Si bien no acostumbra a responder preguntas a los periodistas, J. M. Coetzee habló con un medio cultural argentino, a propósito de realizarse la Feria del libro que se hace anualmente en ese país latinoamericano. Allí habló sobre muchas cosas, y una de ellas fue la censura:
“No sé si es una buena idea extender tan ampliamente la idea de la censura. Si uno hace esto, comienza a perder su utilidad. Los editores siempre han sido como guardianes”.
Respecto al modo de trabajar de las editoriales sudafricanas, el autor respondió: “En el caso de Sudáfrica, el control del mercado literario por editores británicos significaba que un cierto tipo de escritura sudafricana era aprobada –un tipo de escritura que era aceptable para los gustos británicos– mientras que otro tipo de escritura era rechazada: concretamente, la escritura que estaba demasiado involucrada en las especificidades de la vida social de Sudáfrica y el uso sudafricano del lenguaje”.
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