadas.
Otros pasajes escritor por este autor dicen:

“Parecía hablar en serio, pero sonreía. A Charlie le gustaba ver su sonrisa, siempre le había gustado; era como si le diera su aprobación y al mismo tiempo le concediera permiso. Permiso para ser Charlie Asher.
—Vale, ya me voy. —Levantó la mano para tocarle la frente—. ¿Tienes fiebre? Pareces cansada”.

Una de las particularidades, o tal ves gustos que se da el autor de ficción absurda, Christopher Moore, es que vuelve a usar a sus personajes en otros de sus libros, como también esos lugares ficticios en donde se desarrollan las tramas. Esto se puede ver claramente en la novela publicada en el año 19985, que fue la tercera d este autor, llamada La sanguijuela de mi niña y la que parece ser una prolongación de la segunda llamada Chupáte ésta. Ahora continúo con algunos fragmentos de La comedia del diablo:

“Charlie le ahuecó las almohadas, comprobó la jarra de agua, remetió las sábanas, la besó en la frente, besó al bebé en la cabeza, ahuecó al bebé y empezó luego a recolocar las flores que había enviado su madre, puso el gladiolo delante, lo resaltó con un ramillete de velo de novia y...
—¡Charlie!
—Ya me voy. ¡Jolín! —Inspeccionó la habitación una última vez y luego retrocedió hacia la puerta—. ¿Quieres que te traiga algo de casa?”.

La novela La sanguijuela de mi niña, del escritor nacido en Estadois Unidos Cristopher Moore, trata sobre una mujer joven y linda, de cabello pelirrojo que vive en la ciudad de San Francisco, que recibe el ataque de un vampiro y se convierte en uno de ellos, por lo que de a poco deberá luchar y aprender a vivir como un vampiro. La mujer se llama Jody y en ese trance conoce a un joven llamado Thomas Flood, a quien le dicen "Tommy" y que la ayudará a vivir su nueva vida. Otros de sus pasajes dice:

“Charlie notó un nudo en la garganta. Nadie lo había llamado nunca «papá», ni siquiera una marioneta (una vez le había preguntado a Rachel mientras hacían el amor: «¿Quién es tu papaíto?», a lo que ella había respondido: «Saúl Goldstein», dejándolo de ese modo impotente una semana entera y despertando en él toda clase de dudas en las que no quería pararse a pensar)”.

Siguiendo con la trama de la novela La sanguijuela de mi hija, de Cristopher Moore, esta trama continúa con que el joven aspirante a escritor a quine le dicen Tommy, ayudará a Jody, la joven convertida recientemente en vampiro, a poder sobrevivir en la gran ciudad convertida en un nuevo y extraño ser. El muchacho trabaja como guarda nocturno en un centro comercial y así es que ambos empiezan una vida juntos. Pero siente atracción entre sí, lo que complicará aún más las cosas. Otro fragmento de una de sus novelas dice:

“Charlie conducía una furgoneta de seis años que, junto con la tienda de oportunidades y artículos de segunda mano, y el edificio que la albergaba, había heredado de su padre. La furgoneta olía siempre a polvo, a bolas de naftalina y a aroma corporal, a pesar del bosque de ambientadores en forma de árbol de Navidad que Charlie había colgado de todos sus ganchos, salientes y protuberancias. Abrió la puerta del coche y el olor de lo desechado (la mercancía con que comerciaba el dueño de una tienda de géneros de segunda mano) lo inundó por completo”.

Este escritor estadounidense, Cristopher Moore, de más está decir que es uno de los más vendidos. Tiene una particular manera de narrar las historias, lo que lo hace realmente muy leíble. Capta con ese género casi nuevo que es el policial absurdo, la atención de miles de lectores en todo el mundo, lo que ha hecho famoso y millonario.

Más fragmentos de una de las novelas de Cristopher Moore dicen:

“Antes siquiera de que metiera la llave en el contacto, se fijó en el compacto de Sarah McLachlan que había en el asiento del acompañante. Rachel iba a echarlo de menos. Era su disco preferido y allí estaba ella, recuperándose sin él. Charlie no podía consentirlo. Agarró el compacto, cerró la furgoneta y volvió a subir a la habitación de Rachel. Para alivio suyo, la enfermera se había retirado del mostrador, así que no tuvo que soportar su gélida mirada de reproche, o lo que imaginaba sería su gélida mirada de reproche. Había preparado mentalmente un corto discurso acerca de que ser un buen marido y padre significaba anticiparse a los deseos y necesidades de su esposa, y ello incluía llevarle su música preferida”.

Sin duda alguna que lo que le pasó en la vida a Cristopher Moore como escritor es lo que quisieran que les ocurra a todos aquellos que empiezan a escribir novelas: el éxito. Un éxito quizás un tanto cuestionable, ya que muchos críticos han catalogado a las obras de este escritor como de medio pelo o un tanto carentes de calidad literaria, pero lo cierto es que ha llegado a estar entre los primeros en la lista de autores estadounidenses más vendidos en todo el mundo, lo que no es poca cosa. Más fragmentos de una de las novelas que lo llevó a la fama:

“En fin, podía usar el discurso a la salida, si la enfermera lo obsequiaba con su gélida mirada. Abrió lentamente la puerta de la habitación para no sobresaltar a Rachel y al hacerlo imaginó su cálida sonrisa de desaprobación. Pero Rachel parecía estar dormida y junto a la cama había un negro muy alto, vestido de color verde menta.
—¿Qué hace usted aquí?
El hombre vestido de verde menta se volvió, sobresaltado".

Particularmente a mí me gustan las novelas de Cristopher Moore por su estilo tan innovador, pese a que los analistas y críticos actuales las han denostado en varias ocasiones. Algo es cierto respecto a los best Sellers y que ha sido tema de discusión y lo es de manera constante, y es que no todos tienen una calidad literaria sino más bien parece que son elementos que solo sirven para abastecer la necesidad de los lectores menos criteriosos y exigentes. Más fragmentos de una de las novelas del autor nacido en Estados Unidos:

“La pena reciente tiene un filo muy fino, siega los nervios, desconecta la realidad: hay piedad en una hoja bien afilada. Solo con el tiempo, a medida que va embotándose el filo, empieza el verdadero dolor. De modo que Charlie apenas fue consciente de sus propios gritos en la habitación de Rachel en el hospital, ni de que lo sedaron, ni de la histeria eléctrica y vaporosa que cubrió con su red todo lo que hizo aquel primer día. Después llegó la memoria del sonámbulo, escenas filmadas desde la cuenca del ojo de un zombi, mientras deambulaba como un espectro entre explicaciones, recriminaciones, preparativos y ceremonias”.