“Adán Buenosayres”

“Adán Buenosayres” es una de las novelas más famosas de la Argentina, escrita por Leopoldo Marechal y publicada en el año 1948. Dicha novela logra reunir, en un mismo libro, toda la mística, la magia y el folklore de una de las capitales más famosas del mundo, la bella ciudad de Buenos Aires.
Mucho se ha debatido y hablado sobre “Adán Buenosayres” para muchos es el Ulises Argentino y para otros es la biblia porteña. Sea cual fuera la definición exacta, de lo que si estoy seguro es que es una novela muy pero muy larga en donde se recorre un día de la vida de Adán, tal como ocurre en el Ulises de James Joyce.
Si ustedes adquieren uno de los ejemplares de “Adán Buenosayres” verán, ya desde los títulos, que cada capítulo asume y toma como fuente de inspiración y de relato de escritura a la Odisea de Homero, innumerables referencias a Virgilio, al Infierno de Dante y hasta pasajes bíblicos.

Todo eso y mucho más es la gran novela “Adán Buenosayres” de Leopoldo Marechal. Yo la he leído en la facultad y realmente me ha parecido un bodrio muy pero muy grande, luego de haber rendido la materia volví a buscarla porque sentía que la había leído, en ese momento, de puro compromiso y tal vez no la había sabido asimilar. Desde ya advierto que no es una novela fácil ya que está hecha con un léxico muy experimental, típico del movimiento al cual el escritor Leopoldo Marechal pertenecía: “El martinfierrismo”, un movimiento de vanguardia literario. De hecho en la novela aparecen los nombres, en clave, de algunos de sus compañeros del movimiento como Jorge Luis Borges, que en la novela lleva el nombre de Pereda y Xul Solar que lleva el nombre de Schultze, entre otros. Como verán se nombran nombres muy fuertes en la novela y serán los acompañantes de Adán en su novela, en su día, en su muerte, en su entierro.

Hace algunos días se cumplieron 30 años de su fecha de publicación y es por ello que la Editorial Corregidor creó una nueva edición perteneciente a la colección EALA (Ediciones Académicas de Literatura Argentina) de “Adán Buenosayres”. Dicha nueva edición aporta a la gran obra de Marechal una amplia introducción e innumerables notas que servirán de guía y explicación al lector a la hora de sumergirse a la aventura que uno emprende cuando se entrega, ciegamente, a las peripecias literarias de Leopoldo Marechal.
Desde ya quedan advertidos, leer ésta novela contemporánea de epopeyas, según el mismo autor, no es una tarea fácil por ello la excelente edición de la Editorial Corregidor propone subsanar todas aquellas lagunas que nos produce éste monumento literario. Así que ya saben si desean leer “Adán Buenosayres” les recomiendo la edición ya mencionada ya que será su compañero fiel por las aventuras de Adán por Buenos Aires.

Julio Cortázar, famoso escritor argentino, ha escrito una suerte de nota o más bien crítica literaria en donde pone de manifiesto el placer que fue leer y, ahora, escribir sobre la obra de Leopoldo Marechal “Adán Buenosayres”.
Por ello es que a continuación me gustaría compartirles algunos de los fragmentos más característicos de la nota, para que ustedes, estimados lectores, puedan apreciar la pasión con la que Cortázar escribe sobre ésta famosa novela.
“La aparición de este libro me parece un acontecimiento extraordinario en las letras argentinas, y su diversa desmesura un signo merecedor de atención y expectativa. Las notas que siguen -atentas sobre todo al libro como tal, y no a sus concomitancias históricas que tanto han irritado o divertido a las coteries locales- buscan ordenar la múltiple materia que este libro precipita en un desencadenado aluvión, verificar sus capas geológicas a veces artificiosas y proponer las que parecen verdaderas y sostenibles.”

“Un Adán en Buenos Aires” es el título que lleva la nota literaria escrita por Julio Cortázar y publicada entre marzo y abril del año 1949 en la revista “Realidad”. En dicha nota, como mencionamos antes el escritor hace eco y mecha de la novela de Marechal. He aquí algunos fragmentos válidos de ser mencionados.
“Adán Buenosayres consiste en una autobiografía, mucho más recatada que las corrientes en el género (aunque no más narcisista), cuyas proyecciones envuelven a la generación martinfierrista y la caracterizan a través de personajes que alcanzan en el libro igual importancia que la del protagonista. Este propósito general se articula confusamente en siete libros, de los cuales los cinco primeros constituyen novela y los dos restantes amplificación, apéndice, notas y glosario.”
Aquí ven como el gran escritor Julio Cortázar presenta, en breves palabras, la estructura de "Adán Buenosayres", nos explica sobre qué trata y cómo se divide.

y continúa:
"Tras el esquema del libro, su armazón interna. Una gran angustia signa el andar de Adán Buenosayres, y su desconsuelo amoroso es proyección del otro desconsuelo que viene de los orígenes y mira a los destinos. Arraigado a fondo en esta Buenos Aires, después de su Maipú de infancia y su Europa de hombre joven, Adán es desde siempre el desarraigado de la perfección, de la unidad, de eso que llaman cielo. Está en una realidad dada, pero no se ajusta a ella más que por el lado de fuera, y aun así se resiste a los órdenes que inciden por la vía del cariño y las debilidades. Su angustia, que nace del desajuste, es en suma la que caracteriza -en todos los planos mentales, morales y del sentimiento- al argentino, y sobre todo al porteño azotado de vientos inconciliables. La generación martinfierrista traduce sus varios desajustes en el duro esfuerzo que es su obra; más que combatirlos, los asume y los completa."

Es muy interesante como cierra su crítica Julio Cortázar sobre el “Adán Buenosayres” de Leopoldo Marechal, ya que luego de una extensa nota el escritor se arriesga a cerrar su crítica con algunas dudas y muchas certezas. ¿Qué mejor que Julio Cortázar para criticar una obra no lo creen? Su pluma es mágica y logra, con un léxico sencillo, hablarnos de una novela bastante complicada en términos sintácticos. He aquí su reflexión:
"No sé, por razones de edad, si Adán Buenosayres testimonia con validez sobre la etapa martinfierrista, y ya se habrá notado que mi intento era más filológico que histórico. Su resonancia sobre el futuro argentino me interesa mucho más que su documentación del pasado. Tal como lo veo, Adán Buenosayres constituye un momento importante en nuestras desconcertadas letras. Para Marechal quizá sea un arribo y una suma; a los más jóvenes toca ver si actúa como fuerza viva, como enérgico empujón hacia lo de veras nuestro. Estoy entre los que creen esto último, y se obligan a no desconocerlo."