“Poeta en Nueva York” es otro de los libros de poemas del mítico escritor español, Federico García Lorca, el cual compuso entre 1929 y 1930 cuando vivió en la Universidad de Columbia, en el país norteamericano, aunque salió a la luz, por vez primera, en 1940.
Federico García Lorca realizó, seis años antes de su muerte, viajes a Cuba y Estados Unidos, lugares desde los que había sido convocado para brindar charlas y conferencias. Durante ese período, según dicen los escritos que hablan sobre su vida, estaba sumergido en una profunda crisis depresiva por su condición de homosexual.
Aunque la sociedad de Estados unidos era más liberal en cuanto a su condición sexual, a García Lorca lo espantó su sentido capitalista, como también el odio y el racismo que preponderaba en los estadounidenses. En “Poeta en Nueva York”, el español habló sobre la belleza y también sobre las injusticias sociales que sucedían en el país del norte de América.
Federico García Lorca, es uno de esos autores que logran acariciarnos el alma. En su paso por Nueva York, como tú bien cuentas, ha dejado unos poemas maravillosos… A continuación comparto uno de mis favoritos
La aurora
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean en las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
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