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Amado Nervo
Amado Nervo era el nombre ficticio con el que publicó sus obras el escritor nacido en México, Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz. Fue una utor prolífico que se dedico a la poesía, la prosa y el ensayo. Había nacido en 1870 en Tepic y murió joven en 1919.
Tiene un estilo moderno y en sus novelas y poemas siempre intentó plasmar la tristeza, la nostalgia y el amor. Sus poesías fueron despojándose, de apoco, de las rimas tradicionales y los estilos con influencia española. La historia de su seudónimo remonta su niñez, ya que, según contó el autor en diferentes oportunidades, su padre cuando él era niño siempre gastaba bromas diciendo que Amado Nervo era una buena elección para que acortara su nombre. Así fue que cuando comenzó a escribir sus primeros versos, eligió esta reducción de su nombre, la cual lo hizo famoso en el mundo entero.
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La vida de Amado Nervo fue muy dura, desde pequeño, ya que a la edad de nueve años debió sufrir la muerte de su padre. Este trágico hecho hizo que la vida familiar fuera realmente dramática y que tuvieran muchos problemas de dinero para sobrevivir. Más tarde, la muerte volvió a toa su puerta como cuando se quitó la vida uno de sus hermanos y cuando murió su novia Ana Cecilia Luisa Daillez.
Pese a sus problemas económicos, estudió en varios institutos de México y en ellos fue un alumno destacado, tanto por su inteligencia como su aplicación. Cuando salió del secundario se alistó en la facultad de derecho, también ciencias y filosofía. Lamentablemente debió dejar los estudios universitarios para trabajar y comenzó como administrativo en una oficina y también en un estudio de abogados. Allí fue que comenzó a escribir algunas notas y se desempeñó como colaborador de “El correo de la tarde”, un periódico vespertino local.
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Amado Nervo, además de escritor de ficción y ensayos literarios, trabajó como colaborador en las revistas y diarios culturales e informativos más importantes de Latinoamérica. Hacia la mitad de la década del 80, en el siglo XIX, publicó sus notas en la “Revista azul” y entabló amistad con otros escritores reconocidos del continente del sur como Campoamor o Rubén Darío. También trabajó en los diarios El universal y El Mundo, entre otros.
En el diario El Mundo logró alcanzar una notoria repercusión con sus artículos, ya que hacia el año 1898 el periódico publica de manera asidua un suplemento de humor y el escritor mexicano resulta ser el director de esa publicación. Fue tanta la repercusión que alcanzó el suplemento, que al poco tiempo se desligó del diario para pasar a ser una edición independiente, aunque ya con otro nombre, puesto que pasó a llamarse sólo “El cómico” y continuará bajo la dirección de Amado Nervo.
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Después de obtener gran repercusión por el suplemento “El cómico” y también por dos de sus novelas que ya habían alcanzado fama antes de que el suplemento se desligara del diario El mundo, Amado Nervo viaja a Europa, lo que era una ambición muy frecuente entre los escritores latinoamericanos del siglo XIX y principios del XX.
Su viaje fue por trabajo, ya que lo enviaron a París y allí se desempeñó como corresponsal del diario El imparcial a cubrir una muestra internacional de arte. Fue su momento crucial, ya que a partir de ese encuentro pudo relacionarse con artistas del todo el mundo como fueron Leopoldo Lugones y Oscar Wilde. Allí conoce también a quien sería su gran amada, Ana Cecilia Luisa Daillez, quien moriría muy joven doce años después y el escritor le escribiría una selección de poemas intensos y dolorosos. Entre otros libros también publicó “Poemas”,”El éxodo y las flores del camino” y “Lira heroica”.
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Si bien no le fue del todo bien respecto a su trabajo como corresponsal, ya que el diario le cancelo ese trabajo en Europa, volvió a México siendo un poeta consumado y reconocido a nivel mundial. Trabajó en puestos oficiales y hasta obtuvo un lugar en una cátedra de lengua en una escuela secundaria. También hizo parte de una carrera en el cuerpo diplomático mexicano lo que le valió para vivir sin problemas económicos en otros lugares de Europa, como fue en la ciudad de Madrid, en donde fue secretario de la embajada mexicana.
Sus amistades lo ayudaron a ingresar en el ambiente literario y así fue que comenzó a publicar en revistas de alta gama en materia literaria como lo era “El ateneo”. Luego se dedicó a trabajar en biografías sobre distintos personajes políticos y literarios como “Juana de Asbaje”, “En voz baja” y “La amada inmóvil”. Este último fue publicado póstumamente y fue dedicado a su amada.