Hermann Hesse fue uno de los autores más relevantes del siglo XX. Nació en 1877 en Alemania, aunque más tarde adquiriría la nacionalidad suiza. Fue precursor, en cierta forma, de los planteos existencialistas en la narrativa, es por ello que cuestionaba las formas y al mundo de la siguiente manera:
Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros.
El llamado de la muerte es un llamado de amor. La muerte puede ser dulce si le contestamos afirmativamente. Si la aceptamos como una de las formas eternas de vida y transformación.
Hermann Hessee también renegaba de la frivolidad y la falsedad, lo que retrató en estas palabras:
El burgués no atesora nada más alto que si mismo... Y a costa de intensidad alcanza su propia preservación y seguridad. Su cosecha es una mente tranquila que prefiere a ser poseído por Dios, como prefiere el confort al placer, la conveniencia a la libertad y una temperatura agradable al ardiente y mortífero fuego interior.
La vida de Hermann Hesse no fue nada fácil, ya que tuvo que luchar para poder llegar a ser escritor. Su familia quería que fuera sacerdote evangélico y cuando escapó del seminario en donde estaba estudiando, comenzó a tener epiusodios conflictivos con sus padres.
Algunas de sus frases célebres fueron:
“Lo blando es más fuerte que lo duro; el agua es más fuerte que la roca, el amor es más fuerte que la violencia”.
“Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros”.
Estuvo encerrado en un manicomio porque tuvo intentos suicidas, sobre todo cuando le impedían escribir poesías y estudiar letras. Hermann Hesse dijo:
“No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos”.
Marcadores