Hace poco he ido a uno de los lugares que menos me gusta ir, “el tribunal”, un sitio sombrío y lleno de papeles y artículos de oficina, policías y mucha gente. Los tribunales, como todos sabemos, son los lugares a los que los abogados asisten para trabajar, y la gente en general asiste para hacer trámites. Más allá de ello he caminado ese lugar y por mí cuerpo corrió una sensación de escalofrío total, el espacio es tan sombrío y oscuro que realmente la piel de pollo salta por tus poros. En ese recorrido en lo único que he pensado es en uno de mis libros preferidos: “El proceso” de Franz Kafka, realmente la forma en la que Kafka describe la escala de los hombres frente al “sistema” es increíble y realmente al entrar a uno de los lugares más burócratas me ha atravesado por el cuerpo e inevitablemente, gracias a la novela de Kafka, me he sentido una especie de Señor K.
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