Ge.Lectio

EN SUS MARCAS, LISTOS…
¡Bang! Suena el disparo que marca el inicio de la carrera entre los aplausos y gritos de los presentes que sin contener la alegría, se abrazan y envían su mejor energía, mientras el protagonista, el corredor, siente por vez primera la adrenalina que recorre su cuerpo a una velocidad relampagueante al tiempo que sus pies se mueven cada vez más rápido en la pista de asfalto, pasto, duela, suelo, tierra, alfombra, sueños, deseos, en fin... en la pista de la vida, que comenzará a trote y poco a poco la velocidad aumentará y disminuirá según el terreno y las condiciones del clima.
Hay carreras que duran muy poco, de acuerdo a la distancia. Y hay carreras que son más prolongadas y que por lo tanto, duran mucho más; y deben ser recorridas de acuerdo a la siguiente lógica: A mayor distancia, menor la velocidad; a menor distancia, mayor velocidad. Y ahí van los corredores, mirando de frente, recibiendo agua en bolsitas que la gente de buena voluntad les ofrece a la orilla de la carrera para no perder el aliento cuando se acerquen a la meta. Hay también carreras con obstáculos en las que los atletas deberán brincarlos y superarlos con ahínco y verdadera sagacidad hasta llegar a su objetivo. En este caso, hay quienes dichos obstáculos los brincan con facilidad y llegan pronto, otros se derrumban pero siguen avanzando, otros caen y renuncian sin volver a levantarse y otros más, siguen a su paso, ya sin poder brincar los obstáculos pero eso sí, pasando debajo de ellos hasta llegar felices, dichosos y agradecidos hasta el punto final de la meta que, después de todo, es el objetivo de todo atleta. No importa el cómo voy a llegar a la meta, sino el por qué quiero lograrla, pues llegaré a ella entre los gritos jubilosos de los espectadores y los aplausos ensordecedores que nos animan a cruzarla dando con valentía nuestro último aliento.
Así es la carrera de la vida. Unos recorren largas distancias y otros no tantas, pero ¿saben? todos la culminan, o mejor dicho, todos la culminaremos.
Yo me imagino que el final de la carrera de nosotros los mortales, es algo así como un estadio lleno de gente que ya terminada su distancia, nos reciben con gritos de alegría y emoción mientras nosotros entramos al estadio y nuestra imagen se ve ahí en las pantallas gigantes y descubriéndonos en ellas, damos todo, todo nuestro esfuerzo físico para cruzar la línea que distingue la mortalidad de la inmortalidad, la sombra de la luz, la alegría del gozo.
Continúo mi carrera. Y así como yo la sigo recorriendo, lo harás tú y todos los seres que habitamos esta tierra hermosa que a través de sus caminos, aprendemos y descubrimos que no es la velocidad la que nos hace llegar, sino más bien, los sueños que formamos y que vamos realizando antes de llegar al final del recorrido. Si existen sueños por cumplir, habrá más kilómetros por recorrer.
Y dime tú... ¿Cuántos sueños te faltan por recorrer? ¿Cuántas carreras te faltan por cumplir?