Aquí Vírhuez se pone guerrero. Y con cierto enfado, “invita” a los académicos a estudiar también todas esas anomalías que se dan en el universo literario. Me gusta el tema de “la ideología dominante”, que entronca un poco con lo que Curro decía a principio de este hilo. Una ideología que también tiene su repercusión en la literatura. Esto sería un tema que se podría desarrollar otro día.
Y también se refiere Ricardo a esas “prácticas mercenarias” de los periodistas o escritores de reseñas y artículos. Es evidente, como venimos comentando, que esto se da mucho más de lo que parece. ¿Qué la armas del rigor científico deberían apuntar a todo esto? Sí, claro. Pero no estaría de más la autocrítica entre los críticos, valga la redundancia
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