El asesinato del padre de Fiodor Dostoievsky en manos de unos campesinos salvajes fue el detonante en su vida para que el escritor pensara que ese crimen era suyo. Cuando terminó sus estudios trabajó en San Petersburgo, donde ganó algún dinero realizando traducciones. En el año 1846 publicó una novela de cartas llamada Pobres gentes, que estaba avalada por el poeta Nekrásov y por el crítico literario Belinski. Con ese libro se hizo conocido, aunque el éxito fue pasajero porque sus novelas posteriores no tuvieron el mismo éxito.
En 1849 fue condenado a muerte por su colaboración con determinados grupos liberales y revolucionarios. Indultado momentos antes de la hora fijada para su ejecución, estuvo cuatro años en un presidio de Siberia, experiencia que relataría más adelante en Recuerdos de la casa de los muertos. Ya en libertad, fue incorporado a un regimiento de tiradores siberianos y contrajo matrimonio con una viuda con pocos recursos, Maria Dmítrievna Isáieva.
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