Frases de Julio Cortázar

El increíble escritor argentino Julio Cortázar es autor de una de las novelas que está catalogada entre las cien mejores novelas de la historia de la literatura universal. He aquí algunas de las frases y de los pensamientos de este excelentísimo escritor que ha marcado huellas en las generaciones de autores de todos los tiempos:

“Soy un latinoamericano que lo quiso leer todo, saber todo, que ha devorado muchas páginas, pero que también ha cambiado, porque mi vida ya no es la misma de antes”.

“Ahora no puedo leer y escribir exclusivamente todo el día, porque estoy en reuniones, haciendo contactos coordinando otras cosas, no literarias”.

“Me interesa bastante más que antes la política de nuestros país y eso quita tiempo, viejo”.


“París –Europa mejor— me abrió un horizonte total, planetario, que yo no tenía desde Buenos Aires. No estoy dando una receta, hablo sólo por mí, pero sé que sin París no hubiera escrito lo que he escrito”.

Julio Cortazar fue un hombre my controvertido en materia de convicciones políticas. Apoyó la revolución libertadora que derrocó al gobierno de Juan Domingo perón, en 1955 y decidió pasar sus días en París, lejos de su país de origen. Sin embargo, siempre dijo extrañar a sus amigos, al tango, a los cabarets y a las buenas compañías que siempre lo acompañaban por las noches, en Buenos Aires. Otras de sus frases:

“Percibo a la Argentina como uno de los países latinoamericanos. La respuesta puede parecer obvia, pero mirándola bien no lo es. He estado alejado físicamente, sí, pero no en lo que de veras cuenta; pienso que diez libros son una prueba que acaso no podrían aportar muchos de los que andan reprochando a diestra y siniestra el famoso exilio”.

“Buenos Aires me asfixió y fue París precisamente lo que permitió que yo redescubriera una visión distinta de mi país y de Latinoamérica”.

El genial escritor Julio Cortazar siempre dijo que nos e arrepiente de haber abandonado su país, aunque extraña todo aquellos que vivía en la mítica ciudad de Buenos Aires. Algunas frases y pensamientos del autor al respecto fueron:

“Si me hubiera quedado en Argentina, en el pago, mi madurez de escritor se hubiera manifestado de otra manera, seguramente más satisfactoria para los historiadores de la literatura menos provocadora, agresiva para quienes leen mis libros por razones vitales”.

“Y claro, yo estoy con ellos. No sólo no me que dé, sino que no he vuelto, y sigo creyendo que París es el sitio perfecto para alguien como yo, para mis amigos, para lo que escriba todavía”.

“Se puede, entonces, seguir andando y desandando, anulando el prejuicio de las leyes físicas, entendiendo y entendiéndose desde una visión y un lenguaje que nada tienen que ver con la historia y la circunstancia”.

Como todos me imagino sabrán, julio Cortázar fue el padre de lo que se conoció como el Boom Latinoamericano junto a autores del continente como Gabriel García Márquez, en Colombia; Juan Rulfo, en México y tantos otros que marcaron huellas imborrables. Más frases de Julio Cortázar para compartir:

“Como si todo fuera alcanzado por un progresivo retorno, miro ahora mi ciudad con la mirada del que viaja en la plataforma de un tranvía, retrocediendo mientras avanza, y de tanto perfume nocturno, de incontables encuentros con gatos y bibliotecas y Cinzano y Razón Sexta y cine continuado, me vuelven sobre todo los tiempos de estudiante, los bares automáticos de Constitución, la calle Corrientes de las primeras escapadas temerosas de los años treinta”.

“Corrientes inconcebibles hoy, con sus orquestas de señoritas, sin cines largos y estrechos y una pantalla neblinosa donde personajes de barba y levita corrían por salones lujosos a pobres chicas con sombreritos y tirabuzones y a eso llamaban películas realistas”.

Julio Cortazar era un sentimental por naturaleza, pero trambién una persona muy austera a la hora de dar a concoer sus sentimiento. Sin embargo, sobre todo aquello que Julio Cortázar extrañaba de su país de origen, Argentina, escribió y dijo:

“Son las rabonas de Plaza Italia con un sol caliente de libertad y pocas monedas, de penumbra alucinatoria del Pasaje Güemes, el aprendizaje del billar y la hombría de los cafés del Once, las vueltas por San Telmo entre la noche y el alba, un tiempo de cigarrillos rubios y tranvía 86, Villa Urquizo y la Plaza Irlanda, donde un breve otoño fui feliz con alguien que murió temprano”.


“Tuve suerte, pues luego de ganarme la vida pintorescamente en París aprobé un examen en la UNESCO como traductor free-lance. La traducción exige no perder de vista la lengua madre, y si a eso se suma mi propia tarea de escritor (y de lector omnívoro), l los años pasan sin que mi lengua sufriera”.

El excèntrico y brillante escritor argentino julio Cortázar se consideraba un hombre contradictorio. Aunque tenía muy en claro sus pasos en los procesos de la escritura. Sobre la manera de crear y sobre sus gustos literarios dijo:

“A veces me autopesco un galicismo, pero eso ocurre tanto en la Argentina como en Francia y bueno, después de todo, eso nunca ha sido tan terrible”.

“Acepto los epítetos, y agrego otros que no son contradictorios sino complementarios: soy profundamente serio, exigente hasta la náusea conmigo mismo, inconsciente (los temas me vienen de regiones incontroladas por mi inteligencia, apenas mediocre), paradójico (para luchar contra los monobloques ideológicos y culturales), enamorado del rumor del mundo, ciego a los elogios, perdido en una vigilante abstracción de cronopio incurable”.

“Piano, piano. Ese fracaso de Oliveira, antes que nada, me parece mucho más fecundo que muchos triunfos de esta civilización occidental”.

De tantas cosas en materia política que al autor argentino Julio Cortázar lo marcaron profundamente está la revolución Cubana, en 1959. Eso caló hondo en el autor, quien se proclamaba abiertamente en contra del comunismo. Otras de sus frases fueron:

“Y después no es el fracaso de Julio Cortázar si a eso vamos. Es, en todo caso, el problema, no su resolución. Ya he hablado de mi reencuentro con América Latina, sobre todo a partir de la revolución cubana, de ese no estar aquí y a la vez estar definitivamente”.

“Más que de corrido, Rayuela fue escrita a saltos, pues empezó en lo que luego fue la segunda parte, y ésta quedó en suspenso hasta que terminé la primera; paralelamente se fueron agregando los capítulos “teóricos”, los recortes de prensa y las citas de sabios y locos”.

“Escribo desde los quince años, pero sólo a los trece me animé a publicar un libro de poemas, firmado con seudónimo”.

Julio Cortázar comenzó su carrera como escritor escribiendo poemas. Su primer poema lo hizo a los 13 años, aunque lo publicó con seudónimo. Acerca de ello, el autor contó:

“Me cuesta mucho empezar a escribir. Mucho, porque la preparación de un cuento o de una novela corre subterránea dentro y a su manera; pero cuando arranco de veras me parezco a Fangio, viejo, y no paro hasta que el texto mismo me para la bandera”.

“He escrito siempre poemas. Adolescente, creí, como tantos, que mi sensación de extrañamiento anunciaba al poeta, y escribí, los poemas que se escribían entonces y que siempre son más fáciles de escribir que la prosa, a esa altura de la vida. Pero no había para más”.

“Cuando escribí Los reyes ya era dueño de una técnica, que era hija del rigor. Siguieron los cuentos de Betiario sobre los que ya no tuve ninguna duda. Pero el noviciado había sido largo y duro”.

La escritura y la traducción de los grandes escritores fue todo en la vida del maestro Julio Cortazar. Era un estudiante brillante que se esmeró para poder viajar a Europa y allí escribió su obra más renombrada: Rayuela. Otras frases de Julio Cortázar son:

“Había que tenerse mucha fe, y a la vez había que apoyarse en una permanente desconfianza en sí mismo”.

“Si, más bien, quiere saber cómo se escribe, haría lo que del maestro zen: le rompería una silla en la cabeza”.

“Tiré miles de páginas antes de publicar por primera vez, porque si bien respondían a mis impulsos más hondos, algo en mí era capaz de juzgarlas y saber que no merecían imprenta”.

“Jamás me alegraré los bastante de haber sido tan duro para conmigo mismo”.

“Nunca se me ocurrió ir al psicoanalista; mis tormentas personales las fui resolviendo a mi manera, es decir, con mi maquina de escribir y ese sentido del humor que me reprochan las personas serias”.

Cada palabra que Julio Cortázar dijo en sus entrevistas con la prensa o en sus presentaciones, fueron realmente memorables. He tratado de recopilar muchas de sus frases, las que sin duda dejan grandes enseñanzas y son casi poemas. He aquí más pensamientos de Julio Cortazar:

“Una buena parte de mis cuentos han nacido de estados neuróticos, obsesiones, fobias, pesadillas”.


“Entonces, más que un cuento o una novela, es el escribir mismo mi acto de exorcismo”.

“Siempre seré un niño para tantas cosas, pero uno de esos niños que llevan consigo al adulto, de manera que cuando el monstruito llega verdaderamente a adulto ocurre que a su vez éste lleva consigo al niño, y en el mezzo del camino se da una coexistencia pocas veces pacífica de por lo menos dos aperturas al mundo”.

“El monstruito sigue firme... Y me gusta, y soy terriblemente feliz en mi infierno, y escribo”.

Respecto a la manera que tenía Julio Cortázar para producir sus historias, siempre contó que era un método con el que hacía catarsis y que por ello la literatura era tan importante en su vida. No obstante, estuvo mucho tiempo sin escribir, lo que para él tenía que ver con el proceso de creación. Otras de sus frases:

“Mucho de lo que he escrito se ordena bajo el signo de la excentricidad, puesto que entre vivir y escribir nunca admití una diferencia; si viviendo alcanzo a disimular una participación parcial en mis circunstancia, en cambio no puedo negarla en lo que escribo puesto que precisamente escribo por no estar o por estar a medias”.

“Escribo por falencia o descolocación; y como escribo desde un intersticio, estoy siempre invitando a que otros busquen los suyos y miren por ellos el jardín donde los árboles tienen frutos que son, por supuesto, piedras preciosas”.

Comparto, de corazón, más pensamientos y frases célebres de Julio Cortázar, las cuales son realmente puras enseñanzas para los escritores más jóvenes:

“Vivo y escribo amenazado por esa lateralidad, por este paraje verdadero, por ese estar siempre un poco más a la izquierda o más al fondo del lugar donde se debería estar para que todo cuajara satisfactoriamente un día más de vida sin conflictos”.

“Desde muy pequeño asumí con los dientes apretados esa condición que me separaba de mis amigos, y que a la vez los atraía hacia el raro, el diferente, el que metía el dedo en el ventilador”.

“No estaba privado de felicidad. La única condición era coincidir de a ratos (el camarada, el tío excéntrico) con otro que tampoco calzara de lleno en su matrícula, y desde luego no era fácil; pero pronto descubrí los gatos en los que podía imaginar mi propia condición, y los libros, donde la encontraba de llano”.

Sobre los grandes escritores que lo acompañan desde su adolescencia, como también sobre aquellos a los que considera los mejores, el gran Julio Cortázar dijo:

“Pienso en Jarry, en un lento comercio a base de humor, de ironía, que termina por inclinar la balanza del lado de las excepciones, por anular la diferencia escandalosa entre lo sólito y lo insólito, y permite el paso cotidiano a un plano que a falta de mejores nombres seguiremos llamando realidad pero sin que sea ya un flatus vocis o un peor es nada”.


“Casi nunca releo la gran literatura, aunque confieso la relectura periódica de Los tres mosqueteros y de mis Julio Verne preferidos. También el Pickwick de Dickens”.

“En general me inclino hacia los alienados, hacia los marginales de la literatura”.

“De una novela quiero que me enriquezca y me transforme, por la vía del sentimiento o del intelecto pero ojalá le pido que me enseñe algo”.

Julio Cortázar decía que le gustaban las novelas, pero que más se inclinaba por leer poesía, ya que los poemas podía leerlos en cualquier lado, estando en su casa, o viajando en un tren. Tampoco era un lector de volver a los clásicos, más bien los llevaba en su mente. Entre los libros más queridos por Julio cortázar estaban Los tres mosqueteros y también muchos de Julio Verne, a quien había leído desde muy chico. Algo más de su pensamiento para compartir:


“Las novelas didácticas o las destinadas a vehicular mensajes me recuerdan aquello de dorar la píldora”.

“Actualmente leo pocas novelas. Vuelo, sí, a la poesía, porque puede leerse en todas partes, en los cafés y los trenes”.

“Yo paso días y aún semanas sin escribir, cuando estoy trabajando en un libro”.

“Vivo habitado por lo imaginario que se superpone a lo que me rodea, lo modifica y lo desplaza”.