El Narrador en Plenilunio
Muñoz Molina nos ha dejado una obra maestra del enfoque narrativo en su novela Plenilunio.
En ella usa una innovadora forma de pluriperspectivismo en la que los diferentes personajes se alternan al mando de la narración.
De hecho nos enteramos de quién está narrando cada capítulo a medida que éste avanza por referencias que el propio narrador hace, de manera que los hechos llegan a nosotros según la percepción de diferentes personajes que expresan sus sentimientos y sus impresionas al respecto de lo que sucede en cada parte de la obra.
De este modo el estilo de cada uno de cada pasaje depende del narrador de cada momento, ya que se adecua a cada uno de los diferentes personajes que se encargan de llevarla a cabo.
Tres son, concretamente, los que ejercen esta tarea: el inspector, obsesivo y vigilante, Susana, la maestra en la que el tedio es la nota predominante y el propio asesino, al que el riesgo excita sobremanera y se muestra vulgar y despreciativo con claras inclinaciones hacia la sexualidad más brutal.