Rodolfo Walsh no sólo escribió, pensó, sintió y vivió teniendo como arma la escritura sino que toda su vida, luego de los sucesos de León Suárez, cambió para siempre y estuvo, hasta que lo asesinaron en el 1977, luchando por esclarecer la verdad en una época en la que hablar y estar en contra de un gobierno de facto estaba completamente prohibido.
Una de las tantas cosas que logró Walsh fue poder darle una voz a los jóvenes fusilados y poder así contar la verdadera historia y dejar, en sus libros, los testimonios, fechas y nombres de los responsables asesinos. Fue un militante de la verdad y con esa categoría vivió y murió.
Si bien nunca estuvo a favor del peronismo participó en Montoneros y en FAP y desde allí creó diarios, suplementos y folletos clandestinos para informar a los compañeros sobre lo sucedido. Su vida fue signada por la política y la escritura, jamás se corrió de su lugar de escritor periodista y militante.
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