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Bueno, lleva menos tiempo que una trilogía enciclopédica, pero también lleva lo suyo, no te creas. Me apunto lo de explicar más detalladamente el asunto de los microrrelatos.
Sobre ese párrafo de Ricardo comentar también que no siempre la literatura nos resulta tan novedosa o esquiva. Como dije hay que analizar la oferta literaria ampliamente y no solo la de laos círculos editoriales, sino también la “underground” si es que este término tiene todavía alguna validez. Pero fijaos en lo que dice
Ricardo en el siguiente punto de su breviario:
“Los instrumentos de la crítica, cuando se confunden con sus objetivos, producen la metacrítica sospechosa, arrogante, que mira por encima del hombro a la creación literaria porque, en el fondo, se sabe inferior a la imaginación verbal de la literatura que justifica su existencia. Pero la crítica es inseparable de la creación. Porque todos los intentos de acceder a la belleza de la palabra alcanzan su cima en la crítica, depositaria de las esperanzas para la comprensión y el mejor goce de la obra literaria”.
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Sí, ahí introduce el tema al que nos habíamos referido antes ¿no? La crítica snob o pedante. Desgraciadamente yo creo que esta abunda en exceso. Ya se sabe lo que se suele comentar, que los críticos literarios, con escritores frustrados, como los musicales son músicos resentidos. Por supuesto, no es así, en todos los casos, ya que una buena parte de la crítica también se dedica profesionalmente, sea escribir o componer. Pero es cierto, que la crítica más a vuela pluma (fijaos, parezco ya un profesional :)) suele adolecer de cierta pedantería.
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Por supuesto, Manolo. Yo incluso diría que es la más habitual. Y ya que has sacado el tema de la música considero que en ese ámbito es donde más críticos pedantes vemos por metro cuadrado. Me refiere a la música popular. Dado que los instrumentos de la crítica en ese ámbito son aparentemente más difusos y menos especializados, los “profesionales” del juicio musical se encargan de crear movimientos o defenestrar otros con la inmediatez de un rayo. La música mueve mucho dinero, y aquí también las presiones discográficas son importantes. Y también pesa la amistad sobre todo a la hora de valorar músicos o grupos locales. No voy a citar ninguna publicación, pero todos conocemos muchas y la mayor parte de ellas tienen como objetivo descubrir grupos y destrozar a otros respondiendo a criterios bastante discutibles o directamente económicos. Pero en fin, es harina de otro costal. Interesante la frase de Ricardo “la crítica se sabe inferior a la imaginación verbal de la literatura que justifica su existencia”.
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Sí, sin duda. Si literatura no existiría crítica. Y en cierta manera, supongo que un crítico tiene, en ocasiones, la tentación de extralimitarse en sus funciones. Como si al sentir que su labor de crítico, es “inferior” a la obra, adopta esa actitud pedante como quien dice: “Yo lo hubiese hecho mejor, pero no me apetece”. Es lo que me pasa a mí, a veces, que creo que ya he dicho. Leo determinados textos, y creo que yo podría haberlo hecho sin problemas. E incluso mejor. :D Pero no lo hago. Es posible que el crítico profesional se sienta un poco amenazado por el escritor. La literatura no deja de su arte, aunque sea mala, y la crítica solo existe gracias a ella.
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Pues así es Manolo. Con tu frase “yo lo hubiese hecho mejor” has puesto el dedo en la llaga. Buena parte de la crítica enmascara su frustración en una actitud pretenciosa. Actitud que suele ir cargada de citas y referencias cultas, con el fin de destruir alguna obra literaria. ¿Y qué es que no se puede decir que un libro es horrible? Por supuesto, pero cierta modestia en una valoración es una condición indispensable. Porque, lo veamos como lo veamos, una crítica literaria es un ejercicio complejo, pero que jamás llegará a la dificultad de crear literatura. Aunque la obra criticada sea mala y el texto del crítico una obra maestra. Esto es así.
Por ello, Vírhuez nos recuerda en la segunda parte de este punto que “todos los intentos de acceder a la belleza de la palabra encuentran su cima en la crítica”. La crítica es necesaria para comprender la belleza del arte, pero la belleza está en el arte, al menos en alguno.
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También es interesante lo que comenta al final: “en la crítica está la esperanza de de un mayor comprensión y goce de la literatura”. En eso, estoy totalmente de acuerdo. Si bien existe una labor pedante dentro de la crítica, esto no quita de que sea parte muy importante de la literatura. Especialmente como instrumento de comprensión y goce. En muchas ocasiones un buen análisis literario me ha abierto nuevas vías en el disfrute de un libro. Y muchas cosas que había pasado por alto, me han sido iluminadas por algún crítico. Y eso, es de agradecer.
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Y atención a esta brutal y acertada crítica a la crítica, valga la redundancia:
“El conocimiento de la tradición literaria, es decir, del desarrollo continuo de la literatura a través de los tiempos, confunde a menudo a la crítica. Supone que la producción literaria debe ser continuidad y no ruptura ni retroceso. Y la crítica califica y valora en lugar de comprender. Pero la creación literaria tiene su propia manera de existencia y comúnmente retrocede para saltar mejor. También retrocede para demostrar que la continuidad es un malentendido. Y retrocede, finalmente, porque la creación es libertad, algo que la crítica, atada a sus métodos e instrumentos, todavía desconoce”.
Me parece una opinión muy atinada. Como dice Ricardo, la literatura es una perpetua continuidad. Es libre, debe serlo. Y solo el propio creador debe dictarse su camino. Aunque ese vaya hacia detrás. Es la necesidad intrínseca a la propia creación literaria la que marca el camino, no la necesidad de seguir una tendencia instalada en el ámbito literario.
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Pero, no sé. También ese retroceso es un avance. Quiero decir, a eso se refiere Ricardo ¿no? A veces para dar dos pasos adelante, primero hay que dar uno atrás. “Retroceder para saltar mejor”. Esa es la idea. El problema es cuando nos pasamos la vida retrocediendo, y no miro a nadie :o Es un poco lo que dices tú, Curro. Crear suponer ser libre de prejuicios. Y también de juicios. Aunque el encargado de realizar los juicios sea Carlos Boyero, el crítico cinematográfico.
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“La crítica está atada a sus métodos e instrumentos”. Eso es importante. Ejercer la crítica literaria está muy ligado a una metodología. Y esta es muy diferente de la creatividad. Por eso, Ricardo dice que “la crítica califica y valora” en lugar de comprender. Y yo diría que la crítica, cuando no comprende, descalifica.
En este sentido, existe un problema muy habitual. Es la valoración inmediata que se hace de una obra. Obviamente los críticos se ven exigidos a realizar sus artículos en el momento de aparecer en el mercado un libro. No se les permite dejar pasar el tiempo. Y una buena valoración requiere de mucha reflexión. Una obra debe madurar. Y lo que hoy puede resultar “malo”, quizás dentro de 30 años resulte “bueno”. Hay innumerables ejemplos de esto. Escritores y obras dilapidados por la crítica que en épocas posteriores fueron referentes absolutos de generaciones.
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Muy cierto Curro. Fíjate en mí. Maltratado por la crítica, dentro de 50 años, se me recordará como el iniciador de una nueva corriente: la del escritor sin obra. :cool: