Una de las particularidades, o tal ves gustos que se da el autor de ficción absurda, Christopher Moore, es que vuelve a usar a sus personajes en otros de sus libros, como también esos lugares ficticios en donde se desarrollan las tramas. Esto se puede ver claramente en la novela publicada en el año 19985, que fue la tercera d este autor, llamada La sanguijuela de mi niña y la que parece ser una prolongación de la segunda llamada Chupáte ésta. Ahora continúo con algunos fragmentos de La comedia del diablo:
“Charlie le ahuecó las almohadas, comprobó la jarra de agua, remetió las sábanas, la besó en la frente, besó al bebé en la cabeza, ahuecó al bebé y empezó luego a recolocar las flores que había enviado su madre, puso el gladiolo delante, lo resaltó con un ramillete de velo de novia y...
—¡Charlie!
—Ya me voy. ¡Jolín! —Inspeccionó la habitación una última vez y luego retrocedió hacia la puerta—. ¿Quieres que te traiga algo de casa?”.
Marcadores