El paso del cine mudo al cine sonoro

Ya es más que sabido que el cine mudo tuvo como figura principal a Charles Chapplin y sus divertidas e inteligentes aventuras. Digo inteligentes porque logró representar, mudamente, todas las situaciones políticas y sociales que vivía el mundo en la época del capitalismo y la globalización.
Aunque el cine sea una realización tecnológica muchos directores han utilizado el séptimo arte para denunciar, al igual que en la literatura, la guerra, las muertes, la industrialización y el capitalismo.
Pero en cierto momento comienza aparecer la voz en el cine y eso es un cambio muy importante a nivel mundial.
Cuando la voz se disfraza de personaje comienza a emerger un nuevo cine que trae aparejado nuevos films y nuevas voces que quieren hablar y hacerse conocer. La voz, de por sí, es potente y llena de un decir típico de cada voz. Pero ella logró representar y retratar aquellos diversos momentos de la manera más real que jamás se haya logrado representar.

En la Argentina, José Agustín Ferreyra, fue el pionero del cine mudo en el país. Cuando estaba en la cima de su carrera le advino el surgimiento del sonido en el cine y lo que parecía ser un desastre mundial se convirtió en el mejor momento desde la constitución del cine y la imagen. Decir con palabras era lo que muchos actores y directores esperaban desde hacía mucho tiempo.
Los hermanos Morúa, en la Argentina, habían logrado perfeccionar un sistema de sonido más que innovador para la época y han ayudado a filmar “Ayúdame a vivir” (1936), “Besos brujos” (1937) y “La ley que olvidaron” (1938). Aquellos tres films tuvieron como protagonista a una bella dama llamada Libertad Lamarque, su belleza y voz también han ayudado al cine a ocupar un lugar.
Por último, estos films han contribuido a que ciertos sectores populares se acerquen a los cines a ver películas argentinas, así como también se han ganado un lugar de reconocimiento mundial.

Tienes razón, en la Argentina la actriz Libertad Lamarque se ha ganado un lugar más que interesante no sólo para la crítica sino para la cinematografía mundial. Ahora que la mencionas recuerdo un ensayo de Néstor Kohen llamado “Estudios cinematográficos Argentinos Side. Sidetón, una herramienta eficaz”, no sé si lo conoces, que habla precisamente de la categorización de aquella actriz. Kohen la caracteriza de la siguiente manera: “Para Libertad Lamarque queda establecido el texto-intérprete de la mujer compungida que con leras de tango expresa su dolor y que va señalar su carrera futura en el cine argentino y en el mexicano después. Lamarque alternó entre la heroína doliente del melodrama popular y la mujer azotada por desdichas propias de un destino burgués.” Es decir, que a los ojos de la crítica Lamarque representaba todas las variantes subgenéricas del melodrama tales como: la esposa, la sirvienta, la cantante y la actriz.