"Emma" es una de las tantas novelas románticas que escribió Jane Austen a lo largo de su vida. Es una novela que logró retratar a la Inglaterra provinciana de principios del siglo XIX teniendo como heroína a Emma, una joven que vive con su padre en una enorme casa y que ha jurado no casarse jamás. Frente a esta impronta Emma asume el papel de casamentera, es decir, que pretende usar sus ardides para unir parejas que usar sus armas seductoras para armar su propia pareja. A través de los diversos capítulos se verán las historias y desencuentros amorosos que viven cada uno de sus personajes.
Lo que me interesó, a mí, particularmente de las novelas de Austen es el armado de “La comunidad cognoscible” y que papel cumple esa comunidad en la vida de los personajes.
Raymond Williams señala que las novelas de Austen se ocupan de retratar comunidades que reflejen a la gente y sus problemas de manera comunicable y cognoscible, es decir, en donde todas las relaciones que fluyen en la sociedad son entendidas como relaciones conocidas. Y en "Emma" esa comunidad cognoscible se hace presente no sólo en la estructura de la novela sino en la vida de sus personajes. La comunidad de Hartfield está representada por personajes que sólo entablan relaciones evidentemente cara a cara, y en donde las crisis físicas y espirituales de los personajes se inclinan en términos de apariencia, gestos y miradas. Pero aunque se trate de una comunidad del todo conocida, dentro de los parámetros esenciales de la novela, constituye una comunidad que selecciona quienes pueden y quienes no pueden residirla. Vemos un ejemplo para esclarecer un poco más lo dicho: el personaje que mejor caracterizan a esta comunidad cognoscible es Emma. La protagonista es quién entabla relaciones transparentes y sugestiona de manera selectiva quienes podían y quienes no pertenecer a su círculo social. Emma, la celestina, solo teje, en la novela, las redes de su propia comunidad y toda la gente real que no pertenece a esas redes queda fuera. Tal diseño no sólo hace desaparecer a la mayoría de las personas, sino también a gran parte del país que aparece como “afuera” y que solo se hace real cuando es habitado o nombrado por algún personaje de la comunidad conocida.
Luego de leer la novela observen que a Jane Austen no le preocupa la psicología del personaje sino solamente la posición social, el casamiento adecuado y la herencia de tierras. Y es por ello que en sus novelas la acción gira alrededor de los cambios de fortuna que históricamente afectaban en esa época a las familias terratenientes que convivían en una sociedad en proceso, en una sociedad cognoscible que encerraba todas las propiedades heredadas, las fortunas hechas en el comercio y el beneficio colonial y militar transformándolas en mansiones, bienes y posiciones sociales, matrimonios calculados y convenidos que se convierten en bienes mercantiles (tierras y rentas).