Frases de Alejandra Pizarnik

Alejandra Pizarnik es una de las poetas más desgarradoras de la literatura argentina del siglo XX. Sus pensamientos reflejan en su tinta la melancolía y soledad de la vida.
Comparto algunas frases para que los que no la conocen la conozcan y para los que ya la conocen la sigan conociendo aún más.

"Pero no hables de los jardines, no hables de la luna, no hables de la rosa, no hables del mar. Habla de lo que sabes. Habla de lo que vibra en tu médula y hace luces y sombras en tu mirada, habla del dolor incesante de tus huesos, habla del vértigo, habla de tu respiración, de tu desolación, de tu traición. Es tan oscuro, tan en silencio el proceso a que me obligo. Oh habla del silencio."

“Tú eliges el lugar de la herida en donde hablamos nuestro silencio. Tú haces de mi vida esta ceremonia demasiado pura.”

“Ahora, en esta hora inocente yo y la que fui nos sentamos en el umbral de mi mirada”

“Explicar con palabras de este mundo que partió de mí un barco llevándome”

“Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.”

“Señor. La jaula se ha vuelto pájaro y se ha volado y mi corazón está loco porque aúlla a la muerte y sonríe detrás del viento a mis delirios”

Un 26 de septiembre de 1972 moría a los 36 años esta maravillosa poeta argentina y madre y modelo de muchos poetas también, que fue Alejandra Pizarnik. Alejandra había nacido en Buenos Aires, el 29 de Abril de 1936, en una familia de inmigrantes de europa del este. Estudió filosofía y letras en la Universidad de Buenos Aires y, más tarde pintura. Vivió en París donde trabajó para la revista "Cuadernos", una de las revistas más importantes de Europa, también realizo traducciones para algunas editoriales francesas.

Algunos de sus poemas son bastante melancólicos y tristes y en ellos el tema de la muerte y la autodestrucción están muy presentes. Comparto algunos de sus versos:

“Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir”.

Alejandra Pizarnik Publicó poemas y críticas y tradujo a escritores franceses de vanguardia. Estando en París estudió historia de la religión y literatura francesa en la Sorbona y después regresó a Argentina. Alejandra Pizarnik en Buenos Aires publicó seis libros, entre 1958 y 1971, a los que se le sumaron tres obras póstumas. Muchos estudiosos de la lengua y la literatura han estudiado su obra. En el año 2010 salió al mercado editorial un libro llamado Diarios de Alejandra Pizarnik, publicado por el sello Lumen.

“Me gusta pintar porque en la pintura encuentro la oportunidad de aludir en silencio a las imágenes de las sombras interiores. Además, me atrae la falta de mitomanía del lenguaje de la pintura. Trabajar con las palabras o, más específicamente, buscar mis palabras, implica una tensión que no existe al pintar”.

“Fui libre, fui dueña de hacerme una forma como yo quería”.

Algunos de los libros que publicó estando con vida fueron "Los trabajos y las noches", "Extracción de la piedra de locura" o "El infierno musical".
Uno de los poemas que más me gusta de Alejandra Pizarnik es La palabra que sana, es cortito, dice más o menos así…

“Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje alguien canta el lugar donde se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice, ya demás más y otra cosa”.

Pero lamentablemente las palabras no lograron sanar a Alejandra Pizarnik, ya que la poetiza sufría y estaba enferma de depresión. Es por ello que no pudo superar ese dolor y murió de una dosis intencional de seconal, el 25 de septiembre de 1972 mientras pasaba un fin de semana fuera de la clínica psiquiátrica en donde estaba internada.

En 2010 la editorial Lumen publicó los diarios de Alejandra Pizarnik en una edición que estuvo a cargo de Ana Becciu. Según cuenta la recopiladora de estos textos, Alejandra pizarnik le dijo, dos días antes de morir, que le gustaría que algún día se publicaran los escritos de sus diarios.

Y para terminar este humilde y sencillo pero sincero homenaje a esta gran poeta comparto con ustedes unos fragmentos de sus diarios, escritos poco tiempo antes de quitarse la vida:

“Vístete con cáscaras de tortugas asesinadas, cúbrete de pelos polvorosos y de residuos de sangre. Arrástrate por las paredes en busca de alimentos, bebe donde orinan los muertos. Levántate y anda, bestia con memoria, memoria llagada, recuerdo de sangre. Levántate, desconocida con alas de arpillera, vuela cargada de tierra por las piedras silenciosa. Sacrifica tu sueño y cúbrelo de cenizas. Incorpórate, es de día y los justos ya trabajan. Reintégrate a la grasa, al sudor y al polvo. Confiesa hoy también que aún estás viva. Levántate y anda, pobre bestia, y sin llorar”.

Un 26 de septiembre pero de 1972 moría a los 36 años esta maravillosa poeta argentina y madre y modelo de muchos poetas también, que fue Alejandra Pizarnik.
Alejandra había nacido en Buenos Aires, el 29 de Abril de 1936, en una familia de inmigrantes de europa del este. Estudió filosofía y letras en la Universidad de Buenos Aires y, más tarde pintura. En Buenos Aires publicó seis libros, entre 1958 y 1971, a los que se le sumaron tres obras póstumas.

Un fragmento de su obra dice:

“Pero no hables de los jardines, no hables de la luna, no hables de la rosa, no hables del mar. Habla de lo que sabes. Habla de lo que vibra en tu médula y hace luces y sombras en tu mirada, habla del dolor incesante de tus huesos, habla del vértigo, habla de tu respiración, de tu desolación, de tu traición. Es tan oscuro, tan en silencio el proceso a que me obligo. Oh! habla del silencio...”.

Alejandra Pizarnik vivió en París donde trabajó para la revista "Cuadernos", una de las revistas más importantes de Europa, también en algunas editoriales francesas, publicó poemas y críticas y tradujo a escritores franceses de vanguardia. Estando en París estudió historia de la religión y literatura francesa en la Sorbona y después regresó a Argentina. Algunos de sus bellos versos dicen:

Yo intento evocar la lluvia o el llanto. Obstáculo de las cosas que no quieren irse camino de la desesperación ingenua. Esta noche quiero ser de agua, que tú seas de agua, que las cosas se deslicen a la manera del humo, imitándolo, dando señales últimas, grises, frías. Palabras en mi garganta. Sellos intragables. Las palabras no son bebidas por el viento, es una mentira aquello de que las palabras son polvo, ojalá lo fuese, así yo no haría ahora plegarias de loca inminente que sueña con súbitas desapariciones, migraciones, invisibilidades

Algunos de los libros que Alejandra Pizarnik publicó estando con vida fueron "Los trabajos y las noches", "Extracción de la piedra de locura" o "El infierno musical". Uno de los poemas que más me gusta de Alejandra Pizarnik es La palabra que sana, es cortito, dice más o menos así…

“Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar donde se forma el silencio, luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar ni tampoco el mundo, por eso cada palabra dice lo que dice, y además más y otra cosa”.

Alejandra Pizarnik se suicidó puesto que sus trastornos psiquiátricos y de depresión la llevaron al borde de la locura, tal cual uno de los títulos de sus libros. Murió de una dosis intencional de seconal, el 25 de septiembre de 1972 mientras pasaba un fin de semana fuera de la clínica psiquiátrica en donde estaba internada.

En 2010 la editorial Lumen publicó los diarios de Alejandra Pizarnik en una edición que estuvo a cargo de Ana Becciu. Según cuenta la recopiladora de estos textos, Alejandra pizarnik le dijo, dos días antes de morir, que le gustaría que algún día se publicaran los escritos de sus diarios.

Otro de sus libros es Prosa completa, un libro indispensable para los amantes de esta poeta que tan brillantemente escribía. Dice Olga Orozco, gran poeta y amiga de Alejandra Pizarnik acerca de este libro: "El interés que presenta esta edición, respecto del ominoso imperativo de la novedad editorial, es triple: ofrece una ordenación cronológica de un material que en su momento fue recogido en volumen, tanto en Argentina como en España; rescata textos, sobre todo mas no exclusivamente, de crítica literaria d e la autora, publicadas originalmente en revistas literarias de difícil consulta”.