En el año 1915Leopoldo Lugones es nombrado director de la Biblioteca Nacional de Maestros, un cargo que era realmente destacado por ese entonces. Cinco años más tarde empieza a identificarse con las corrientes nacionalistas políticas y publica un libro llamado Mi beligerancia. Fue Lugones un hombre prolífico, ya que poco tiempo después de publicar la obra mi beligerancia, edita un libro que algunos catalogan como de divulgación científica y que se llamó El tamaño del espacio. Dos años más tarde vuelve a incursionar en la poesía, sin alejarse del simbolismo. Más de sus poemas:
“En el parque confuso
Que con lánguidas brisas el cielo sahúma,
El ciprés, como un huso,
Devana un ovillo de de bruma.
El telar de la luna tiende en plata su urdimbre;
Abandona la rada un lúgubre corsario,
Y después suena un timbre
En el vecindario.
Sobre el horizonte malva
De una mar argentina,
En curva de frente calva
La luna se inclina,
O bien un vago nácar disemina
Como la valva
De una madreperla a flor del agua marina”.
Leopoldo Lugones recibió premios muy importantes n materia de letras y artes. Uno de ellos fue en el año 1926, y fue nada menos que el Premio Nacional de Literatura. En el año 1928 es presidente de Sociedad Argentina de Escritores, también conocida en el mundo como SADE, obteniendo un cargo que solo quedaba relegado para los escritores más importantes. Pero había un aire en el aspecto político que lo enturbiaba, ya que se declaró a favor del fascismo europeo y de manera muy marcada. Más de la poesía de Leopoldo Lugones para compartir y leer:
“Un brillo de lóbrego frasco
Adquiere cada ola,
Y la noche cual enorme peñasco
Va quedándose inmensamente sola.
Forma el tic-tac de un reloj accesorio,
La tela de la vida, cual siniestro pespunte.
Flota en la noche de blancor mortuorio
Una benzoica insispidez de sanatorio,
Y cada transeúnte
Parece una silueta del Purgatorio.
Con emoción prosaica,
Suena lejos, en canto de lúgubre alarde,
Una voz de hombre desgraciado, en que arde
El calor negro del rom de Jamaica”.
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