Los ríos son maravillas naturales. De sus aguas suena una melodía única de calma y paz que no la da la bravura casi violenta del mar.
Cuando el río suena muchos lo están escuchando, desde pescadores que conocen el sonido del agua hasta escritores que desean conocer a aquel sonido para transcribirlo en sus obras.
Es sabido que muchos autores utilizan diversas vicisitudes para inspirarse, desde ciudades cosmopolitas donde el ruido invade todos los oídos hasta la luna que se posa en silencio sobre una montaña e ilumina todo un valle.
Pero el río tiene otro poder, cuando los escritores logran conocer el sonido del río ya nada los puede inspirar más que esa bella melodía. Por ejemplo el escritor argentino Horacio Quiroga, en una expedición a Misiones, se quedo tan deslumbrado por la naturaleza y el río que decidió irse a vivir allí. El río es inspiración y eso queda demostrado en la escritura de Quiroga en su estadía en Misiones.