Cuando Walt Whitman cumplió once años terminó sus estudios primarios y como la situación económica en su casa no era buena no pudo continuar sus estudios y tuvo que salir a trabajar. Así fue que lo tomaron como cadete en un estudio de abogados y más tarde comenzaría como ayudante y aprendiz de un semanario llamado El patriota. Más de sus versos:
¿Por qué he de rezar?
¿Por qué he de inclinarme y suplicar?
Después de escudriñar en los estratos,
después de consultar a los sabios,
de analizar y precisar
y de calcular atentamente,
he visto que lo mejor de mi ser está agarrado de mis huesos.
Soy fuerte y sano.
Por mi fluyen sin cesar todas las cosas del universo.
Todo se ha escrito para mi.
y yo tengo que descifrar el significado oculto de las escrituras.
Soy inmortal.
Sé que la órbita que escribo no puede medirse con el compás de un
carpintero,
y que no desapareceré como el círculo de fuego que traza un niño en la
noche con un carbón encendido.
Soy sagrado.
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