¿Por qué leer los clásicos?, ¿Existe una edad determinada para empezar a leer los grandes clásicos de la literatura mundial? ¿Y acaso los clásicos son mejores que los libros contemporáneos? Estas y otras son algunas preguntas que nos venimos haciendo los lectores de hace siglos y de las que no creo encontrar, a partir de mis palabras, una respuesta concisa. Solo me atrevo a decir que, para mí, los clásicos son libros fundamentales para la vida de cualquier lector, son como nuestra tradición, como una tierra lejana de la que todos escuchamos hablar pero que nadie jamás vio.
El escritor italiano Italo Calvino en su ensayo “porqué leer los clásicos” realiza catorce definiciones acerca de ¿Qué es un clásico? Y enuncia que “Los clásicos son esos libros que nos llegan trayendo impresa la huella de las lecturas que han precedido a la nuestra, y tras de sí la huella que han dejado en la cultura o en las culturas que han atravesado (o, más sencillamente, en el lenguaje o en las costumbres)” Es decir, son esos libros con huellas de un pasado al que es difícil de escapar y al que sólo se accede leyéndolo. Uno abre la primera página de la divina comedia y siente que ya lo leyó, que forma parte de una huella, de un pasado, de una historia que nos contaron y que ahora nos vuelven a contar. Leer una y otra vez “Nel mezzo del cammin di nostra vita” es como volver a probar un sabor que habíamos olvidado pero que estaba latente en nuestro sentir, es revivir un momento de felicidad plena que habíamos olvidado por completo o por lo menos para mí.
Cada uno sabe cuál es su clásico, por eso es fundamental no escaparse de “los clásicos”. Lamentablemente esos pequeños fantasmas ya viven en nosotros por más que nosotros no sepamos de ellos. No podemos rehuir de Dante, de Petrarca, de Homero, Virgilio, de Dickens, de Balzac, Zola. Así como tampoco podemos escaparle a Kafka o a Dostoievski. Es decir, que los clásicos nos remiten a un universo, a un pasado, a la historia de nuestra vida, a nuestra herencia social y no leerlos es un pecado capital.
Hay que leerlos, saborearlos, sentirlos y dejarlos, porque así son los clásicos, eternos fantasmas que deambulan en las bibliotecas y escaparles es tarea dificil para cualquier mortal porque como sostiene Calvino “Los clásicos son libros que cuanto más cree uno conocerlos de oídas, tanto más nuevos, inesperados, inéditos resultan al leerlos de verdad.”
Y ahora, a raíz de ello, les pregunto: ¿cuáles son sus clásicos?