Gilbert K. Chesterton

Gilbert Keith Chesterton fue uno de los escritores más importantes de comienzos del siglo XX. Fue el creador del enigmático y singular personaje llamado Padre Brown, que era un sacerdote, que aparentaba ser modesto, bonachón e inocente, pero contaba con una astucia inmejorable para descifrar los enigmas de la novela policial. Así es que fue uno de los personajes de policiales con enigma más famosos del siglo, como lo fueron Hércules Poirot o Sherlok Holmes.

Chesterton comenzó a escribir desde muy pequeño, nada menos que su autobiografía, luego, cuando ingresó en la escuela secundaria, estudió dibujo y pintura e incluso ilustró algunos de sus libros y ediciones de sus escritores amigos. También fue periodista. Si bien lo bautizaron, en determinada época de su vida se dedicó a las ciencias ocultas y el espiritismo y creía fielmente en el demonio. De hecho, lo dejo asentado en la autobiografía que escribió.

En la etapa en que se volcó al oscurantismo, él mismo dejó asentado en su autobiografía:

«Me imagino que ellos no son casos raros. De todos modos, el punto está aquí que baje lo suficiente como para descubrir al diablo y, aún de algún débil modo, de reconocer al diablo”.

Así, también dijo que durante ese tiempo se sintió muy complacido en creer en el demonio y en los malos espíritus e imagino que le ha servido para relatar algunas de sus historias y además dijo que él era una de las pocas personas que creía en el diablo.

Más tarde, ingresó a la universidad aunque no llegó a recibirse y comenzó a trabajar como periodista, como colaborador en diferentes periódicos y revistas. Luego, se convirtió al catolicismo en el año 1922. Acerca de su cambio de religiones y creencias dijo:

“Siempre antes de romper un muro, hay que preguntarse por qué lo han construido en primer lugar”.

Algunas de las frases de Chesterton, sobre la religión y en las que cuestionaban duramente a la Iglesia fueron:

“Nosotros realmente no queremos una religión que tenga razón cuando nosotros tenemos razón. Lo que nosotros queremos es una religión que tenga razón cuando nosotros estamos equivocados...”.

“No hay ningún otro caso de una continua institución inteligente que haya estado pensando sobre pensar durante dos mil años”.

Lo que lo atormentaba a Chesterton era que la Iglesia no debía adaptarse a los cambios del mundo (y aún ahora tampoco lo ha hecho) y criticaba a quienes renegaban del espíritu conservador de la religión, y dijo:

“Su experiencia naturalmente cubre casi todas las experiencias, y especialmente casi todos los errores. El resultado es un mapa en el que todos los callejones ciegos y malos caminos están claramente marcados, todos los caminos que han demostrado no valer la pena por la mejor de las evidencias; la evidencia de aquellos que los han recorrido”.

Chesterton murió en 1936 luego de sufrir una enfermedad que lo llevó a agonizar durante varios días. Dejó un importante legado literario que conforma una obra compuesta por unos 80 libros, cientos de poemas, 200 cuentos y también sus trabajos periodísticos.

Fue también analista de economía y uno de los precursores del distributismo. Pero sus comienzos profesionales como escritor los dio en el periodismo, profesión con la que rápidamente alcanzó fama, ya que era proclive a expresar sus opiniones ya generar debates sobre temas que interesaban a la sociedad. Por supuesto, la religión estaba entre posprimeros lugares de los temas que abordaba.

Algunos de sus libros, entre las más de 200 obras que escribió fueron "Herejes", "Ortodoxia", "La Esfera y la Cruz" o “El hombre que fue jueves”. Muchos autores de su tiempo lo criticaron pero fueron más los que lo elogiaron, ya que sus cuentos y novelas, con finales inesperados, causaban una muy buena impresión en los lectores.

Uno de los libros de G. K. Chesterton es “El hombre eterno”, el cual publicó en el año 1925 y en el que intenta contar nada menos que la historia del mundo. Esta obra consta de dos secciones. En la primera, Chesterton aborda desde el nacimiento del mundo hasta el año cero y, la segunda, comienza a partir de donde terminó la primera parte.

Acérrimo creyente de la religión católica, dijo Chesterton en mas de una oportunidad que lo que lo motivó a escribir este libro fue una obra de H.G. Wells en el que también hablaba sobre los comienzos de la humanidad, pero que en esa trama el autor no le ponía mucha atención a la figura de Jesús, por lo cual Chesterton decidió escribir un libro que le dedicara al hijo de Dios la cantidad d páginas que merecía su persona.

En la actualidad, el libro El hombre eterno es de suma trascendencia, en especial para los lectores de habla hispana, que accedieron a las traducciones de la obra en español después de la primera década del siglo XX.

Otro de los libros que no podemos dejar de nombrar es El hombre que fue jueves, en el que trata de hacer una novela que habla sobre el anarquismo, pero de una manera muy especial porque no intenta ahondar en el espíritu histórico o filosófico del movimiento sino que trata de demonizarla, ya que sostiene, fiel a su amor y pasión por la religión cristiana, que el anarquismo es una “rebelión contra Dios, y como tal, se basaría en muchos aspectos del existencialismo o del nihilismo”.

EL hombre que fue jueves cuenta la vida de un poeta llamado Gabriel Syme, quien vive en Londres, en un contexto un tanto inusual, casi surrealista, y que en esas condiciones es llevado en secreto, casi raptado, por un grupo de anarquistas. En este grupo hay otro poeta que entabla una fuerte discusión con el joven que ha sido reclutado. Juntos se encontrarán luego en una reunión secreta de anarquistas en donde eligen a Syme como el representante mundial del anarquismo y le ponen el apodo de Jueves.

Es fácil advertir que en casi todos los libros, ya sean de ensayo o ficciones, Chesterton despliega el tema de la fe y la religión, ya que como bien habían dicho en este foro, estaba casi obsesionado con ello.

Este libro fue llevado al cine en el año 1938, y el director que adapto el libro para la pantalla grande fue nada menos que Orson Wells, quien además de ser uno de los más reconocidos directores e la época, era un ferviente admirador del escritor londinense.

Otra de las adaptaciones, aunque no de manera formal (tal vez para evitar pagar derechos de autor) es una aparición un tanto familiar de este libro de Chesterton en el juego para computadoras Deus Ex.

Algunas de las citas de El hombre que fue jueves son:
• "Nadie tiene experiencia alguna de la batalla del Armagedón."
• "Sé siempre cómico en la tragedia. ¿Qué se puede ser si no?"

El más renombrado personaje de Chesterton fue el Padre Brown, que sin ir más lejos, es un sacerdote y así vuelve a tener relación su ficción con la religión. La primea vez que fue protagonista en una de sus novelas fue en La cruz azul, aunque mejor dicho no era una novela sino un cuento. En el libro, otro de sus personajes, un detective llamado Valentine, lo retrata de esta forma:

”El pequeño sacerdote era la esencia misma de aquellas llanuras Orientales; tenía una cara redonda y embotada como un buñuelo de Norfolk; tenía unos ojos tan vacíos como el Mar del Norte, y llevaba varios paquetes de papel de estraza que no conseguía mantener juntos.”

Este personaje de Chesterton alcanzó mucha fama, sobre todo por ser un sacerdote muy pintoresco, que resolvía crímenes atroces, propios de un policial negro. Siempre se caracterizaba por buscar soluciones que escapaban a la realidad, dejando a los lectores un tanto descolocados.

Si bien muchas de las obras de Chesterton nos e reeditaron, o no han tenido traducciones al español, o también esas traducciones llegaron de manera tardía en relación a sus primeras apariciones, se hizo un compilado de relatos en el año 2008, bajo el título “Los relatos del padre Brown”, que contó con la traducción de Miguel Temprano García.

Entre los libros que hablan sobre el padre Brown y que han tenido reediciones al español se encuentran El candor del Padre Brown, La sagacidad del Padre Brown, La incredulidad del Padre Brown, El secreto del Padre Brown y El escándalo del padre Brown.

Cabe destacar, aunque me imagino que algunos lo sabrán, que las primeras apariciones de estas historias aparecieron, como era costumbre a comienzos del siglo XX y también a finales del siglo XIX, en las publicaciones de diarios y revistas de la época. También este personaje tuvo muchas apariciones en el cine desde los años 30 hasta la década del 70.

El estilo de Chesterton siempre fue muy particular y, tal vez por esa manía de comparar y relacionar todos los temas de la vida con la fe y la religión, siempre parecían diferentes a todos. Un recurso que utilizó de manera casi abusiva en sus relatos fue la paradoja, si nos remitimos al nuevo testamento o a la biblia, nos damos cuenta que es un recurso que también se ve con frecuencia en esos libros sagrados.

Un claro ejemplo que aparece en Charlas II, acerca de ls nuevas ideas es el siguiente:

"He aquí una frase que oí el otro día a una persona muy agradable e inteligente, y que cientos de veces he oído a cientos de personas. Una joven madre me dijo: «No quiero enseñarle ninguna religión a mi hijo. No quiero influir sobre él; quiero que la elija por sí mismo cuando sea mayor.» Ése es un ejemplo muy común de un argumento corriente, que frecuentemente se repite, y que, sin embargo, nunca se aplica verdaderamente".

Las tramas que desarrolla Chesterton en sus relatos policiales son dignas y comunes a cualquier relato del género de intrigas, pero lo que las hace diferentes son los recursos que utiliza para desentramar el enigma, es decir, para resolverlos. Muchos lo han criticado por eso, ya que no se resuelven de manera convencional sino que usa algunos elementos fuera de lo real.

En algunas de sus historias, el Padre Brown (personaje de más de 50 cuentos y novelas de Chesterton) apela a robots como asesinos, como es el caso de la obra “El hombre invisible”. En el cuento “El maligno influjo de libro”, es justamente un libro el casual de la muerte de sus lectores. En “El hombre que sabía demasiado”, el investigador, que no es el padre Brown, resuelve los asesinatos por las características íntimas de los sospechosos.

Siempre usaba estos artilugios a los que algunos críticos y escritores de la época consideraban de absurdos y poco creíbles, aunque esa era la intención de Chesterton.

Como bien has dicho antes, 2013, Chesterton no sólo escribió cuentos, novelas y artículos periodísticos, sino que también fue poeta. Uno de ellos y tal vez el más famoso, era el llamado La balada del caballo blanco, que no era escueto sino que contaba una historia en numerosos versos.

La historia de este poema transcurre en los tiempos de las caballerías inglesas y así es que va contando, a lo largo de los versos, las proezas del rey Alfredo el grande cuando éste está escapando del ejército pagano. Mientras escapa, en el bosque siente un llamado divino para luchar por la causa, pese a si situación, y así es que convoca a seguidores para que lo acompañen en la cruzada por Inglaterra.

Chesterton hace que este rey prófugo tome varias figuras, como la noche en que se disfrazó de trovador e ingreso a las carpas danesas y es, tal vez, uno de los momentos más bellos del poema.

En este tramo del poema La balada del caballo blanco, en el que rey se disfraza de trovador para ingresar sin ser reconocido en la carpa de los soldados daneses, se arman unos combates épicos, mediante la trova, y es un recurso que utiliza Chesterton para desplegara sí cantos y leyendas.

Además, y fiel a lo que Chesterton siempre pregonó, hace uso de la literatura para reafirmar la fe en la religión cristiana. El poema finaliza, justamente, con el relato de la batalla en la que ganan los sajones y allí Chesterton resaltará la conversión del rey danés al catolicismo. Lejos de ser el triunfo la parte central del relato, sí lo es la conversión del rey y el reordenamiento del reino que hace en base a su nueva elección de fe.

Muchos de sus poemas no fueron publicados en libros, pero se han encontrado alrededor de 200 versos inéditos de Chesterton.

Otros de los géneros a los que se dedicó Chesterton fue el ensayo, entre los que se destacan, El hombre eterno”. Otra vez los temas recurrentes vuelven a tener anclaje en las obras del escritor inglés, y así desarrolla la historia del hombre. El comienzo de este libro dice así:

“Hay dos formas de llegar a casa, una de ellas es permanecer en ella y la otra es caminar a través de todo el mundo hasta que volvamos al mismo lugar, El Hombre Eterno esta dirigido para aquellos que no han logrado llegar a casa de la primera forma, invitándolos a que se aproximen a casa de la segunda manera”.

También explica, al comienzo de la obra, cuál es el objetivo del ensayo y aclara:

“El objetivo de este libro, en otras palabras, es que la mejor cosa siguiente a estar realmente dentro de la cristiandad es estar realmente fuera de ella. Y un punto particular es que los críticos populares del Cristianismo no están realmente fuera de él... la mejor relación con nuestro hogar espiritual es estar lo bastante cerca como para amarlo. pero la segunda mejor relación es estar lo bastante lejos como para no odiarlo”.