Muchos escritores a lo largo de su vida han sido exiliados de su propia tierra y de su propia lengua, casi siempre, por cuestiones políticas. Ya sea golpes de estado, guerras mundiales, revoluciones, etcétera.
Al padecer el exilio el escritor cambia de voz. Ya no puede seguir escribiendo en su propio idioma exiliado, debe encontrar la forma de confluir el exilio, esa desolación, con su nueva lengua.
Ariel Dorfman, escritor argentino, nació en Buenos Aires y tuvo que radicarse en estados unidos y chile. En este cambio de lenguaje y vida el escritor dice “Lo escribí en inglés porque ese idioma me permite distanciarme de los traumas que viví, tratarme a mí mismo como otro”. Es decir, el inglés su segunda lengua, le permitió escribir para alejarse de sus miedos y traumas que ha vivido ya sea en Argentina como en chile.
La voz exiliada le permite al escritor hacerse una nueva voz, con todo lo que ello significa, con todo el miedo y el horror que invade su voz y lo re transforma.