Vargas Llosa y la “buena” literatura

Hace algunos días el escritor, ya consagrado por la crítica con el Premio Nobel de Literatura y la élite literaria, Mario Vargas Llosa fue galardonado, ésta vez, por el gobierno mexicano con el “Premio Internacional Carlos Fuentes a La Creación Literaria en el Idioma Español”. Los candidatos, al preciado premio, fueron presentados por diversos ministros y secretarías de Estado, academias y agrupaciones relacionadas con la literatura en habla hispana.
Vargas Llosa, el gran premiado por su obra y vida, ha escrito una gran cantidad de: relatos, novelas, obras de teatro y hasta ensayos, y ha logrado cautivar, como escritor peruano y latinoamericano, no sólo al pueblo americano sino también a lectores y especialistas de diversas partes del mundo.

Algunas de sus obras de ficción más conocidas son:
"La casa verde" (1966), (Novela ganadora del Premio Rómulo Gallegos)
"Lituma en los Andes" (1993), (Novela ganadora del Premio Planeta)

Entre sus ensayos figuran grandes trabajos de investigación, utilizados hoy en día en todas las universidades:
"Bases para una interpretación de Rubén Darío" ( Es su tesis universitaria publicada en 1958)
"Historia secreta de una novela" (1971)
"El lenguaje de la pasión" (2001)
Además de escribir ensayos y obras en el terreno literario, también el escritor peruano, Vargas Llosa, ha llevado su ideología y su escritura a los centros económicos, políticos y sociales de todo el mundo. Es decir, que en muchos de sus artículos ha logrado correrse de su papel de escritor y se ha puesto en el lugar de crítico social y político.

Al recibir el “Premio Internacional Carlos Fuentes a La Creación Literaria en el Idioma Español”, en México, el autor se ha referido, en su discurso, al autor Carlos Fuentes, elogiándolo y hablando de su obra más reconocida “La región más transparente. También se refirió a la literatura y al mundo. A Continuación comparto sus reflexiones.

“La literatura es un antídoto contra los racismos, dogmatismos, fanatismos, que levantaron murallas y han llenado a la historia humana de genocidios (…) Nada mantiene activo el espíritu crítico de una sociedad como una buena literatura”, dijo el Premio Nobel de Literatura.

“Situó algunas pautas para la literatura del mundo, rasgos que la distinguirían de la literatura regionalista. Sus páginas traducían una preocupación por la estructura y la escritura de la historia que había estado ausente”.

“(Fuentes) leyó vorazmente la mejor literatura de su tiempo, aprovechó sus enseñanzas y las adoptó a su mundo y a su personalidad (...). Escribir fue su manera de vivir”.