113 metros de arte

113 son los metros que tiene la majestuosa obra del artista plástico rosarino Fabián Marcaccio y la cual se expondrá por primera vez a partir de hoy, en la ciudad de Río de Janeiro y más precisamente en la Casa Daros la famosa y gigantesca pintura llamada “Paintant Stories” de uno de los artistas plásticos más interesantes de la última década: Fabián Marcaccio.
Dicha obra pertenece a una de las colecciones de arte latinoamericano más grande del mundo llamada “colección suiza Daros” y logra combinar técnicas, colores y superficies que dejan mudo al espectador y transforman su pensamiento en una realidad visual y única.
Mide 113 metros de largo y 4 metros y alto y bordea toda la sala del edificio Daros como si fuera una serpiente que se enrosca y sobresale en escena. El artista dijo que “La obra original tenía 100 metros de largo pero acá, en Río, pinté casi 14 metros más. Acabo de terminar”.

Una obra que se puede fotografiar, tocar y sentir es digna de ser visitada y admirada. Ya que en la obra hay objetos de silicona que se pueden tocar y que sobresalen de la tela para contar una historia “Estos objetos de silicona que pueden ver son, en realidad, la materialización de algo que no existe: de una idea. Son una situación filosófica” sostiene su artista. Sin lugar a dudas, es una verdadera obra de arte contemporáneo capaz de producirnos innumerables preguntas y respuestas.
El artista, quien hoy en día reside en Nueva York, es uno de los pocos artistas argentinos y latinoamericanos que se ha ganado el reconocimiento internacional de artistas, museos, que ven en la obra de Fabián Maraccio a un verdadero artista contemporáneo en una época donde los grandes artistas le dejaron lugar a estos jóvenes como Maraccio que tienen algo que mostrar y más que nada que mostrar.

Recuerdo que hace unos cuantos años atrás viaje a Buenos Aires, más precisamente al museo Malba y me encontré en la terraza con la obra de éste gran artista. Hoy recuerdo la sensación que me dio ver esa obra, el escalofrío todavía me corre por el cuerpo, realmente es increíble.
Recuerdo que la obra se llamaba “Ezeiza” y contaba el momento en que el general Juan Domingo Perón vuelve al país. Todo eso estaba expresado a través de colores llamativos, imágenes reales y silicona chorreada por todo el cuadro, una mezcla de instrumentos que fusionaban y funcionaban de manera ideal en la obra. Hoy lo recuerdo más que nunca y me alegra que un artista como Fabián Maraccio puede ser llevado y mostrado en Río de Janeiro con una obra que muestra la verdad y que se inspira en la televisión, en la era de internet, las propagandas y la era digital.

Nadie mejor que el propio artista para definirse y auto mirarse, concretarse y sentirse, sentirse orgulloso de su trabajo y de ser uno de los pocos artistas en recibir reconocimiento internacional. Ojalá surjan nuevos artistas como Fabián Marcaccio con pinturas tan importantes y con mensajes por decir.
A continuación comparto la reflexión propia del artista, vean como se describe y describe a los demás:
“Yo soy, en realidad, un artista híbrido. Me relaciono con lo que llamo “artistas esquizofrénicos”. Hay pintores que son muy puros en lo que hacen, pero yo no, yo necesito ser híbrido porque todo el tiempo busco conexiones. Mi pintura se alimenta de Internet, de la televisión, de la biotecnología, de los banners de la calle, de la propaganda, de lo digital, del graffiti, de las imágenes. Esa es mi grandeza y mi debilidad”.
La exhibición estará hasta agosto en Río de Janeiro y esperemos que luego puedan trasladar esa majestuosa obra a la Argentina.