Vida y obra de Arthur Conan Doyle

Sir Arthur Conan Doyle fue un gran escritor escocés que nació el 22 de mayo del año 1859, en Edimburgo. Fue hijo de un inglés que se había apasionado por el dibujo y la pintura aunque llevó una vida bastante displicente ya que era adicto al alcohol y además depresivo, lo que hizo que el niño Arthur sufriera mucho durante la infancia. De hecho, a raíz de un accidente que tuvo su padre, él y sus hermanos debieron ser alojados en un internado. Sin embargo, de adulto llegó a ser uno de los escritores más reconocidos. Aquí he seleccionado fragmentos de Estudio en escarlata, una de sus obras más mentadas:

“En el año 1878 obtuve el título de doctor en medicina por la Universidad de Londres, asistiendo después en Netley a los cursos que son de rigor antes de ingresar como médico en el ejército. Concluidos allí mis estudios, fui puntualmente destinado el 5.0 de Fusileros de Northumberland en calidad de médico ayudante. El regimiento se hallaba por entonces estacionado en la India, y antes de que pudiera unirme a él, estalló la segunda guerra de Afganistán”.

La familia de Arthur Conan Doyle se disolvió tempranamente ya que el padre gastaba todo su dinero en alcohol y entonces la madre decidió irse con los niños a una pensión. Ya en el año 1868, Conan Doyle recibió dinero de sus tíos y comenzó sus estudios en el instituto Stonyhurst Saint Mary's Hall, hasta 1876, momento en que continuó sus estudios en Austria. Cuando terminó sus estudios secundarios se alistó en la universidad para la carrera de medicina, la cual terminó.

Más pasajes de Estudio en escarlata:

“Al desembarcar en Bombay me llegó la noticia de que las tropas a las que estaba agregado habían traspuesto la línea montañosa, muy dentro ya de territorio enemigo. Seguí, sin embargo, camino con muchos otros oficiales en parecida situación a la mía, hasta Candahar, donde sano y salvo, y en compañía por fin del regimiento, me incorporé sin más dilación a mi nuevo servicio”.

Cuando Sir Arthur Conan doyle se recibió de médico viajó hacia Aston para ejercer como cirujano. En esta época, Doyle hizo amistades con otros escritores y comenzó a pensar el que sería su personaje más famoso: Sherolk Holmes. Amante de las letras, comenzó a escribir colaboraciones sobre medicina para un diario de la época y decidió embarcarse hacia África para ejercer la medicina.

Más fragmentos de Estudio en escarlata:

“La campaña trajo a muchos honores, pero a mí sólo desgracias y calamidades. Fui separado de mi brigada e incorporado a las tropas de Berkshire, con las que estuve de servicio durante el desastre de Maiwand. En la susodicha batalla una bala de Jezail me hirió el hombro, haciéndose añicos el hueso y sufriendo algún daño la arteria subclavia. Hubiera caído en manos de los despiadados ghazis a no ser por el valor y lealtad de Murray, mi asistente, quien, tras ponerme de través sobre una caballería, logró alcanzar felizmente las líneas británicas”.

Hacia el año 1882 ejercía como médico pero no le iba bien así que decidió retomar su afición por la escritura y creó las obras The Mystery of Cloomber y "The Captain of the Pole-Star". Además de médico y escritor, Conan Doyle fue un gran deportista, sobre todo, se especializó en rugby aunque también al golf y el boxeo.

Ahora, más de su relato Estudio en escarlata:

“Agotado por el dolor, y en un estado de gran debilidad a causa de las muchas fatigas sufridas, fui trasladado, junto a un nutrido convoy de maltrechos compañeros de infortunio, al hospital de la base de Peshawar. Allí me rehice, y estaba ya lo bastante sano para dar alguna que otra vuelta por las salas, y orearme de tiempo en tiempo en la terraza, cuando caí víctima del tifus, el azote de nuestras posesiones indias. Durante meses no se dio un ardite por mi vida, y una vez vuelto al conocimiento de las cosas, e iniciada la convalecencia, me sentí tan extenuado, y con tan pocas fuerzas, que el consejo médico determinó sin más mi inmediato retorno a Inglaterra”.

Arthur Conan Doyle se casó en el año 1885 con Louise Hawkins, del matrimonio nacieron dos hijos llamados Mary Louise y Alleyne Kingsley. Pero su esposa murió de tuberculosis muy joven por lo que Arthur se casó con una mujer de la que siempre había estado enamorado y tubo tres hijos más.

Más fragmentos de Estudio en escarlata:

Despachado en el transporte militar Orontes, al mes de travesía toqué tierra en Portsmouth, con la salud malparada para siempre y nueve meses de plazo, sufragados por un gobierno paternal, para probar a remediarla. No tenía en Inglaterra parientes ni amigos, y era, por tanto, libre como una alondra -es decir, todo lo libre que cabe ser con un ingreso diario de once chelines y medio-. Hallándome en semejante coyuntura gravité naturalmente hacia Londres, sumidero enorme donde van a dar de manera fatal cuantos desocupados y haraganes contiene el imperio.

Hacia el año 1891 el escritor, también médico, se mudó a Londres pero esta vez no para trabajar como cirujano sino como oftalmólogo. No tuvo mucha suerte nuevamente, ya que él mismo dijo en su autobiografía que nunca entró un paciente a su consultorio. Así es que Arthur Conan Doyle volvió a ocupar su tiempo libre en escribir. Fue en ese tiempo en que creó a Sherolk Holmes, el personaje que lo catapultaría a la fama y a la inmortalidad.

Ahora seguiré subiendo fragmentos de Estudio en escarlata:

“Permanecí durante algún tiempo en un hotel del Strand, viviendo antes mal que bien, sin ningún proyecto a la vista, y gastando lo poco que tenía, con mayor liberalidad, desde luego, de la que mi posición recomendaba. Tan alarmante se hizo el estado de mis finanzas que pronto caí en la cuenta de que no me quedaban otras alternativas que decir adiós a la metrópoli y emboscarme en el campo, o imprimir un radical cambio a mi modo de vida. Elegido el segundo camino, principié por hacerme a la idea de dejar el hotel, y sentar mis reales en un lugar menos caro y pretencioso”.

Fueron meses y años intensos en los que Arthur Conan Doyle le dedicó a crear y recrear escenas de Sherolk Holmes, tanto fue el desgaste que puso en ello que llegó a mandarle una misiva a su madre diciéndole que quería acabar con el personaje porque lo estaba consumiendo. Ese anhelo llegaría en su obra llamada "El problema final". Aquí hay más de su trabajo estudio en escarlata:

“No había pasado un día desde semejante decisión, cuando, hallándome en el Criterion Bar, alguien me puso la mano en el hombro, mano que al dar media vuelta reconocí como perteneciente al joven Stamford, el antiguo practicante a mis órdenes en el Barts. La vista de una cara amiga en la jungla londinense resulta en verdad de gran consuelo al hombre solitario. En los viejos tiempos no habíamos sido Stamford y yo lo que se dice uña y carne, pero ahora lo acogí con entusiasmo, y él, por su parte, pareció contento de verme. En ese arrebato de alegría lo invité a que almorzara conmigo en el Holborn, y juntos subimos a un coche de caballos”.

Cuando Sir Arthur Conan Doyle le puso muerte a Sherolk Holmes se llevó una sorpresa porque ello cayó muy mal entre los lectores que esperaban con ansias sus historias. Pero no terminó allí ya que el escritor empezó a recibir todo tipo de cartas incluso hasta de amenazas si seguía con su deseo de hacer desaparecer al famoso detective. Aquí hay más partes de Estudio en escarlata, en donde el escritor hace aparecer al detective:

“-Pero ¿qué ha sido de usted, Watson? -me preguntó sin embozar su sorpresa mientras el traqueteante vehículo se abría camino por las pobladas calles de Londres-. Está delgado como un arenque y más negro que una nuez.
Le hice un breve resumen de mis aventuras, y apenas si había concluido cuando llegamos a destino.
-¡Pobre de usted! -dijo en tono conmiserativo al escuchar mis penalidades-. ¿Y qué proyectos tiene?
-Busco alojamiento -repuse-. Quiero ver si me las arreglo para vivir a un precio razonable”.

Pese a los intentos de los lectores para que el escritor Conan Doyle resucitara al detective Shreolk Holmes, no quiso, aunque luego de una década de resistirse a ello tuvo que hacerlo y lo hizo en una nueva historia a la que llamó "La casa vacía".

Comparto fragmentos de Estudio ene scarlata:

“-Cosa extraña -comentó mi compañero-, es usted la segunda persona que ha empleado esas palabras en el día de hoy.
-¿Y quién fue la primera? -pregunté.
-Un tipo que está trabajando en el laboratorio de química, en el hospital. Andaba quejándose esta mañana de no tener a nadie con quien compartir ciertas habitaciones que ha encontrado, bonitas a lo que parece, si bien de precio demasiado abultado para su bolsillo.
-¡Demonio! -exclamé-, si realmente está dispuesto a dividir el gasto y las habitaciones, soy el hombre que necesita. Prefiero tener un compañero antes que vivir solo.
El joven Stamford, el vaso en la mano, me miró de forma un tanto extraña”.

Uno de los libros más extensos que escribió Arthur Conan Doyle fue La guerra de los Bóers, el cual publicó en el año 1900, momento en que también intentó comenzar una carrera política presentándose como candidato para la Unión Liberal pero no ganó. Tampoco fue premiado en concursos ni reconocido por sus dotes literarios. Mas fragmentos de sus obras, seguiré subiendo partes de uno de sus cuentos más emblemáticos que es Estudio en escarlata:

“-No conoce todavía a Sherlock Holmes -dijo-, podría llegar a la conclusión de que no es exactamente el tipo de persona que a uno le gustaría tener siempre por vecino.
-¿Sí? ¿Qué habla en contra suya?
-Oh, en ningún momento he sostenido que haya nada contra él. Se trata de un hombre de ideas un tanto peculiares..., un entusiasta de algunas ramas de la ciencia. Hasta donde se me alcanza, no es mala persona.
-Naturalmente sigue la carrera médica –inquirí”.

El título de Sir Arthur Conan Doyle lo obtuvo en el año 1902, cuando publicó un artículo en un diario que hablaba sobre La guerra en el sur de África: causas y desarrollo, y en este trabajo el escritor justificaba la intervención de su país en el conflicto. ASíe s que fue nombrado caballero británico por ello.

Más de sus obras:

“-No... Nada sé de sus proyectos. Creo que anda versado en anatomía, y es un químico de primera clase; pero según mis informes, no ha asistido sistemáticamente a ningún curso de medicina. Persigue en el estudio rutas extremadamente dispares y excéntricas, si bien ha hecho acopio de una cantidad tal y tan desusada de conocimientos, que quedarían atónitos no pocos de sus profesores.
-¿Le ha preguntado alguna vez qué se trae entre manos?
-No; no es hombre que se deje llevar fácilmente a confidencias, aunque puede resultar comunicativo cuando está en vena”.

Sir Arthur Conan Doyle murió en julio de 1930 por un paro cardíaco y fue enterrado en el cementerio de la iglesia de Minstead en New Forest. Pocos años antes de su muerte uno de los hijos del escritor también había muerto, lo que le provocó una profunda depresión y también se negó a escribir por largo tiempo. Más de Estudio en escarlata:

“-Me gustaría conocerle -dije-. Si he de partir la vivienda con alguien, prefiero que sea persona tranquila y consagrada al estudio. No me siento aún lo bastante fuerte para sufrir mucho alboroto o una excesiva agitación. Afganistán me ha dispensado ambas cosas en grado suficiente para lo que me resta de vida. ¿Cómo podría entrar en contacto con este amigo de usted?
-Ha de hallarse con seguridad en el laboratorio -repuso mi compañero-. O se ausenta de él durante semanas, o entra por la mañana para no dejarlo hasta la noche. Si usted quiere, podemos llegarnos allí después del almuerzo.
-Desde luego -contesté, y la conversación tiró por otros derroteros”.

Una de sus obras más emblemáticas, como he dicho anteriormente, fue Estudio en escarlata, también “A Study in Scarlet”, según su traducción al inglés. Esta novela corta pertenece al género misterio y vio la luz por primera vez en el año 1887 y fue en donde apareció el famoso detective Sherolk Holmes. La continuación o el próximo título con el mismo personaje aparecería un año después. Mas de Estudio en escarlata:

“Una vez fuera de Holborn y rumbo ya al laboratorio, Stamford añadió algunos detalles sobre el caballero que llevaba trazas de convertirse en mi futuro coinquilino.
-Sepa exculparme si no llega a un acuerdo con él -dijo-, nuestro trato se reduce a unos cuantos y ocasionales encuentros en el laboratorio. Ha sido usted quien ha propuesto este arreglo, de modo que quedo exento de toda responsabilidad”.
-Si no congeniamos bastará que cada cual siga su camino -repuse-. Me da la sensación, Stamford -añadí mirando fijamente a mi compañero-, de que tiene usted razones para querer lavarse las manos en este negocio. ¿Tan formidable es la destemplanza de nuestro hombre? Hable sin reparos.

La `primera publicación de Estudio en escarlata, en 1887, le dio a Conan Doyle la posibilidad de cobrar25 libros esterlinas. Más tarde, sería el ícono del relato policial. La edición fue ilustrada por el padre del escritor, que era aficionado al dibujo.

Más fragmentos de Estudio en escarlata:

-No es cosa sencilla expresar lo inexpresable -repuso riendo-. Holmes posee un carácter demasiado científico para mi gusto..., un carácter que raya en la frigidez. Me lo figuro ofreciendo a un amigo un pellizco del último alcaloide vegetal, no con malicia, entiéndame, sino por la pura curiosidad de investigar a la menuda sus efectos. Y si he de hacerle justicia, añadiré que en mi opinión lo engulliría él mismo con igual tranquilidad. Se diría que habita en su persona la pasión por el conocimiento detallado y preciso.
-Encomiable actitud.
-Y a veces extremosa... Cuando le induce a aporrear con un bastón los cadáveres, en la sala de disección, se pregunta uno si no está revistiendo acaso una forma en exceso peculiar.

Luego de publicar su más famosa novela, Estudio en escarlata, Arthur Conan Doyle escribió una nueva obra a la que llamó Una madeja enmarañada. Pero esta obra no tuvo la aceptación en los editores que la anterior porque fue rechaza varias veces hasta que comenzó a publicarla en un diario y recién en 1890 logró que una editorial estadounidense lo hiciera en un libro. Más de Estudio en escarlata, una de las obras de Sir Arthur Conan Doyle que más me han atrapado. Si aún no la han leído, les aconsejo que lo hagan ya que es un libro increíble:

-¡Aporrear los cadáveres!
-Sí, a fin de ver hasta qué punto pueden producirse magulladuras en un cuerpo muerto. Lo he contemplado con mis propios ojos.
-¿Y dice usted que no estudia medicina?
-No. Sabe Dios cuál será el objeto de tales investigaciones... Pero ya hemos llegado, y podrá usted formar una opinión sobre el personaje.

Otra de las obras de Sir Arthur Conan Doyle fue la llamada "Reimpresión de las memorias del doctor John H. Watson, quien perteneció al cuerpo médico del ejército". En este libro el escritor cuenta la historia de Dr. John Watson quien se encuentra con un viejo amigo, Stamford. Watson se vio obligado a retirarse por 9 meses ya que su brazo estaba herido por una guerra en la que servía, al recuperarse fue víctima del tifus y ahora está buscando un lugar para vivir. Ahora seguiré publicando fragmentos de Estudio en escarlata:

“Cuando esto decía enfilamos una callejuela, y a través de una pequeña puerta lateral fuimos a dar a una de las alas del gran hospital. Siéndome el terreno familiar, no precisé guía para seguir mi itinerario por la lúgubre escalera de piedra y a través luego del largo pasillo de paredes encaladas y puertas color castaño. Casi al otro extremo, un corredor abovedado y de poca altura torcía hacia uno de los lados, conduciendo al laboratorio de química”.

La historia de "Reimpresión de las memorias del doctor John H. Watson, quien perteneció al cuerpo médico del ejército", de Arthur Conan Doyle, continúa con la presencia de Stamford, quien le revela al doctor Watson que un conocido suyo, llamado Sherlock Holmes, está buscando a alguien para compartir el alquiler de su apartamento. Pero un día llega al apartamento una carta que habla sobre un asesinato y estos dos hombres deciden investigarlo. Más de Estudio en escarlata:

“Era éste una habitación de elevado techo, llena toda de frascos que se alineaban a lo largo de las paredes o yacían desperdigados por el suelo. Aquí y allá aparecían unas mesas bajas y anchas erizadas de retortas, tubos de ensayo y pequeñas lámparas Bunsen con su azul y ondulante lengua de fuego. En la habitación hacía guardia un solitario estudiante que, absorto en su trabajo, se inclinaba sobre una mesa apartada. Al escuchar nuestros pasos volvió la cabeza, y saltando en pie dejó oír una exclamación de júbilo”.

Cuando Sherolk Holmes junto a Watson empiezan a investigar el crimen se reúnen con los inspectores Gregson y Lestrade del caso y van al lugar del asesinato en donde encuentran el cuerpo muerto de un hombre. Es un cuarto frío todo manchado de sangre aunque el cuerpo no presenta heridas pero sí un sangrado por la nariz, lo que les llama la atención a todos. Ahora, continuaré subiendo fragmentos de Estudio en escarlata:

“-¡Ya lo tengo! ¡Ya lo tengo! -gritó a mi acompañante mientras corría hacia nosotros con un tubo de ensayo en la mano-. He hallado un reactivo que precipita con la hemoglobina y solamente con ella.
El descubrimiento de una mina de oro no habría encendido placer más intenso en aquel rostro.
-Doctor Watson, el señor Sherlock Holmes -anunció Stamford a modo de presentación.
-Encantado -dijo cordialmente mientras me estrechaba la mano con una fuerza que su aspecto casi desmentía-. Por lo que veo, ha estado usted en tierras afganas.
-¿Cómo diablos ha podido adivinarlo? -pregunté, lleno de asombro”.

Siguiendo con las escenas de la novela policial de Sir Arthur Conan Doyle, "Reimpresión de las memorias del doctor John H. Watson, quien perteneció al cuerpo médico del ejército", los detectives Holmes y Watson siguen estudiando la escena del crimen y también se ponen a revisar los documentos del hombre muerto. Ahí deducen que el hombre estaba en Londres de paseo con un amigo llamado Joseph Stangerson. Pero en la escena del crimen hay algo más: una inscripción con sangre en la pared que dice "RACHE". Según dice Holmes, esa palabra quiere decir castigo en alemán.

Más de Estudio en escarlata:

“-No tiene importancia -repuso él riendo por lo bajo-. Volvamos a la hemoglobina. ¿Sin duda percibe usted el alcance de mi descubrimiento?
-Interesante desde un punto de vista químico -contesté-, pero, en cuanto a su aplicación práctica...
-Por Dios, se trata del más útil hallazgo que en el campo de la Medina Legal haya tenido lugar durante los últimos años. Fíjese: nos proporciona una prueba infalible para descubrir las manchas de sangre. ¡Venga usted a verlo!”.

Realmente las novelas policíacas del Sir Arthur Conan doyle son atrapantes y misteriosas. Un detalle aparte que tal vez tenga que ver con su profesión de médico, es que en los relatos de este gran escritor siempre hay sangre, además de deducciones inteligentes por parte de Watson y de Holmes que funcionan como un dúo perfecto en investigar crímenes. Ahora terminaré de compartir, por hoy, fragmentos de Estudio en escarlata:

“Era tal su agitación que me agarró de la manga de la chaqueta, arrastrándome hasta el tablero donde había estado realizando sus experimentos.
-Hagámonos con un poco de sangre fresca -dijo, clavándose en el dedo una larga aguja y vertiendo en una probeta de laboratorio la gota manada de la herida.
-Ahora añado esta pequeña cantidad de sangre a un litro de agua. Puede usted observar que la mezcla resultante ofrece la apariencia del agua pura. La proporción de sangre no excederá de uno a un millón. No me cabe duda, sin embargo, de que nos las compondremos para obtener la reacción característica”.