La Historia íntima de los Derechos Humanos

Un duelo extenso y doloroso tras la desaparición de su hijo Pablo durante la represión de la última dictadura militar motivó a Graciela Fernández Meijide a escribir el libro La Historia íntima de los Derechos Humanos en la Argentina, de Ediciones Sudamericana. Según expresó la autora, la obra relata “desde las entrañas” el notable trabajo que realizó la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (CONADEP) durante el gobierno de Raúl Alfonsín”.

El prólogo pertenece a la periodista bonaerense Magdalena Ruiz Guiñazú y las palabras preliminares a quien fue ministro de Justicia de la Nación durante el mandato de Fernando De La Rúa, Ricardo Gil Lavedra.

Dice el prólogo del libro:
“Quizás una de las circunstancias más atroces por las que pueda transitar el ser humano es ver desaparecer a un hijo tras una puerta que se cierra para siempre”.

“Resulta casi imposible pensar que esa imagen abandone la retina y el alma de quien presenció una partida de tales características hacia el horror y el silencio”.

Gracias a la producción del libro su autora, Graciela Fernandez Meijide, pudo elaborar un extenso y doloroso duelo para “despedirse finalmente de su hijo Pablo”, quien fue arrancado de su casa por una patota fuertemente armada en 1976, apenas cumplidos los 17 años. La autora, quien integró la CONADEP, comenzó a partir de ese fatídico hecho un largo transitar por los organismos de Derechos Humanos, cuyas vivencias plasma de manera pormenorizada en el contenido de la obra.

La CONADEP es el organismo de investigación que eligió el gobierno de Raúl Alfonsín para ocuparse de los desparecidos. Dijo Fernandez Meijide:

“La Conadep hizo un trabajo increíble. En nueve meses logró clasificar más de 9 mil testimonios y generó más de 2 mil causas para que ingresaran en la Justicia”

“Hoy con alegría se celebran los Juicios por la Verdad y la Justicia, yo digo que Justicia sí, verdad no, porque la única verdad de lo que pasó la tienen los militares”, dijo.

Graciela Fernzandez Meijide contó en una entrevista que la primera parte del libro, en la que relata los últimos días de su hijo, fue la que le llevó más tiempo de elaboración e indicó que aunque ella había hablado mucho de su desaparición, nunca aceptó que no iba a verlo nunca más.

“Siempre soñé poco con Pablo. Cuando lo hacía, lo veía acercarse y al intentar tocarlo se alejaba con una sonrisa. Promediando la mitad del libro soñé con él, pero esta vez, puso su cabeza en mi falda y lloró. Cuando desperté, sentí que había empezado a despedirme, algo para mí muy importante…”

“Mi anterior libro, La ilusión, que habla sobre la Alianza, empieza bien y termina mal. No puedo decir que este libro termine bien porque hay vidas que nunca se recuperarán, pero lo que sí puedo asegurar es que el proceso de salida de una dictadura fue percibido por la sociedad”, dijo Meijide. Y agregó que seguirán buscando justicia, aún cuando mueran familiares sin saber lo que pasó con sus hijos o sus nietos.