Si de poetas y escritores de la época más prolífica de la literatura argentina del siglo XIX se trata, entonces el nombre de Ricardo Güiraldes es uno de los primeros que se debe citar.

Fue un crítico incasable de la realidad de su país, lo que volcaba de manera vehemente en sus trabajos poéticos narrativos.

“Estaba por vivir un momento triste. El momento en que en mi vida representaría, más que ningún otro, un desprendimiento”, sostuvo en uno de sus libros.

Padecía los infortunios del desamor y de la distancia con sus amigos más íntimos que vivían en Europa, por lo que decía: “Rezar, dejar sencillamente fluir mi tristeza. No sé cuantas cosas se amontonaron en mi soledad”.

Fue autor de libros emblemáticos de la literatura gauchesca como “Don Segundo Sombra” o “Cuentos de muerte y de sangre”, sólo por mencionar algunos. También dejó en su importante legado la obra “Rosaura” y se han escritos numerosos ensayos sobre su vida y obra.