El "pensamiento postmodernista" deteriora las pasadas concepciones respecto a la "moral", la "política", la economía y los intereses sociales y desarticula los "paradigmas alternativos y dominantes" obligando al dominante, particularmente, a intervenir y amoldarse a esta nueva situación devenida de profundos cambios sociales de nuestro tiempo ("la edad de la información"). Por su parte el "paradigma alternativo" se adecua en algunos de sus puntos al nuevo enfoque en que existe una correlación con las nuevas pautas societarias y el "pensamiento postmoderno", destacando su "sensibilidad al contexto y a diversidad de uso, respuesta e interacción".

El paradigma crítico, en tanto, muestra marcadas falencias o grietas con respecto a las nuevas modalidades y concepciones sociales, estrechamente referidas a las diversidades sociales, sexuales, religiosas o étnicas, donde la polarización y el actuar de los comunicadores presuponen una relevada importancia, ya sea en su capacidad de informar sobre los problemas o de participar en la organización social de una nación.