John Grisham es un escritor que se detiene en los detalles, y es frecuente que pierda un poco la intensidad debido a ello, pero vuelvo a destacar su meticulosidad y también la traducción que parece muy buena. En el profesional Grisham cuenta la historia de un jugador de futbol americano que tiene problemas con la ley y se mete siempre en líos sin buscarlo. Para colmo, no logra dar con el clavo en las jugadas y se tiene que ir del equipo en donde jugaba en la liga mayor de Estados Unidos porque los simpatizantes ya no lo quieren. Aquí un fragmento de una de sus novelas:
“Extrañamente, todo lo que había en su cabeza era la voz de Plant mariconeando Tangerine. Hacía un par de minutos que los perros habían pasado corriendo cerca de él, ladrando y babeando de pensar en sus fémures. Había estado corriendo cerca de media hora desde que empezaron los disparos, pero el frío polar que soplaba lo estaba doblegando. Hipnotizado por la voz edulcorada (para él Tangerine debería haber quedado fuera de Zeppelin III), el mundo ahí cerca, a su alrededor, empezaba a desespinarse, como una sardina de lata que a lo sumo puede sorprendernos con una débil puntita clavada en la encía pero que nunca llegará a perforarnos el esófago”.
Marcadores