Libros que leer antes de morir

El fin es el fin, la vida es la vida y mientras estemos en ella y nos guste la literatura hay novelas, poemas, obras de teatro que hay que leer, obligatoriamente, antes de dejar este mundo. Estas novelas han sido clásicas de la literatura durante muchos años y son obras que uno realmente debería leer antes de morir.
Este es un post bastante fuerte porque que nos digan qué leer antes de morir es algo que nos puede hasta llegar a deprimir pero tómenlo como algo divertido y simpático a qué leer antes de dejar éste mundo.
Todas las novelas que les compartiré a continuación son muy buenas e interesantes para leer en cualquier parte de nuestra vida, pero son, vuelvo a repetir, las que sí o sí debería formar parte de nuestro repertorio literario alguna vez.
Yo algunas ya las he leído pero otras me faltan leer, igual estas novelas no son obligatorias son opciones que pueden tomar para leer.

El “Ulises” de James Joyce es, para mí, la primera novela que deberíamos leer antes de dejar el mundo. Es una de las novelas más fantásticas y geniales que he leído en mí vida, está escrita de manera tal que mezcla en su prosa el latín, el griego, las frases de autores y su idioma de una manera única y sólo como un genio de la altura literaria de James Joyce puede lograr.
Publicada en el año 1922, la novela narra, en resumidas palabras, un día en la vida de Leopoldo Bloom, sus recorridas a píe por Dublin y su relación con otros personajes. La novela está inspirada y hasta influenciada por el clásico de la literatura clásica “Ulises” de Homero. Esta Odisea que nos narra Joyce es uno de los libros más discutidos, hoy en día, por la crítica mundial. De todas maneras es una novela que deberán leer atentamente y con mucha paciencia porque es un poco entreverada.

A continuación compartiré con ustedes el inicio de la obra de James Joyce “Ulises”, vean el inicio y díganme si entienden algo… Vean, observen, como inicia una novela que promete ser una de las mejores de todos los siglos.

MAJESTUOSO, el orondo Buck Mulligan llegó por el hueco de la escalera, portando un cuenco lleno de espuma sobre el que un espejo y una navaja de afeitar se cruzaban. Un batín amarillo, desatado, se ondulaba delicadamente a su espalda en el aire apacible de la mañana. Elevó el cuenco y entonó:
-Introibo ad altare Dei.
Se detuvo, escudriñó la escalera oscura, sinuosa y llamó rudamente:
-¡Sube, Kinch! ¡Sube, desgraciado jesuita!
Solemnemente dio unos pasos al frente y se montó sobre la explanada redonda. Dio media vuelta y bendijo gravemente tres veces la torre, la tierra circundante y las montañas que amanecían. Luego, al darse cuenta de Stephen Dedalus, se inclinó hacia él y trazó rápidas cruces en el aire, barbotando y agitando la cabeza

“La montaña mágica” de Thomas Mann es otro de los clásicos literarias que deberíamos leer, nosotros los mortales antes de fallecer.
Considerado por la crítica una de las mejores novelas de Thomas Mann y un clásico de la literatura alemana narra la vida de un burgués, Hans Castorps que va a visitar a su primo al sanatorio, un lugar entre las montañas, en el que se encontraba por tuberculosis, de hecho éste inicio y esta acción está inspirada en las visitas y cartas que le enviaba la mujer de Thomas Mann cuando se encontraba ella internada en el sanatorio.
En esta visita Hans decide quedarse siete años en ese lugar ya que él mismo se reconocía enfermo. Así comienza la novela, cuando éste joven se queda en el sanatorio comienza a dialogar sobre la existencia humana, la crisis de europea a raíz de la guerra y los problemas de la sociedad.

A continuación me gustaría compartir las palabras preliminares de éste escritor, Thomas Mann, en su novela “La montaña mágica” para que comprendan su propósito a la hora de escribir éste clásico de la literatura mundial.

Queremos contar la historia de Hans Castorp, no por él (pues el lector ya llegará a conocerle como un joven modesto y simpático), sino por amor a su historia, que nos parece, hasta el más alto grado, digna de ser contada (en este sentido, debemos recordar en torno a Hans Castorp que ésa es su historia, y que no todas las historias ocurren a cualquiera). Se remonta a un tiempo muy lejano; ya está, en cierto modo, completamente cubierta de una preciosa herrumbre y es, pues, necesario contarla bajo la forma de un pasado remotísimo. Esto tal vez no sea un inconveniente, sino más bien una ventaja; es preciso que las historias hayan pasado, y podemos decir que, cuanto más han pasado, mejor responden a las exigencias de la historia y que esto es mucho más ventajoso para el narrador que evoca murmurando las cosas pretéritas.

Pero ocurre con ella como ocurre hoy con los hombres, y entre ellos no se hallan en último lugar los narradores de historias: es mucho más vieja que su edad, su antigüedad no puede medirse por días; ni el tiempo que pesa sobre ella por revoluciones en torno del sol. En una palabra, no debe su grado de antigüedad al tiempo, y con esta observación queremos aludir a la doble naturaleza, problemática y singular, de ese elemento misterioso.
Pero para no oscurecer artificialmente un estado de cosas claro, debemos manifestar que la extrema antigüedad de nuestra historia proviene de que se desarrolla antes de cierto cambio y cierto límite que han trastornado profundamente la vida y la conciencia... Se desarrolla, o para evitar totalmente todo presente, se desarrolló en otro tiempo, en el pasado, en esos días consumados del mundo anterior a la Gran Guerra, con cuyo principio comenzaron tantas cosas que luego no han dejado apenas de comenzar.

Esta historia se desarrolla, pues, antes. Tal vez mucho antes. Pero el carácter antiguo de una historia, ¿no es tanto más profundo, más completo y legendario, cuanto se desarrolla más inmediatamente antes de ahora? Además, quizá nuestra historia, desde otros puntos de vista y por su naturaleza íntima, tenga más o menos algo de leyenda.
La contaremos en detalle, exacta y minuciosamente. En efecto, el interés de una historia o el aburrimiento que nos produce, ¿han dependido jamás del espacio y el tiempo que ella exige? Sin temor a exponernos al reproche de haber sido meticulosos en exceso, nos inclinamos, al contrario, a pensar que sólo es verdaderamente divertido lo que ha sido meticulosamente elaborado.
Por lo tanto, el narrador no podrá terminar la historia de Hans Castorp de una sola vez.
Los siete días de una semana no serán suficientes; tampoco bastarán siete meses. Lo mejor será que no se pregunte de antemano cuánto tiempo transcurrirá sobre la Tierra mientras la historia le tiene aprisionado entre sus mallas. ¡Después de todo, Dios mío, tal vez no llegarán a ser siete años!
Y después de esto, comencemos...

Me extendí con las palabras preliminares de Thomas Mann pero me parecen muy importantes para entender lo que significa un libro de ésta magnitud y que les recomiendo en este post.
La siguiente novela que les recomiendo leer antes de morir es “Conversación en la catedral” de Mario Vargas Llosa.
Ésta obra, uno de los clásicos de la literatura latina, narra la conversación entre dos personas que se reencuentran después de muchos años en un bar, pero lo que se puede pensar como conversación común entre dos personas en esta novela, ésta conversación, narra lo sucedido en Perú durante la dictadura, todo lo que dejaron, todo lo que les sucedió a ellos y al pueblo, y muchos historias más. Es una conversación entre dos seres de lo más interesante y compleja, no por su escritura sino por la historia en sí.
La conversación dura alrededor de cuatro horas pero en ellas se resume la historia de Perú.

Así comienza “Conversación en la catedral” de Mario Vargas Llosa:

DESDE la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú? Los canillitas merodean entre los vehículos detenidos por el semáforo de Wilson voceando los diarios de la tarde y él echa a andar, despacio, hacia la Colmena. Las manos en los bolsillos, cabizbajo, va escoltado por transeúntes que avanzan, también, hacia la Plaza San Martín. El era como el Perú, Zavalita, se había jodido en algún momento. Piensa: ¿en cuál? Frente al Hotel Crillón un perro viene a lamerle los pies: no vayas a estar rabioso, fuera de aquí. El Perú jodido, piensa, Carlitos jodido, todos jodidos. Piensa: no hay solución. Ve una larga cola en el paradero de los colectivos a Miraflores, cruza la Plaza y ahí está Norwin, hola hermano, en una mesa del Bar Zela, siéntate Zavalita, manoseando un chilcano y haciéndose lustrar los zapatos, le invitaba un trago.

La novela “El corazón es un cazador solitario” de Carson McCullers es otro de los grandes clásicos mundiales que hay que leer antes de partir de éste mundo.
Esta novela ha sido la primera de Carson McCullers cuando ella contaba con tan solo veintitrés años y narra la vida de diversos personajes frente a la soledad, la marginalidad y el rechazo de la sociedad.
Cuando uno lee “El corazón es un cazador solitario” no sólo entiende lo que significa el amor para una escritora como Carson sino que comprende las profundidades del alma humana.
Las soledades y marginalidades de los personajes que describe Carson McCullers no se alejan a lo que hoy en día se viven pero imagínense la vida, la infancia, que ha tenido que vivir ésta autora para escribir a sus tan solo veintitrés años una novela así, sobre el corazón, el amor, la vida y el ser humano.

A continuación comparto unos fragmentos de la gran novela de Carson McCullers llamada “El corazón es un cazador solitario”
El silencio en la habitación era tan profundo como la noche…. Como en un relámpago fugaz tuvo la visión de la lucha y del valor de los seres humanos. De pronto, sintió que algo se aceleraba dentro de él. El corazón le dio un vuelco y tuvo que apoyarse en el mostrador para no caer… Contempló su propio rostro reflejado en el espejo de atrás… El ojo izquierdo escudriñaba, semicerrado, el pasado; mientras que el derecho se desorbitaba de temor frente a la oscuridad del futuro, el error y la ruina. Y él estaba suspendido entre la luz y las tinieblas. Entre la amarga ironía y la fe…
(…) Al dirigirse a la puerta, sus pasos adquirieron seguridad. Y cuando volvió a entrar recuperó la calma y se sintió dispuesto a esperar el sol de la mañana.

“Gabriela, clavo y canela” es una de las novelas más bellas de uno de los escritores latinoamericanos más poéticos que he leído en mi vida, el gran Jorge Amado.
Gabriela es una mulata que huye de la opresión del campo y va en busca de una vida mejor y se traslada a Ilhéus, una urbe de Bahía en Brasil.
En esa ciudad, entre los cultivos del cacao y la canela los sabores comienzan a formar parte de la vida de ésta bella mulata que encuentra en esa nueva ciudad su ser, el amor y la esperanza.
“Gabriela, clavo y canela” es sin duda una historia de amor entre Nacib, un comerciante y entre otros van teniendo el paisaje de la novela de Amado de una manera única, sensual, divertida y hasta colorida.
Cuando uno lee una novela de Jorge Amado lo que va a encontrar es esto: amor, sensualidad, sabores e historias. Realmente les recomiendo leer esta u otra novela de Amado antes de morir.

A continuación un fragmento de “Gabriela, clavo y canela” de Jorge Amado:

Elevábase la voz vigorosa e interesada del cura en la oración ardiente, elevábase la voz cascada de las solteronas, el coro unánime de los 'coroneles', y sus esposas, hijas e hijos, comerciantes, exportadores, trabajadores llegados del interior para la fiesta, cargadores, hombres de mar, mujeres de la vida, empleados de comercio, jugadores profesionales y diversos malandrines, los chiquillos del catecismo y las muchachas de la Congregación Mariana. Subía la oración hacia un diáfano cielo sin nubes, donde, como una asesina bola de fuego, un sol despiadado quemaba, capaz de destruir los brotes del cacao, recién abiertos.
(...)Las bandas de inmigrantes bajaban del sertao con la sequía mordiéndoles los talones, abandonaban la tierra reseca donde el ganado se moría y las plantaciones no rendían, tomaban caminos en dirección al sur. Muchos quedaban por el camino, incapaces de soportar la travesía de los horrores, otros morían al entrar en la región de las lluvias donde el tifus, el paludismo, la viruela los esperaban.

“El juguete rabioso” del escritor argentino Roberto Arlt es otra de las grandes novelas clásicas que uno debería leer antes de morir.
La novela esta excelentemente bien escrita y es considerada, por la crítica mundial, como una de las mejores novelas de Roberto Arlt. De hecho ésta novela es su primera obra literaria publicada en el año 1926 y narra, en resumidas palabras, su vida, la vida del escritor Roberto Arlt desde su adolescencia hasta hoy. Es una novela que pone en evidencia la vida del ser humano, su relación con el universo y con sus pares, es sin lugar a dudas una excelente novela que no sólo recomiendo sino que les obligo a leer antes de morir.
Roberto Arlt es uno de los escritores argentinos que supo describir de una manera única y simple la psicología de sus personajes y sin lugar a dudas en sus novelas se ve y entiende ésta gran búsqueda del escritor en sus personajes.

Así comienza la novela “autobiográfica” de Roberto Arlt llamada “El juguete rabioso”:

LOS LADRONES
Cuando tenía catorce años me inició en los deleites y afanes de la literatura bandoleresca un viejo zapatero andaluz que tenía su comercio de remendón junto a una ferretería de fachada verde y blanca, en el zaguán de una casa antigua en la calle Rivadavia entre Sud América y Solivia.
Decoraban el frente del cuchitril las policromas carátulas de los cuadernillos que narraban las aventuras de Montbars el Pirata y de Wenongo el Mohicano. Nosotros los muchachos al salir de la escuela nos deleitábamos observando los cromos que colgaban en la puerta, descoloridos por el sol.
A veces entrábamos a comprarle medio paquete de cigarrillos Barrilete, y el hombre renegaba de tener que dejar el banquillo para mercar con nosotros.
Era cargado de espaldas, carisumido y barbudo,y por añadidura algo cojo, una cojera extraña, el pie redondo como el casco de una muía con el talón vuelto hacia afuera.

“El hombre sin atributos” es otra de las novelas clásicas que recomiendo leer antes de morir. Ésta novela de Robert Musil es considerada una de las novelas filosóficas más importantes del siglo XX. De hecho la novela esta inconclusa pero en sus capítulos que logra mayor dinamismo se narra la vida de Ulrich un personaje perteneciente a la sociedad de Austria. Es, en general, una novela bastante extraña no sólo por ser inconclusa y no sabemos cómo termina sino porque se pone en entredicho discursos y momentos muy importantes del siglo XX como ha sido la constitución del imperio astrohúngaro.
Es muy interesante leer una novela inacabada porque uno termina inventando un final como uno se lo espera o prefiera que así termine. Esta novela nos permite ver la historia y comprender la vida de un pueblo sumergido en la desgracia durante la guerra. Espero que les guste y lo disfruten.

A continuación un fragmento de esta gran novela de Roberto Musil titulada “El hombre sin atributos”

Si ejecución de sueños ancestrales es poder volar con los pájaros y navegar con los peces, penetrar como la broca en los cuerpos de montañas gigantes, enviar mensajes a velocidades divinas, divisar lo invisible y percibir lo remoto, oir hablar a los muertos, anegarse en salutíferos sueños milagrosos, ver con ojos vivos el aspecto que tendremos veinte años después de muertos, descubrir en noches resplandecientes mil cosas de encima y de abajo de este mundo que antes nadie conocía; si luz, calor, fuerza, placer, comodidad son los sueños primordiales del hombre, en tal caso las investigaciones actuales no solamente son ciencia, sino también una magia, un rito de poderosísima fuerza sentimental e intelectual que induce a Dios a doblar el uno sobre el otro los pliegues de su manto, una religión cuya dogmática está regida y basada en la dura y valiente lógica de la matemática, aguda y desbocada como la hoja de un cuchillo.

¡Qué bueno este post! Me gustaría agregar unos más a esta lista de libros que hay que leer antes de morir, uno no debería morir sin antes leer alguna novela de Albert Camus por ello es que yo recomiendo que lean “El extranjero” una de las novelas más existencialistas y fantásticas del mundo.
La novela “El extranjero” es la primera novela que publica Camus en su vida y ello no es un dato menor ya que en sus páginas se encuentra esa explosión literaria que todo escritor tiene al momento de publicar su primera obra.
El personaje, el extranjero, es un ser que se siente extranjero en su propio mundo y el escritor logra retratarlo y darle una voz excepcional dentro de la obra. La novela es sin lugar a dudas una llamada de atención al ser humano que vive como extranjero y alejado de su propio entorno.
Realmente es una novela que sí o sí uno debería leer.

También comparto el inició de ésta gran novela de Albert Camus llamada “El extranjero”

Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: «Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias.» Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer.
El asilo de ancianos está en Marengo, a ochenta kilómetros de Argel. Tomaré el autobús a las dos y llegaré por la tarde. De esa manera podré velarla, y regresaré mañana por la noche. Pedí dos días de licencia a mi patrón y no pudo negármelos ante una excusa semejante. Pero no parecía satisfecho. Llegué a decirle: «No es culpa mía.» No me respondió. Pensé entonces que no debía haberle dicho esto. Al fin y al cabo, no tenía por qué excusarme. Más bien le correspondía a él presentarme las condolencias. Pero lo hará sin duda pasado mañana, cuando me vea de luto. Por ahora, es un poco como si mamá no estuviera muerta.

He leído, en algunos de estos post, que se ha recomendado leer antes de morir la novela “Ulises” de James Joyce, la novela de éste gran escritor irlandés que narra un día en la vida de Leopoldo Bloom. Ahora bien, para mí sin lugar a dudas es una novela que uno debería leer sí o sí antes de morir pero también me gustaría recomendarles leer otra novela que también está inspirada en “La Odisea” de Homero titulada “Adán Buenosayres” del escritor argentino Leopoldo Marechal.
Hago ésta comparación ya que ambas novelas toman ésta idea odiseica a la hora de escribir y también porque la novela de Marechal se ha convertido en una de las novelas más importantes de la literatura Argentina.
Es una novela, de verdad, muy interesante y más que recomendada en donde se narra la vida y las aventuras de Adán Buenosayres desde el jueves santo hasta el domingo de resurrección.

He aquí el comienzo de "Adán Buenosayres" de Leopoldo Marechal.

El pañuelito blanco
que te ofrecí
bordado con mi pelo...
Templada y riente (como lo son las del otoño en la muy graciosa ciudad de Buenos Aires) resplandecía la mañana de aquel veintiocho de abril: las diez acababan de sonar en los relojes, y a esa hora, despierta y gesticulante bajo el sol mañanero, la Gran Capital del Sur era una mazorca de hombres que se disputaban a gritos la posesión del día y de la tierra. Lector agreste, si te adornara la virtud del pájaro y si desde tus alturas hubieses tendido una mirada gorrionesca sobre la ciudad, bien sé yo que tu pecho se habría dilatado según la mecánica del orgullo, ante la visión que a tus ojos de porteño leal se hubiera ofrecido en aquel instante. Ya Buques negros y sonoros, anclando en el puerto de Santa María de los Buenos Aires, arrojaban a sus muelles la cosecha industrial de los dos hemisferios, el color y sonido de las cuatro razas, el yodo y la sal de los siete mares

"En búsqueda del tiempo perdido. Por el camino de Swann" de Marcel Proust, es otro de los grandes clásicos de la literatura mundial que uno debería llegar a leer antes de morir. Cada vez que escribo sobre alguna de estas novelas me corre un escalofrio por la espalda porque siento que pueden sonar a libros obligados que por gusto uno debería leer y no es así lo que se les recomienda son libros que son clásicos de la literatura y que se deberían leer por el hecho de ser los mejores libros escritos del mundo según la crítica.
En esta novela Marcel Proust narra su vida, sus pasos para ser escritor, la guerra, sus miedos, la homosexualidad y el amor, todo ello en una de los mejores clásicos literarios del mundo.
Es una novela muy bien lograda con una prosa poética única y sensible, realmente se la recomiendo leer hoy, mañana, pasado o siempre.

A continuación comparto el inicio de ésta gran novela de Marcel Proust:

Mucho tiempo he estado acostándome temprano. A veces apenas había apagado la bujía, cerrábanse mis ojos tan presto, que ni tiempo tenía para decirme: «Ya me duermo» . Y media hora después despertábame la idea de que ya era hora de ir a buscar el sueño; quería dejar el libro, que se me figuraba tener aún entre las manos, y apagar de un soplo la luz; durante mi sueño no había cesado de reflexionar sobre lo recién leído, pero era muy particular el tono que tomaban esas reflexiones, porque me parecía que yo pasaba a convertirme en el tema de la obra, en una iglesia, en un cuarteto, en la rivalidad de Francisco I y Carlos V. Esta figuración me duraba aún unos segundos después de haberme despertado: no repugnaba a mi razón, pero gravitaba como unas escamas sobre mis ojos sin dejarlos darse cuenta de que la vela ya no estaba encendida

“Madame Bovary” de Gustave Flaubert es otro de las grandes novelas clásicas que uno debería leer antes de morir. Éste novela de Flaubert narra las peripecias de Emma una mujer de provincia que desea ascender socialmente y para ello se casa con un médico para ir a vivir a la gran ciudad, vestirse con ropas caras e ir de fiestas y cenas. Pero la vida de esta mujer que deseaba a cualquier precio ascender cae presa del aburrimiento y comienza arder de pasión por dos amantes con los que conoce el amor y la pasión. Esta novela es una de las primeras novelas en mostrar a mujeres con amantes y deseosas de ascender socialmente en la burguesía.
Por esta novela Flaubert ha sido condenado por la promiscuidad que en dicha obra se mostraba pero más allá de éste detalle el autor logró coronarse como uno de los mejores escritores del realismo gracias a su novela “Madame Bovary”

Así comienza la gran novela clásica “Madame Bovary” de Gustave Flaubert

Estábamos en la sala de estudio cuando entró el director.
Es seguido de un “novato” con atuendo pueblerino y de un celador cargado con un gran pupitre. Los que dormitaban se despertaron, y todos se fueron poniendo de pie como si los hubieran sorprendido en su trabajo. El director nos hizo seña de que volviéramos a sentarnos; luego, dirigiéndose al prefecto de estudios, le dijo a media voz:
-Señor Roger, aquí tiene un alumno que le recomiendo, entra en quinto. Si por su aplicación y su conducta lo merece, pasará a la clase de los mayores, como corresponde a su edad.
El “novato”, que se había quedado en la esquina, detrás de la puerta, de modo que apenas se le veía, era un mozo del campo, de unos quince años, y de una estatura mayor que cualquiera de nosotros.