El positivismo de base racionalista dejó por entonces de ser la referencia y los seres humanos, perdidos entraron en la crisis que tan bien nos ha contado nuestro amigo Santiago.
A medida que se produce en la sociedad un avance técnico surgen preguntas para las que la ciencia no tiene respuestas agravando el sentimiento de caos de los espíritus más puros.
La intuición y el irracionalismo ganan adeptos entre los intelectuales que ven en ambas cosas una posible fuente de conocimiento hasta entonces inexplorada.
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