Tema: Manuscrito hallado en una botella, de Edgar Allan Poe

“El Rey Peste” es otro de los relatos de Edgar Allan Poe, que se publicó en diario Southern Literary Messenger, en 1835. Con una similitud a “Manuscrito hallado en una botella”, publicado también en el mismo año, el escritor cuenta acerca de dos tripulantes de un barco llamados "Patas" y Hugh Tarpaulin.

Estos marineros, luego de haber viajado a bordo de “Free and Easy”, desembarcan en Londres y van a pasar sus horas en tierra en una cantina de mala muerte. Sin tener la suerte de encontrar mujeres, deciden tomar unas copas y terminan emborrachándose.

Pero sus horas en Londres no serán del todo gratas, ya que han recalado en una zona de la ciudad que está asolada por la peste. Fiel a su estilo fantástico, el autor cuenta que estos amrinos se refugian en una funeraria donde, con tan mala suerte, se encuentran cara a cara con el mismo rey peste y su cortejo malévolo.

En tren de hablar sobre los cuentos de Poe, entonces no podemos dejar de pasar por alto a “Berenice”, otro relato espeluznante, también publicado en 1835 en el periódico “Southern Literary Messenger”.

Pero este cuento, en particular, provocó un gran rechazo de muchos de los lectores del diario, quienes se comunicaron a la redacción y mandaron misivas en las que repudiaban el cuento por su alto grado sadismo y horror, aunque los ejemplares vendidos del periódico, cuando se publicó este cuento, batió record.

La trama versa sobre quien habla en el cuento, Egaeus, quien está a punto de contraer matrimonio con Berenice que también es su prima. Pero entre los preparativos, el joven sufre ataques extraños de encierro y se comunica poco con su entrono. Paralelamente, su novia también comienza a padecer un deterioro físico importante, hasta que se deteriora por completo y sólo un parte de ella parece que queda con vida.

Lo extraño de este macabro relato de Poe, es que la parte del cuerpo que parece que queda con atisbos de vida de Berenice son sus dientes blancos y brillantes. Ante esta situación, Egaeus, que ya veía de padecer ataques de encierro en sí mismo, cae preso de una oscura y profunda obsesión hasta que la novia muere finalmente.

Al morir Berenice, Egaeus cae en otro de sus ataques del que no logra salir, hasta que uno de los empleados de la su mansión lo saca de su trance cuando le informa que la tumba de la joven fue profanada.

Entrte la locura y la desazón, el joven novio se ve a sí mismo cubierto de sangre y ve también que lleva consigo diversas herramientas de dentista y una cajuela en la que hay nada menos que 32 piezas dentales blancas y brillantes. No todo termina allí, sino que, al arecer, la muchacha no estaba muerta cuando la enterraron.

Mucho se ha hablado sobre cuentos de horror, sobre todo, se ha tenido a Edgar Alan Poe como el maestro del cuento de terror. Sin embargo, H.P. Lovercraft publicó en el año 1927 el cuento “El color que cayó del cielo”, y es, para algunos críticos literarios, uno de los relatos del género más brillante que se haya escrito.

Este relato es catalogado como una mezcla de ficción y terror. Cuenta las vivencias de un ingeniero del espacio, que a su vez hace de narrador de la historia. Este científico es el responsable de construir una represa en un recóndito lugar del mundo pero allí se encuentra con un sitio al que llaman “landa maldita” y del que emanan extraños sonidos y temblores. De acuerdo a lo que le cuentan los lugareños sobre esa parte del pueblo, es que allí se ha estrellado un meteoro y ha dejado secuelas incomprensibles.

Otro de los mitos creados en torno al sitio llamado “Landa maldita” es que dentro del meteoro que se estrelló había un ser malvado y extraño que quedó enterrado bajo la tierra y es el causante de que del sitio surjan sonidos y sensaciones extrañas.

Pero además de que lo enterraron vivo, esta criatura fue abandonada bajo las napas de la tierra y comenzó a pudrirse, generando olores y un veneno que hizo que se pudran de a poco las plantas, luego las aguas de los arroyos y ríos y después loas animales.

Los cambios negativos siguieron sucediendo y los animales de la zona fueron los más afectados porque empezaron a transformarse en criaturas horripilantes, mutando de color. Por último, los integrantes de la familia que habitaba en la granja edificada sobre el sitio en donde cayó el meteoro murieron envenenados, luego de sufrir ataques de locura inexplicables. El ser extraño siguió habitando el lugar pese a que todos los que pudieron lo abandonaron.

Cuando apenas surgieron los relatos de terror de Edgar Allan Poe muchos críticos lo condenaron y dijeron que era un género copiado del relato alemán a lo que el escritor estadounidense contestó diciendo que era un terror que le salía de adentro y que lo llevaba consigo desde siempre. Sobre ello, el mismo Fiodor Dosotoievsky dijo que Poe era realista mientras que los alemanes eran más materialistas en materia de literatura.

Más de su cuento Manuscrito hallado en una botella:

“A menudo se me ha reprochado la aridez de mi talento; la falta de imaginación se me ha imputado como un crimen; y el escepticismo de mis opiniones me ha hecho notorio en todo momento. En realidad, temo que una fuerte inclinación por la filosofía física haya teñido mi mente con un error muy común en esta época: hablo de la costumbre de referir sucesos, aun los menos susceptibles de dicha referencia, a los principios de esa disciplina”.

Edgar Allan Poe, su vida y su obra, fueron materia de constantes análisis y ensayos a lo largo de la historia. Uno de los libros sobre el escritor estadounidense, llamado El horror sobrenatural en la literatura, afirma:

«Poe nos ha dejado la visión de un terror que nos rodea y está dentro de nosotros, y del gusano que se retuerce y babea en un espantoso y cercano abismo. Al calar en cada uno de los supurantes horrores de la alegremente pintada broma que lleva el nombre de existencia y en la solemne mascarada que son el pensamiento y los sentimientos humanos, esa visión tiene el poder de proyectarse a sí misma en unas cristalizaciones y trasmutaciones tenebrosamente mágicas».

El mismo Baudelaire, a quien Poe admiraba mucho, escribió un ensayo sobre su obra que se llamó Edgar Poe, su vida y sus obras, en donde dijo que laliteratura de Peo tenía un «aire rarificado».

Uno de los analistas y traductores más exhaustivos de la obra de Edgar Allan poe, que fue el maravilloso escritor argentino Julio Cortázar, dice acerca de los realtos del estadounidense llamados "El tonel de amontillado", "El corazón delator", "Berenice" y "Hop-frog":

“El ambiente resulta de la eliminación casi absoluta de puentes, de presentaciones y retratos; se nos pone el drama, se nos hace leer el cuento como si estuviéramos dentro. Poe no es nunca un cronista; sus mejores cuentos son ventanas, agujeros de palabras».

En tanto, otro gran crítico que es Harold Bloom, dice:

«Lo que los escritores americanos y sus exegetas han adorado en Poe sin apenas ser conscientes de ello, es su percepción y su sensación, algo más que freudianas, opresivas y curiosamente originales, de la sobredeterminación. Walter Pater comentó en una ocasión que los museos lo deprimían porque le hacían dudar de que jamás alguien hubiera sido joven. Nadie fue nunca joven en ningún relato de Poe. Como hizo observar un enojado D. H. Lawrence, todos en Poe son vampiros, en particular el propio Poe».