Tema: Frases y Greguerías de Ramón Gómez de la Serna

Entre los trabajos biográficos de Ramón Gomez de la serna están sobre la vida de Valle Inclán y del poeta Azorín. En general fue un escritor que intentó romper con los tradicionalismos literarios y es por ello que creó el género de las greguerías, y se lo considera su fundador. Más greguerías del poeta español:

Cuando el niño se empeña en que conozcamos el tamaño de su chichón parece que nos presenta orgullosamente el brote del genio.

Cuando una mujer te plancha la solapa con la mano ya estás perdido.

Trueno: caída de un baúl por las escaleras del cielo.

Los tornillos son clavos peinados con raya en medio.

Las primeras gotas de la tormenta bajan a ver si hay tierra en que aterrizar.

Cuando la mujer pide ensalada de frutas para dos, perfeccionan el pecado original.

Ramón Gómez de la Serna fue un vanguardista en todas las áreas de la literatura que desarrolló, de hecho, volcó ese sentir en un libro propio al que llamó Ismos. Las greguerías, en tanto, son una suerte de apuntes sobre la vida que están acompañadas por una metáfora que deja sorprendido al lector. Más greguerías:

Cuando el violinista se presenta con el violín colgado de la mano es como el ginecólogo con el niño que acaba de nacer.

En la manera de matar la colilla contra el cenicero se reconoce a la mujer cruel.

El Coliseo en ruinas es como una taza rota del desayuno de los siglos.

El arco iris es la cinta que se pone la Naturaleza después de haberse lavado la cabeza.

El ciego mueve su blanco bastón como tomando la temperatura de la indiferencia humana.

Aquella mujer me miró como a un taxi desocupado.

Los grandes reflectores buscan a Dios.

Entre las greguerías se encuentran los chistes, los juegos de palabras y algunas reflexiones del pensamiento más profundo. Las obras del español fueron traducidas a numerosos idiomas y fue así que se convirtió en un autor famoso en el mundo entero. Otras de sus famosas greguerías dicen:

Las violetas son actrices retiradas en el otoño de su vida.

Los que bajan del avión parecen salir del Arca de Noé.

La felicidad consiste en ser un desgraciado que se sienta feliz.

Roncar es tomar ruidosamente sopa de sueño.

Los presos a través de la reja ven la libertad a la parrilla.

Tan impaciente estaba por tomar el taxi, que abrió las dos portezuelas y entró por los dos lados.

Los recuerdos encogen como las camisetas.

Las flores que no huelen son flores mudas.

El que toma el refresco con dos pajas parece que toca la doble flauta de Pan.

La vida de Ramón Gómez de la Serna fue estudiada por varios biógrafos. Uno de esis trabajos la escribió el mismo de referencia fue escrita por él mismo durante su periodo de auto-exilio en Buenos Aires a la edad de sesenta años. El periodo que comprende su vida va desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX. Este periodo fue testigo de grandes cambios sociales y políticos en Europa y España. Fue importante su papel como vehículo de entrada en España de las vanguardias. Más de sus famosas Greguerías:

Las latas de conserva vacías quedan con la lengua de hojalata fuera.

El único recuerdo retrospectivo que le queda al día es ese ruidito que hace el despertador cuando pasa por la misma hora en que sonó la última vez.

La lechuga es toda enaguas.

Principio de primavera: un niño solo en todo el “tío vivo”.

Lo más difícil de digerir en un banquete es la pata de la mesa que nos ha tocado en suerte.

La escritura china es un cementerio de letras.

Ramón Gómez de la Serna nació en el año 1888, su padre se llamaba Javier y era un prestigioso abogado y su madre era doña Sofía Puig. Hizo sus estudios en el Colegio madrileño del Niño Jesús y luego los continuó durante tres años junto a su hermano en el Colegio de San Isidoro en la ciudad de Palencia. Cuando finalizó sus estudios viajó a París, en donde alquiló una habitación en una pensión. Más de sus Greguerías:

La cebra es el animal que luce por fuera su radiografía interior.

Estamos mirando el abismo de la vejez y los niños vienen por detrás y nos empujan.

Lo más aristocrático que tiene la botella de champaña es que no consciente que se la vuelva a poner el tapón.

La faja del nene es la primera venda de la vida.

Los cocodrilos están siempre en pleno concurso de bostezos.

La arrugada corteza de los árboles revela que la Naturaleza es una anciana.

En París, Ramón Gomez de la Serna se alista en la universidad para estudiar Derecho pero abandono los estudios. A los 17 años su tío publica un cuadernillo al que llamó Cantares y Ramón quiere imitarlo. Así es que con dinero de su padre publica su primera obra, Entrando en fuego, con solo 16 años. Igualmente cuando cumple la mayoría de edad vuelve a España e intenta retomar sus estudios de leyes.

Más de las Greguerías de Gómez de la Serna:

El búfalo es el toro jubilado de la prehistoria.

El bebé se saluda a sí mismo dando la mano a su pie.

A las doce las manillas del reloj presentan armas.

Al sentarnos al borde de la cama, somos presidiarios reflexionando en su condena.

Las estrellas trabajan con red. Por eso no se cae ninguna sobre nuestra cabeza.

Los que juegan al aro corren detrás del reloj sin cifras.

Ramón Gomez de la Serna logró recibirse de abogado pero nunca ejerció, ya que su vocación eran las letras. En elaño1908 publica su segundo libro llamado Morbideces en el que narra su juventud y allí también aparece el estilo que lo distinguiría siempre. Es en esta época cuando empieza a rondar los cafés de tertulia de Madrid, sale a las diez de la noche, tras cenar y regresa a las dos, trabaja por la noche.

Más Greguerías de Gómez de la Serna:

Cuando la mujer se quita una media parece que va a mirarse una herida.

Las gaviotas nacieron de los pañuelos que dicen !adiós! en los puertos.

Los ceros son los huevos de los que salieron las demás cifras.

Lo peor de los pobres es que no pueden dar dinero.

La noche que acaba de pasar se va al mismo sitio en que está la noche más antigua del mundo.

Cuando inaugura la revista Prometeo, en el año 1910, Ramón Gómez de la Serna comienza a publicar allí con el pseudónimo de Tristán. Estos artículos funcionaban en pos de los intereses políticos de su padre, y también para dar un aire de cambio al panorama literario español. En el primer número de Prometeo Ramón escribe un artículo titulado «El concepto de la nueva literatura».
Más Greguerías:

La T es el martillo del abecedario.

El Pensador de Rodin es un ajedrecista al que le han quitado la mesa.

Genio: el que vive de nada y no se muere.

Los pinguinos son unos niños que se han escapado de la mesa con el babero puesto.

Los paraquas están de luto por las sombrillas desaparecidas.

Después de usar el dentífrico nos miramos los dientes con gesto de fieras.

La Y es la copa de champaña del alfabeto.

El agua se suelta el pelo en las cascadas.