Tema: El cine y el consumo estético

La película Tesis de Alejandro Amenabar, inspirada en el texto de Román Gubern, muestra a Ángela, una estudiante que está preparando una tesis sobre violencia audiovisual, descubre cómo su profesor Figueroa, falleció de un ataque al corazón luego ver un video. Resulta que la cinta tiene escenas de tortura y asesinatos de una estudiante de la universidad, Vanesa, en el interior de una cochera. Con la ayuda de Chema, otro estudiante, busca descubrir al homicida y al filmador. Revela que el profesor Castro junto a otro alumno, Bosco, son participes de la producción y comercialización de cintas snuff.

La película termina con Ángela atrapada en el garage para convertirse en una nueva victima. Más tarde la estudiante logra escapar junto a Chema. Es una película realmente brillante, por varias razones, sobre las que me gustaría seguir hablando en este foro. Primero porque con el título no imagino de qué se trata y qué historia cuenta el film. O mejor dicho, imagino cualquier otra cosa menos lo que termina siendo.

Otra de las razone sporque e sun fil realmente bien hecho es por la excelente actuación de Ana Torrent (Ángela) y Fele Martínez (Chema) y la mirada penetrante y psicópata de Eduardo Noriega (Bosco). Además, hasta el final no se sabe quien es el verdadero responsable del crimen.

En principio se puede sospechar de Chema, ese estudiante raro y oscuro, casi vagabundo, que esconde miles de películas violentas y hasta una cámara de características similares con la cual fue filmado el asesinato de Vanesa. También de las amigas de la víctima y hasta del propio Figueroa. Claro que Bosco también esta en la mirada del sospechoso, aunque es bastante creíble cuando dice que es inocente. Y cuarto y principal porque la película tiene la habilidad de captar y mantener la atención del espectador, tarea nada fácil ya que se trata de un film de dos horas de duración.

Sin dudas, lo mejor que tiene la película es el resalto en el audio. Sin mostrar demasiado las imágenes invitaba a imaginar a través de la música y el sonido. A tal punto que, de la desesperación, no sabía si usar mis manos para taparme los ojos o los oídos. Eso si, si nos tapábamos los ojos y escuchábamos los gemidos no sabríamos si las imágenes eran de sexo o de tortura. Los gritos desesperados de la víctima y lo que, sin mostrar imaginábamos y no se lo desearíamos ni al peor enemigo es lo más fuerte de la película.

La mayoría de las personas quizás, hacen más hincapié en las imágenes y creen que ver una imagen cruel de violencia, donde abunda la sangre y la tortura es la escena de terror más dura y la que más “disfrutan” los consumidores de éste género. Por eso, llama tanto la atención ésta escena en la que los gritos de Vanesa son peor que cualquier figura. La parte que más me impacto es cuando se escucha el ruido de la motosierra y los gritos exasperados de la víctima.

Que bestial y que salvaje hay que ser para torturar a alguien con una motosierra. La motosierra es el instrumento utilizado por el criminal de “La masacre de Texas”, película brutal y morbosa si las hay.

Algo que me llamó la atención de tesis es que los actores principales no son los típicos rubios, sexies y de ojos claros, sino que por el contrario son un poco raros y usan ropas poco seductoras. Algo para destacar también, es el comienzo de la película, en la que un puñado de gente se amontona para ver a un hombre que se acaba de suicidar tirándose abajo del tren. Demostrando una vez más que la sociedad humana está inmersa en el mundo del morbo y la violencia.

Otro tema que deja ver la película es el hecho de que la protagonista, la justiciera que quiere descubrir al homicida se termina enamorando del mismo.

Una de las últimas escenas es desesperante. Cuando Ángela es atrapada por Bosco y Castro y secuestrada en el garage de la casa del homicida para ser la próxima protagonista del “snuff movie” que luego comercializarán los exterminadores. Lo peor de todo (o tal vez lo mejor), es que uno se siente parte de éste delito. Hay partes en las cuales la película obliga al espectador a ponerse en la piel del filmador, cuando se ve a través del visor de la cámara a Ángela atada a una silla. “Me llamo Ángela, me van a matar”, dice la protagonista mirándote a los ojos.

Los videos, son el elemento en el cual gira la película. Un video es el que mató al profesor Figueroa de un ataque al corazón, un video es el problema a resolver, cientos de video tiene Chema, con un video en el que se muestra a Ángela robando la cinta en la sala de proyección el profesor Castro culpa a la alumna y miles de videos más esconde el sótano de la universidad.

El final de Tesis es espectacular, la imagen de la periodista relatando el video que están a punto de mostrar en el informativo, es decir, el programa que mira toda la sociedad. Demostrando así, la certificación de la violencia en los informativos televisivos. A mi entender es una burla o quizás una denuncia sobre lo que es el tratamiento de la violencia en la televisión y revelar si la misma es capaz de publicar una imagen snuff con tal de conseguir puntos de ratings.

Yo me pregunto, ¿qué será lo que lleva al ser humano a observar la muerte o el daño, o peor aún, a grabarlo y producir así las películas Snuff? ¿Morbo, excitación, sadismo? Lo mismo se preguntaba Ángela en Tesis y la viuda (Myra Carter) y el detective Tom Wells (Nicolas Cage). Es un filme sumamente recomendable para quienes gusten del suspenso, de lo macabro, pero sobre todo para aquellos que quieren ver el cine más allá de lo audiovisual, analizando el consumo estético.

A diferencia que con Tesis, al leer el título de la película “Terror en Amityville” imaginaba de qué se trataba. Éste film, trata de que en una casa de la localidad de Amityville, el hijo mayor de una familia asesina a todos sus parientes con una escopeta. Meses después, una nueva familia, una mujer con sus hijos y un nuevo marido, se traslada a vivir a la casa y comienzan a generarse episodios extraños.

En la película se muestra a Margot Kidder (Kathy Lutz) como a una mujer histérica que quiere aparentar más de lo que sus condiciones económicas pueden. Y a James Brolin (George Lutz) como a “pollerudo” e inseguro que debe mantener a una familia que no armó el y que además, debe soportar el rechazo de los hijos de Kathy. La película me recordó en partes a emblemáticos filmes del terror clase b como son “El Exorcista” y a “La Profecía”. Hay una escena en la que la pequeña hija de Kathy juega con la niña satánica y espíritu, casi igual a la de “Los Otros”.