En una mañana de sol, margarita se decidió por bailar. Encantada con su nuevo ritmo, pensó que ya era hora de atreverse a combatir sus miedos. Con el nuevo ritmo en sus pies, en su cuerpo, en sus manos, decidió hacerle frente al problema que tanto la consumía y opto por ponerle un fin a su novela. Sí, margarita era escritora y sus novelas ya habían comenzado a formar parte de su vida. Cada vez que escribía una novela, ya sea de fantasía o de realidad, esas historias comenzaban a pasar de verdad en su vida.
La última novela que estaba escribiendo era sobre la muerte. Su protagonista luego de sufrir la pérdida de su ser más amado en el mundo decide ponerle fin a su vida, tras ver que su propia historia ya no podía seguir el mismo rumbo. Se sentía sola, triste y desbastada por la pérdida y no había, en su día a día, ningún cambio de humor, todo seguía gris y triste. El suicidio era su única solución. Frente a ese desenlace fatal, Margarita temía que su vida termine como su protagonista y por ello no se atrevía, de ninguna manera, a terminar la novela. Pero el destino juega más rápido que la propia escritora y en un abrir y cerrar de ojos Margarita terminó su novela...