Como buen intelectual que se alejaba de lo popular y lo condenaba, era enemigo del fútbol, o de las masas que se sentían identificadas con ese deporte. Sobre ello aseguró:
“El fútbol me parece una forma del tedio. Además al argentino no le gusta el fútbol. Le gusta ver ganar tal o cual cuadro. Fútbol así, no. Yo nunca he oído decir a la gente: “¡Caramba, yo soy de San Lorenzo de Almagro, pero qué bien ha ganado Boca! ¡Qué contento estoy!" Entonces el fútbol no les interesa”.
“No espero ni castigos ni recompensas. El cielo y el infierno me quedan grandes”.
“Es algo muy misterioso. Contar con una persona. Saber que esa persona puede contar con uno. Pero la amistad no significa la frecuentación”.
“Yo diría que el amor no puede prescindir de la amistad. Si el amor prescinde de la amistad es una forma de locura. Una especie de frenesí, un error en suma”.
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