“Si tú me dices ven lo dejo todo… Pero dime ven”

“Si tú me dices ven lo dejo todo… Pero dime ven” es la segunda novela del escritor español Albert Espinosa. Quien ya ha deleitado a su público con su primera obra titulada “Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo”. Como pueden observar, ya desde su primera novela, el escritor arriesga su pluma a contar historias que rozan la autoayuda y cuentan, al fin y al cabo historias reales que le han sucedido al escritor y a miles de personas que se sienten identificadas al leer sus historias en las obras.
En ésta segunda novela se cuenta la historia de Dani, un hombre que se dedica a buscar niños desaparecidos. Su vida cambia cuando un padre lo llama para que busque a un niño y esa búsqueda lo lleva a encontrarse con su pasado y con su propia historia.

La novela de Albert Espinosa comienza con la siguiente dedicatoria “Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales". Una convocatoria a la lectura de lo más interesante que nos hace, ya desde el comienzo, sobre lo qué queremos, hacia dónde vamos y por lo que luchamos.
También es interesante de la novela la forma con la que comienza con una frase “Cuando crees que conoces todas las respuestas, llega el Universo y te cambia todas las preguntas...” de Jorge Francisco Pinto, maestro.
Con ello quiero mostrarles cómo la novela de Albert Espinosa se convierte desde un comienzo en una novela sumamente espiritual y que dan ganas de leerla de principio a final siempre teniendo presente nuestra propia historia, porque al fin y al cabo comprender nuestra historia, nuestro pasado y elegir nuestro camino es tarea del ser humano, pero de uno sano.

A continuación me gustaría compartir con ustedes el comienzo de la novela “Si tú me dices ven lo dejo todo… Pero dime ven”. La comparto para que se vayan enganchando y deseen ir a leerla.

"Recuerdo como si fuera hoy cuando ella me dijo: «¿No deseas poder ser feliz en todos los aspectos de tu vida...? ¿No tener que aceptar nada que no te agrade...? ¿Sentir que la vida es controlada por ti en lugar de ir a rebufo de ella en el vagón 23...?».
No respondí...Sólo resoplé, resonó un montón de aire saliendo de mi nariz y apareció mi diente roto tras una sonrisa de esperanza. Y no dije nada, porque cuando llevas años aceptando que tu vida es lo que te pasa y no lo que originas... Pues, lamentablemente, te acabas acostumbrando.
Seguidamente ella añadió: «¿Conoces una vieja canción que dice “Si tú me dices ven lo dejo todo”?»..."